Tras la Pista del Hombre Alto
Fandom Sobrenatural, Original
Categoría Suspenso
#wendigo { Referencia: https://ficrol.com/posts/160528 }
James se encuentra inmerso en la densa atmosfera de su cafetería preferida, rodeado de murmullos apagados y el olor persistente del café. Revisa en su laptop los informes sobre las desapariciones de niños en la zona este de la ciudad, cuando recibe una llamada urgente. Es Mark, uno de sus tantos informantes, con nuevas noticias del caso.
— Tenemos una nueva victima, es un niño de ocho años desparecido esta mañana en el parque, cerca del centro. La escena está despejada para ti. Ve rápido y con cuidado —la voz de Mark, agente policial en funciones, trae el tono serio y lúgubre al que James está acostumbrado.
James cierra el puño libre con una mezcla de pesar y expectativa. Si se apura, quizá logre encontrar algo está vez.
— Estoy en camino —responde rápidamente, cierra y guarda la laptop, deja un par de billetes sobre la mesa y apura el paso hacia la salida de la cafetería acomodándose el abrigo.
Una fina lluvia cae cuando llega al parque. Los árboles parecen susurrar secretos mientras el viento agita las hojas. Atraviesa el vallado policial notando un rastro de pisadas comenzando a deshacerse bajo la lluvia, las sigue internándose entre los árboles. Un poco más allá, capta un sutil rastro de energía fluctuante, como un zumbido en el aire que le es familiar. Avanza llevando la mano a la empuñadura de la daga que guarda en su espalda; sus años de experiencia como investigador le han enseñado a confiar en sus instintos y ahora, más que nunca, siente que algo más que una nota está en juego.
Sigue el rastro con cautela, consciente de que cada paso lo acerca no solo al corazón del misterio de las desapariciones, sino también a la posibilidad de que los niños no estuvieran simplemente perdidos, sino atrapados en algún plano dimensional alterno. La idea resuena en su mente mientras se adentra más en la maleza, la daga aún en sus manos, lista para abrir la brecha y rehacer el camino.
La noche se cierne sobre el parque cuando James alcanza el punto en que la energía se concentra. Murmura unas pocas palabras pidiendo ayuda a su tótem guardián para descifrar el destino y desenfunda su daga. Con un movimiento lento, corta el aire creando una alteración en el tejido del espacio frente a él. Una distorsión sutil pero tangible que indica la presencia de un portal dimensional. Su corazón late con fuerza mientras evalúa las posibilidades: ¿podrían los niños haber sido transportados a este otro mundo, ajeno y peligroso?
Con cada respiración, James se prepara para lo que podría enfrentar al cruzar el umbral del portal, decidido a encontrar respuestas y, sobre todo, a rescatar a los niños perdidos de este destino incierto.
James se encuentra inmerso en la densa atmosfera de su cafetería preferida, rodeado de murmullos apagados y el olor persistente del café. Revisa en su laptop los informes sobre las desapariciones de niños en la zona este de la ciudad, cuando recibe una llamada urgente. Es Mark, uno de sus tantos informantes, con nuevas noticias del caso.
— Tenemos una nueva victima, es un niño de ocho años desparecido esta mañana en el parque, cerca del centro. La escena está despejada para ti. Ve rápido y con cuidado —la voz de Mark, agente policial en funciones, trae el tono serio y lúgubre al que James está acostumbrado.
James cierra el puño libre con una mezcla de pesar y expectativa. Si se apura, quizá logre encontrar algo está vez.
— Estoy en camino —responde rápidamente, cierra y guarda la laptop, deja un par de billetes sobre la mesa y apura el paso hacia la salida de la cafetería acomodándose el abrigo.
Una fina lluvia cae cuando llega al parque. Los árboles parecen susurrar secretos mientras el viento agita las hojas. Atraviesa el vallado policial notando un rastro de pisadas comenzando a deshacerse bajo la lluvia, las sigue internándose entre los árboles. Un poco más allá, capta un sutil rastro de energía fluctuante, como un zumbido en el aire que le es familiar. Avanza llevando la mano a la empuñadura de la daga que guarda en su espalda; sus años de experiencia como investigador le han enseñado a confiar en sus instintos y ahora, más que nunca, siente que algo más que una nota está en juego.
Sigue el rastro con cautela, consciente de que cada paso lo acerca no solo al corazón del misterio de las desapariciones, sino también a la posibilidad de que los niños no estuvieran simplemente perdidos, sino atrapados en algún plano dimensional alterno. La idea resuena en su mente mientras se adentra más en la maleza, la daga aún en sus manos, lista para abrir la brecha y rehacer el camino.
La noche se cierne sobre el parque cuando James alcanza el punto en que la energía se concentra. Murmura unas pocas palabras pidiendo ayuda a su tótem guardián para descifrar el destino y desenfunda su daga. Con un movimiento lento, corta el aire creando una alteración en el tejido del espacio frente a él. Una distorsión sutil pero tangible que indica la presencia de un portal dimensional. Su corazón late con fuerza mientras evalúa las posibilidades: ¿podrían los niños haber sido transportados a este otro mundo, ajeno y peligroso?
Con cada respiración, James se prepara para lo que podría enfrentar al cruzar el umbral del portal, decidido a encontrar respuestas y, sobre todo, a rescatar a los niños perdidos de este destino incierto.
#wendigo { Referencia: https://ficrol.com/posts/160528 }
James se encuentra inmerso en la densa atmosfera de su cafetería preferida, rodeado de murmullos apagados y el olor persistente del café. Revisa en su laptop los informes sobre las desapariciones de niños en la zona este de la ciudad, cuando recibe una llamada urgente. Es Mark, uno de sus tantos informantes, con nuevas noticias del caso.
— Tenemos una nueva victima, es un niño de ocho años desparecido esta mañana en el parque, cerca del centro. La escena está despejada para ti. Ve rápido y con cuidado —la voz de Mark, agente policial en funciones, trae el tono serio y lúgubre al que James está acostumbrado.
James cierra el puño libre con una mezcla de pesar y expectativa. Si se apura, quizá logre encontrar algo está vez.
— Estoy en camino —responde rápidamente, cierra y guarda la laptop, deja un par de billetes sobre la mesa y apura el paso hacia la salida de la cafetería acomodándose el abrigo.
Una fina lluvia cae cuando llega al parque. Los árboles parecen susurrar secretos mientras el viento agita las hojas. Atraviesa el vallado policial notando un rastro de pisadas comenzando a deshacerse bajo la lluvia, las sigue internándose entre los árboles. Un poco más allá, capta un sutil rastro de energía fluctuante, como un zumbido en el aire que le es familiar. Avanza llevando la mano a la empuñadura de la daga que guarda en su espalda; sus años de experiencia como investigador le han enseñado a confiar en sus instintos y ahora, más que nunca, siente que algo más que una nota está en juego.
Sigue el rastro con cautela, consciente de que cada paso lo acerca no solo al corazón del misterio de las desapariciones, sino también a la posibilidad de que los niños no estuvieran simplemente perdidos, sino atrapados en algún plano dimensional alterno. La idea resuena en su mente mientras se adentra más en la maleza, la daga aún en sus manos, lista para abrir la brecha y rehacer el camino.
La noche se cierne sobre el parque cuando James alcanza el punto en que la energía se concentra. Murmura unas pocas palabras pidiendo ayuda a su tótem guardián para descifrar el destino y desenfunda su daga. Con un movimiento lento, corta el aire creando una alteración en el tejido del espacio frente a él. Una distorsión sutil pero tangible que indica la presencia de un portal dimensional. Su corazón late con fuerza mientras evalúa las posibilidades: ¿podrían los niños haber sido transportados a este otro mundo, ajeno y peligroso?
Con cada respiración, James se prepara para lo que podría enfrentar al cruzar el umbral del portal, decidido a encontrar respuestas y, sobre todo, a rescatar a los niños perdidos de este destino incierto.
Tipo
Individual
Líneas
10
Estado
Terminado
