◞2.𝐕𝐎𝐋𝐕𝐄𝐑
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀╰———— ╱ ᴡʀɪᴛɪɴɢ.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀◦ ◦ ◦
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀i. 1 ᴅᴇ ᴍᴀʀᴢᴏ, 2024
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ii. ᴍʏsᴛɪᴄ ғᴀʟʟs
⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀❛⠀⠀⠀⠀posted by
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀#NeverlandWitch⠀⠀❜
⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐬 ⦂ chihiro.psd
Nada había cambiado.
Podía ver algunos locales nuevos y rostros que no le eran conocidos. Y sin embargo, todo era exactamente igual que cuándo se marchó. Las mismas energías. Las mismas emociones. El mismo ritmo. Como si Mystic Falls se hubiera quedado congelado en el mismo punto en el que ella lo había dejado casi diez años atrás.
La ya conocida sensación de ahogo no tardó en hacerse evidente cuándo pasó por delante del que había sido su instituto. Y mientras los recuerdos de tiempos más dulces acudían a su mente se cuestionó nuevamente si debía avisar a alguien de su regreso. Sabía por lo que hablaba con su madre que muchos de sus antiguos amigos continuaban en el pueblo y que con una llamada podrían organizar un encuentro. Pero algo la detuvo de alargar la mano hacia el teléfono y prefirió seguir conduciendo, protegida de las miradas de los demás tras los cristales tintados de su coche.
No es que no quisiera ver a los que habían sido sus amigos, todo lo contrario, había soñado muchas veces con un reencuentro entre todos. Pero sentía tan lejana aquella vida que no sabía como podría encajar nuevamente entre ellos, o si algún día podría hacerlo, al fin y al cabo, había sido ella la que se había alejado de todo y todos, primero queriendo cumplir la promesa que le había hecho a Enzo. Y después, cuándo pudo admitirse a sí misma que respira mucho mejor desde que ya no estaba en el pueblo, su excusa para no regresar fue una verdad que no había visto con claridad hasta tiempo después.
Necesitaba sanar, crecer y sentirse libre para no morir bajo las expectativas de los demás. Necesita dejar de ser la persona a la que llamaban para solucionarles la vida.
Y si bien era cierto que no se arrepentía de nada, la nostalgia en aquel momento lograba hacerla dudar y preguntarse si realmente aquella había sido la mejor decisión a tomar.
No dejó de darle vueltas a aquello ni siquiera cuándo aparcó frente a la antigua casa de su abuela, ahora suya, y, una vez comprobó que todo estaba en orden y que había sido una decisión acertada pedirle a Abby que contratara a alguien para que limpiara y ventilara la vivienda de vez en cuando, decidió hacer la única visita que no podía ni quería eludir antes de ponerse a buscar a la persona por la que había regresado.
Le llevó menos de diez minutos llegar hasta la antigua puerta del cementerio, la cual atravesó tras un profundo suspiro. Recorrió el camino entre las tumbas, consciente de como los panteones de los Gilbert y los Salvatore parecían juzgarla a medida de avanzaba hasta detenerse frente a una de ellas.
—Hola abuela.
El susurro de la mujer pareció perderse entre el viento, aunque no le importó demasiado. Prefirió agacharse y pasar las manos por la fría superficie del mármol, dónde tras unos segundos una enredadera de flores se enroscó, adornando todo a su paso.
—Soy consciente de que querrás regañarme por no haber vuelto hace tanto tiempo pero ¿Sabes? Soy la mejor versión de mi misma — dijo viendo satisfecha como las flores se extendían también hacia la tumba de su padre —He crecido, y ya voy entendiendo mejor eso que me contabas sobre los dolores de la edad.
Por supuesto no se refería a lo físico, aunque con el tiempo, los cambios en su rostro le recordaban que ni siquiera con todo lo vivido y aprendido desde que cumplió los diecisiete podría evitar que los años se asentaran en ella.
No es que le preocupara excesivamente hacerse mayor, pero sí le preocupaba que todo lo que era. Y toda la información que había logrado reunir durante sus viajes desaparecieran el día en el que ella ya no estuviera en aquel mundo.
Incluso se había planteado tener un hijo sola, le encantaban los niños y sería feliz con un bebé. Sin embargo, nunca se había decidido por lo mismo que se encontraba nuevamente en el lugar dónde había entregado incluso la vida varias veces. Los problemas siempre regresaban y no creía que fuera buena idea traer un pequeño a aquel mundo que parecía girar entorno a si Mystic Falls continuaba en pie o cualquier fuerza sobrenatural quería derribarla.
—Ojalá pudiera hablar contigo, tú sabrías qué hacer en esta situación, y aunque no lo supieras, sí que me vendrían bien tus consejos.
Y siguió de aquella forma, contando todo lo que había hecho durante aquellos años. Cada miedo. Cada duda. Cada alegría y cada lágrima como si realmente las dos personas enterradas allí pudieran escucharla. Y una vez se incorporó para marcharse sintió como el peso sobre sus hombros se había vuelto más ligero.
Aunque no duró demasiado, pues un escalofrío recorrió su espalda. Comenzando desde la nuca y bajando por la columna. Conocía aquella sensación demasiado bien y, girándose trató de ver dónde estaba el vampiro responsable de ello. Pero no vio a nadie y no queriendo tampoco un enfrentamiento el primer día simplemente se dio la vuelta para volver caminando hacia casa.
Ya tendría tiempo de averiguar qué ocurría allí.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀╰———— ╱ ᴡʀɪᴛɪɴɢ.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀◦ ◦ ◦
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀i. 1 ᴅᴇ ᴍᴀʀᴢᴏ, 2024
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ii. ᴍʏsᴛɪᴄ ғᴀʟʟs
⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀❛⠀⠀⠀⠀posted by
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀#NeverlandWitch⠀⠀❜
⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐬 ⦂ chihiro.psd
Nada había cambiado.
Podía ver algunos locales nuevos y rostros que no le eran conocidos. Y sin embargo, todo era exactamente igual que cuándo se marchó. Las mismas energías. Las mismas emociones. El mismo ritmo. Como si Mystic Falls se hubiera quedado congelado en el mismo punto en el que ella lo había dejado casi diez años atrás.
La ya conocida sensación de ahogo no tardó en hacerse evidente cuándo pasó por delante del que había sido su instituto. Y mientras los recuerdos de tiempos más dulces acudían a su mente se cuestionó nuevamente si debía avisar a alguien de su regreso. Sabía por lo que hablaba con su madre que muchos de sus antiguos amigos continuaban en el pueblo y que con una llamada podrían organizar un encuentro. Pero algo la detuvo de alargar la mano hacia el teléfono y prefirió seguir conduciendo, protegida de las miradas de los demás tras los cristales tintados de su coche.
No es que no quisiera ver a los que habían sido sus amigos, todo lo contrario, había soñado muchas veces con un reencuentro entre todos. Pero sentía tan lejana aquella vida que no sabía como podría encajar nuevamente entre ellos, o si algún día podría hacerlo, al fin y al cabo, había sido ella la que se había alejado de todo y todos, primero queriendo cumplir la promesa que le había hecho a Enzo. Y después, cuándo pudo admitirse a sí misma que respira mucho mejor desde que ya no estaba en el pueblo, su excusa para no regresar fue una verdad que no había visto con claridad hasta tiempo después.
Necesitaba sanar, crecer y sentirse libre para no morir bajo las expectativas de los demás. Necesita dejar de ser la persona a la que llamaban para solucionarles la vida.
Y si bien era cierto que no se arrepentía de nada, la nostalgia en aquel momento lograba hacerla dudar y preguntarse si realmente aquella había sido la mejor decisión a tomar.
No dejó de darle vueltas a aquello ni siquiera cuándo aparcó frente a la antigua casa de su abuela, ahora suya, y, una vez comprobó que todo estaba en orden y que había sido una decisión acertada pedirle a Abby que contratara a alguien para que limpiara y ventilara la vivienda de vez en cuando, decidió hacer la única visita que no podía ni quería eludir antes de ponerse a buscar a la persona por la que había regresado.
Le llevó menos de diez minutos llegar hasta la antigua puerta del cementerio, la cual atravesó tras un profundo suspiro. Recorrió el camino entre las tumbas, consciente de como los panteones de los Gilbert y los Salvatore parecían juzgarla a medida de avanzaba hasta detenerse frente a una de ellas.
—Hola abuela.
El susurro de la mujer pareció perderse entre el viento, aunque no le importó demasiado. Prefirió agacharse y pasar las manos por la fría superficie del mármol, dónde tras unos segundos una enredadera de flores se enroscó, adornando todo a su paso.
—Soy consciente de que querrás regañarme por no haber vuelto hace tanto tiempo pero ¿Sabes? Soy la mejor versión de mi misma — dijo viendo satisfecha como las flores se extendían también hacia la tumba de su padre —He crecido, y ya voy entendiendo mejor eso que me contabas sobre los dolores de la edad.
Por supuesto no se refería a lo físico, aunque con el tiempo, los cambios en su rostro le recordaban que ni siquiera con todo lo vivido y aprendido desde que cumplió los diecisiete podría evitar que los años se asentaran en ella.
No es que le preocupara excesivamente hacerse mayor, pero sí le preocupaba que todo lo que era. Y toda la información que había logrado reunir durante sus viajes desaparecieran el día en el que ella ya no estuviera en aquel mundo.
Incluso se había planteado tener un hijo sola, le encantaban los niños y sería feliz con un bebé. Sin embargo, nunca se había decidido por lo mismo que se encontraba nuevamente en el lugar dónde había entregado incluso la vida varias veces. Los problemas siempre regresaban y no creía que fuera buena idea traer un pequeño a aquel mundo que parecía girar entorno a si Mystic Falls continuaba en pie o cualquier fuerza sobrenatural quería derribarla.
—Ojalá pudiera hablar contigo, tú sabrías qué hacer en esta situación, y aunque no lo supieras, sí que me vendrían bien tus consejos.
Y siguió de aquella forma, contando todo lo que había hecho durante aquellos años. Cada miedo. Cada duda. Cada alegría y cada lágrima como si realmente las dos personas enterradas allí pudieran escucharla. Y una vez se incorporó para marcharse sintió como el peso sobre sus hombros se había vuelto más ligero.
Aunque no duró demasiado, pues un escalofrío recorrió su espalda. Comenzando desde la nuca y bajando por la columna. Conocía aquella sensación demasiado bien y, girándose trató de ver dónde estaba el vampiro responsable de ello. Pero no vio a nadie y no queriendo tampoco un enfrentamiento el primer día simplemente se dio la vuelta para volver caminando hacia casa.
Ya tendría tiempo de averiguar qué ocurría allí.
◞2.𝐕𝐎𝐋𝐕𝐄𝐑
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀╰———— ╱ ᴡʀɪᴛɪɴɢ.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀◦ ◦ ◦
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀i. 1 ᴅᴇ ᴍᴀʀᴢᴏ, 2024
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ii. ᴍʏsᴛɪᴄ ғᴀʟʟs
⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀❛⠀⠀⠀⠀posted by
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀#NeverlandWitch⠀⠀❜
⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐬 ⦂ chihiro.psd
Nada había cambiado.
Podía ver algunos locales nuevos y rostros que no le eran conocidos. Y sin embargo, todo era exactamente igual que cuándo se marchó. Las mismas energías. Las mismas emociones. El mismo ritmo. Como si Mystic Falls se hubiera quedado congelado en el mismo punto en el que ella lo había dejado casi diez años atrás.
La ya conocida sensación de ahogo no tardó en hacerse evidente cuándo pasó por delante del que había sido su instituto. Y mientras los recuerdos de tiempos más dulces acudían a su mente se cuestionó nuevamente si debía avisar a alguien de su regreso. Sabía por lo que hablaba con su madre que muchos de sus antiguos amigos continuaban en el pueblo y que con una llamada podrían organizar un encuentro. Pero algo la detuvo de alargar la mano hacia el teléfono y prefirió seguir conduciendo, protegida de las miradas de los demás tras los cristales tintados de su coche.
No es que no quisiera ver a los que habían sido sus amigos, todo lo contrario, había soñado muchas veces con un reencuentro entre todos. Pero sentía tan lejana aquella vida que no sabía como podría encajar nuevamente entre ellos, o si algún día podría hacerlo, al fin y al cabo, había sido ella la que se había alejado de todo y todos, primero queriendo cumplir la promesa que le había hecho a Enzo. Y después, cuándo pudo admitirse a sí misma que respira mucho mejor desde que ya no estaba en el pueblo, su excusa para no regresar fue una verdad que no había visto con claridad hasta tiempo después.
Necesitaba sanar, crecer y sentirse libre para no morir bajo las expectativas de los demás. Necesita dejar de ser la persona a la que llamaban para solucionarles la vida.
Y si bien era cierto que no se arrepentía de nada, la nostalgia en aquel momento lograba hacerla dudar y preguntarse si realmente aquella había sido la mejor decisión a tomar.
No dejó de darle vueltas a aquello ni siquiera cuándo aparcó frente a la antigua casa de su abuela, ahora suya, y, una vez comprobó que todo estaba en orden y que había sido una decisión acertada pedirle a Abby que contratara a alguien para que limpiara y ventilara la vivienda de vez en cuando, decidió hacer la única visita que no podía ni quería eludir antes de ponerse a buscar a la persona por la que había regresado.
Le llevó menos de diez minutos llegar hasta la antigua puerta del cementerio, la cual atravesó tras un profundo suspiro. Recorrió el camino entre las tumbas, consciente de como los panteones de los Gilbert y los Salvatore parecían juzgarla a medida de avanzaba hasta detenerse frente a una de ellas.
—Hola abuela.
El susurro de la mujer pareció perderse entre el viento, aunque no le importó demasiado. Prefirió agacharse y pasar las manos por la fría superficie del mármol, dónde tras unos segundos una enredadera de flores se enroscó, adornando todo a su paso.
—Soy consciente de que querrás regañarme por no haber vuelto hace tanto tiempo pero ¿Sabes? Soy la mejor versión de mi misma — dijo viendo satisfecha como las flores se extendían también hacia la tumba de su padre —He crecido, y ya voy entendiendo mejor eso que me contabas sobre los dolores de la edad.
Por supuesto no se refería a lo físico, aunque con el tiempo, los cambios en su rostro le recordaban que ni siquiera con todo lo vivido y aprendido desde que cumplió los diecisiete podría evitar que los años se asentaran en ella.
No es que le preocupara excesivamente hacerse mayor, pero sí le preocupaba que todo lo que era. Y toda la información que había logrado reunir durante sus viajes desaparecieran el día en el que ella ya no estuviera en aquel mundo.
Incluso se había planteado tener un hijo sola, le encantaban los niños y sería feliz con un bebé. Sin embargo, nunca se había decidido por lo mismo que se encontraba nuevamente en el lugar dónde había entregado incluso la vida varias veces. Los problemas siempre regresaban y no creía que fuera buena idea traer un pequeño a aquel mundo que parecía girar entorno a si Mystic Falls continuaba en pie o cualquier fuerza sobrenatural quería derribarla.
—Ojalá pudiera hablar contigo, tú sabrías qué hacer en esta situación, y aunque no lo supieras, sí que me vendrían bien tus consejos.
Y siguió de aquella forma, contando todo lo que había hecho durante aquellos años. Cada miedo. Cada duda. Cada alegría y cada lágrima como si realmente las dos personas enterradas allí pudieran escucharla. Y una vez se incorporó para marcharse sintió como el peso sobre sus hombros se había vuelto más ligero.
Aunque no duró demasiado, pues un escalofrío recorrió su espalda. Comenzando desde la nuca y bajando por la columna. Conocía aquella sensación demasiado bien y, girándose trató de ver dónde estaba el vampiro responsable de ello. Pero no vio a nadie y no queriendo tampoco un enfrentamiento el primer día simplemente se dio la vuelta para volver caminando hacia casa.
Ya tendría tiempo de averiguar qué ocurría allí.