Temprano por la mañana cuando el sol aún no terminaba de despertar, el brujo cojo ya se encontraba en camino hacia al pueblo. Allí, se detuvo en su panadería favorita para comprar algunos bollos frescos antes de emprender su camino hacia el bar, como cada día. El periódico y los libros que busca y que ha estado estudiando durante la semana que casi termina, están a buen recaudo en la trastienda del local en uno de sus muchos escondrijos secretos. Mete estos últimos en el morral que trae a la espalda y, pronto después, conjura un portal que le llevará al piel de un árbol en particular nada menos que en el Central Park. El periódico que trae bajo el brazo es una copia del The New York Chronicle de hace alrededor de un mes de antigüedad, y está en New York porque su siguiente destino era el edificio de oficinas cuya dirección figura en la información del boletín. — Busco a James Blackwood —le dijo a la secretaria, antes de dejar el periódico sobre la mesa señalando la firma del aludido al final de uno de los reportes. Pero no obtuvo nada de ayuda. Al parecer, el escurridizo periodista rara vez se aparece por esas oficinas al tratarse de un sujeto que trabaja fuera, en el campo, y nadie sabría decir cuándo sería su próxima visitar. — Inteligente —comentó, para sí mismo, ya con los pies en la calle nuevamente. La gente arremolinándose a su alrededor ya estaba despertándole la agorafobia cuando decidió echarse a caminar de regreso hacia Central Park, donde la naturaleza le recibiría con más gentileza. #ElBrujoCojo [Wendigo]