Para alguien de su intelecto, era habitual mantener monólogos en la soledad de la biblioteca, dado que no había nadie con quien pudiera sostener una conversación inteligente.
—La familia Phantomhive ha asumido la tarea de limpiar la basura del patio de la realeza durante generaciones.
Observó una carta aparentemente irrelevante sobre el escritorio de madera oscura, con el sello en forma de escudo de la familia Phantomhive, que lucía majestuoso incluso en lacre.
La frase familiar apenas era legible, pero Junior la pronunció de todos modos.
—Potentia Regere —musitó.
—La familia de mi padre —continuó pensando en voz alta.
—Ha servido a la corona en un ámbito distinto.
Se levantó del asiento y se acercó al ventanal que iluminaba la habitación. A través de él, observó las hermosas gardenias plantadas en el jardín.
—Claramente, ambas familias mantienen lazos con la familia real y veo lejano el día en que estos terminen.
Cerró los ojos, perdido en sus pensamientos.
—Mi destino es inevitable