El final del semestre se acerca y, para no variar, aquel profesor con fama de estricto y terriblemente exigente en cuanto a puntualidad, pero tan poco ortodoxo que a todos desconcierta, Tolek Zientek, ya tiene todos sus deberes acabados exitosamente.

No es un asunto tan sencillo como imaginan los otros profesores, que sólo por tratarse de un brujo va con ventaja. Ha tenido que pasarse algunas noches en vela ingresando calificaciones, detallando informes, recolectando proyectos, etc. Ya que, ya sea por fortuna o por desgracia, ha perdido de forma significativa la necesidad de dormir desde que ha vuelto a vivir solo y desde que absorbió las habilidades del Lich, lo menos que puede hacer es aprovechar las circunstancias y burlarse de sus colegas.
Le encanta ver la cara de envidia que ponen cuando le ven llegar tranquilamente al salón de maestros, sin ninguna prisa por beber su café, sin papeles bajo el brazo ni pilas de cuadernos o apuntes que cargar de aquí para allá.

— Qué triste debe ser tener que ser un maestro convencional —responde, divertido, cada vez que le cuestionan sus métodos.

Y es que la brujería no tiene por qué ir peleada con la modernidad, si al fin y al cabo, las computadoras son herramientas muy útiles. ¿Para que esforzarse en registrar en exámenes de papel el conocimiento de sus estudiantes, cuando puede grabarles directamente cuando hacen uso de las habilidades sobrenaturales que debe evaluar? Una memoria SD de varios gigas no pesa más que una moneda y cabe en el bolsillo.

— ¿No pueden dejar de dormir una o dos noches? Avanzarían mucho al abrigo de la soledad y el silencio —recomienda, sarcástico—. O quizás bastaría con no dejar las cosas para último momento.

Los que le conocen, se ríen. Los que le detestan, mastican un odio que no pueden tragar.

#ElBrujoCojo #ProfesorZientek
El final del semestre se acerca y, para no variar, aquel profesor con fama de estricto y terriblemente exigente en cuanto a puntualidad, pero tan poco ortodoxo que a todos desconcierta, Tolek Zientek, ya tiene todos sus deberes acabados exitosamente. No es un asunto tan sencillo como imaginan los otros profesores, que sólo por tratarse de un brujo va con ventaja. Ha tenido que pasarse algunas noches en vela ingresando calificaciones, detallando informes, recolectando proyectos, etc. Ya que, ya sea por fortuna o por desgracia, ha perdido de forma significativa la necesidad de dormir desde que ha vuelto a vivir solo y desde que absorbió las habilidades del Lich, lo menos que puede hacer es aprovechar las circunstancias y burlarse de sus colegas. Le encanta ver la cara de envidia que ponen cuando le ven llegar tranquilamente al salón de maestros, sin ninguna prisa por beber su café, sin papeles bajo el brazo ni pilas de cuadernos o apuntes que cargar de aquí para allá. — Qué triste debe ser tener que ser un maestro convencional —responde, divertido, cada vez que le cuestionan sus métodos. Y es que la brujería no tiene por qué ir peleada con la modernidad, si al fin y al cabo, las computadoras son herramientas muy útiles. ¿Para que esforzarse en registrar en exámenes de papel el conocimiento de sus estudiantes, cuando puede grabarles directamente cuando hacen uso de las habilidades sobrenaturales que debe evaluar? Una memoria SD de varios gigas no pesa más que una moneda y cabe en el bolsillo. — ¿No pueden dejar de dormir una o dos noches? Avanzarían mucho al abrigo de la soledad y el silencio —recomienda, sarcástico—. O quizás bastaría con no dejar las cosas para último momento. Los que le conocen, se ríen. Los que le detestan, mastican un odio que no pueden tragar. #ElBrujoCojo #ProfesorZientek
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