Avanzaba con determinación a través de la densa capa de nieve, mientras el viento gélido le indicaba el camino a través del horizonte.

Así llegó a un claro en la tundra, donde un círculo de piedra yace oculto bajo un delgado manto de nieve virgen. La dama se detuvo, intrigada por la extraña formación que se alzaba ante ella. No recordaba haber visto algo semejante antes, y su curiosidad, aunque desprovista de emoción, la impulsó a acercarse.

Al examinar las inscripciones talladas en la superficie del círculo de piedra, sintió un ligero zumbido en su mente, una señal de que algo dentro de ella reconocía la antigüedad y la importancia de aquellos símbolos misteriosos. Aunque no podía comprender su significado, sabía que estaban conectados de alguna manera con su propio destino, aunque este fuera un concepto ajeno a ella.

Incapaz de resistirse, comenzó a caminar alrededor de la circunferencia del círculo, trazando lentamente su contorno. Su fascinación crecía, alimentada por la energía ancestral que parecía emanar del lugar.

De repente, otra señal en su mente se intensificó. Levantó la mirada y vio una figura imponente que se cernía sobre ella desde la distancia. Un ser místico, majestuoso, de ojos centelleantes que la observaban con una intensidad penetrante.

—Aan Dovah... —susurró, consciente de que la criatura podría haber escuchado su murmullo con su aguda percepción.
Avanzaba con determinación a través de la densa capa de nieve, mientras el viento gélido le indicaba el camino a través del horizonte. Así llegó a un claro en la tundra, donde un círculo de piedra yace oculto bajo un delgado manto de nieve virgen. La dama se detuvo, intrigada por la extraña formación que se alzaba ante ella. No recordaba haber visto algo semejante antes, y su curiosidad, aunque desprovista de emoción, la impulsó a acercarse. Al examinar las inscripciones talladas en la superficie del círculo de piedra, sintió un ligero zumbido en su mente, una señal de que algo dentro de ella reconocía la antigüedad y la importancia de aquellos símbolos misteriosos. Aunque no podía comprender su significado, sabía que estaban conectados de alguna manera con su propio destino, aunque este fuera un concepto ajeno a ella. Incapaz de resistirse, comenzó a caminar alrededor de la circunferencia del círculo, trazando lentamente su contorno. Su fascinación crecía, alimentada por la energía ancestral que parecía emanar del lugar. De repente, otra señal en su mente se intensificó. Levantó la mirada y vio una figura imponente que se cernía sobre ella desde la distancia. Un ser místico, majestuoso, de ojos centelleantes que la observaban con una intensidad penetrante. —Aan Dovah... —susurró, consciente de que la criatura podría haber escuchado su murmullo con su aguda percepción.
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