Paso mucho desde la destrucción de Kaelem
Zalgiem paseaba por la pradera había salido de un espeso bosque, se había cansado del mundo humano y se había autoexiliado había ido a parar a aquel extraño reino, una brisa movió las briznas de hierba, quería una vida tranquila, alzo la cabeza frente a él había dos figuras humanoides de humo, una de color azul y la otra purpura, sin facciones solo unos ojos dorados se podían distinguir. Le cortaban el paso.

—¿Quién eres extraño? —La figura azul hablo. —No me suenas.

—Solo soy un viajero, no quiero problemas.

La silueta morada dio un paso hacia delante.

—Mas respeto, somos dos de los dioses de Thyndor estas ante Oscuridad y este es mi hermano Caos.

—Oh lo lamento entonces. —Zalgiem hizo una reverencia. —Si me disculpan.

Paso entre ambas figuras con la cabeza agachada y su petate colgado del hombro.

—Apesta a demonio hermano…

—Y nos ha faltado al respeto esto no puede quedar asi…
Caos tomo el hombro de Zalgiem y lo lanzo por los aires hacia atrás.

—Oh hermano ¿vamos a jugar con el demonio?

—Si hermana creo que tenemos un nuevo juguete.

Zalgiem se levantó y dejo el petate en el suelo.

—No quiero problemas, solo busco asentarme y tener una vida tranquila.

Los dioses intercambiaron una mirada, este tipo no les tenía miedo, todos en Thyndor tenían pánico ante su presencia. Tendrían que hacerle entender cuál era su lugar.
Se abalanzaron ambos a la vez contra el con la velocidad de un rayo, paro la pierna de Caos con el antebrazo, iba directa al cuello.

—¡Te pille! —Oscuridad se agacho propinándole un duro puñetazo el en pecho. —.

Dio dos pasos hacia atrás frotándose el pecho, si hubiera sido un humano normal le habría roto la caja torácica. Lo dioses no le daban un segundo de tregua, habían hecho que se cerrara en defensa tenía que esquivar 4 brazos y 4 piernas que no le daba tregua, cada, golpe, cada parada le destrozaba, pero se lograba regenerar, aunque cada vez más lento.

Zalgiem solo quería paz, había perdido todo después de la destrucción de Kaelem, pero no encontraba un momento de paz, rugió ya le daba todo igual estos iban pagar los platos rotos. Su cuerpo se lleno de llamas oleadas de fuego le recorrían.

Ambos dioses le dieron un puñetazo que paro con las manos y las cerro como si fueran cepos, intentaron soltarse, se asustaron un poco al no poder liberarse.

—Gracias…asi no tengo que controlarme…

Dejo libre toda su energía quemado el terreno alrededor y los lanzo por los aires, le igualo en velocidad y los golpeo estrellándolos contra el suelo donde empezó a patearlos, sin piedad, sin compasión, su furia estaba libre.

—Hermana…haz algo…—Caos tosió sangre de color azul, ese demonio los estaba humillando. —No podemos…permitir esto…

Oscuridad cambio su forma era una mujer pelirroja con un traje de seda blanco que puso las manos delante de la cara temblando asustada.

—…No por…favor…mi vida…

Zalgiem se quedo paralizado a mitad del golpe con la pierna en alto.

—Imposible…estas muerta…te vi…

—Amor toca mi mano. Soy real.

Zalgiem rozo la mano aun dudando, era real noto el calor de su piel.

—Pero es…cómo es posible...Amanda…

—Ellos me han traído como ofrenda de paz…para que vivamos tranquilos tal como querías…

La mujer se intentó levantar débil y Zalgiem la ayudo abrazándola, sus llamas menguaron, su furia se disipaba.

—Creí…que no te volvería a ver…Amanda.

—Ya, ya paso todo. Estarás en paz. Te daré el descanso que mereces…el descanso eterno demonio.

Zalgiem abrió los ojos cuando la mano de Amanda le atravesó el pecho y se volvió de un color morado vaporoso.

—Mira por donde una humana es tu punto débil. —Oscuridad saco la mano limpiando la sangre del color de la lava en el hombro de Zalgiem y liberándolo del abrazo. —No me lo esperaba para nada eso.

Oscuridad ayudo a su hermano y Zalgiem cayo de rodillas al suelo su fuego, se iba pagando y sonrió, estos dos seres o dioses sin saberlo le iban a dar al final la paz.

—¿Hermano por qué se ríe?

Caos se puso de rodillas mirándolo.

—La humana que amaba esta muerta…y el va a morir, le hemos hecho un favor…Oscuridad…nuestro hermano el dios de la vida…ya no está entre nosotros ¿verdad?

—No porque lo preguntas…oooh ya entiendo… eres retorcido, me gusta.

—Nos has faltado al respeto…—De la muñeca de caos broto sangre dorada dejando caer 7 gotas en la herida. —Te has enfrentado abiertamente, y después de humillarnos…pretendes que te dejemos morir. No, no vas a tener tu recompensa demonio, te hare eterno. Y me asegurare que sufras durante todo esa eternidad, ella y yo nos encargaremos de frustrar todos tu intentos, en cuanto algo te haga feliz nos encargaremos de corromperlo, estropearlo, destruirlo y jamás morirás. Bienvenido a la familia dios de la vida.

Empujo a Zalgiem que quedo tumbado en el suelo en shock, noto como la vida que iba perdiendo ahora volvía a el de nuevo, no podía ser, eso no podía estar pasando. Pero en realidad, si estaba pasando.
Paso mucho desde la destrucción de Kaelem Zalgiem paseaba por la pradera había salido de un espeso bosque, se había cansado del mundo humano y se había autoexiliado había ido a parar a aquel extraño reino, una brisa movió las briznas de hierba, quería una vida tranquila, alzo la cabeza frente a él había dos figuras humanoides de humo, una de color azul y la otra purpura, sin facciones solo unos ojos dorados se podían distinguir. Le cortaban el paso. —¿Quién eres extraño? —La figura azul hablo. —No me suenas. —Solo soy un viajero, no quiero problemas. La silueta morada dio un paso hacia delante. —Mas respeto, somos dos de los dioses de Thyndor estas ante Oscuridad y este es mi hermano Caos. —Oh lo lamento entonces. —Zalgiem hizo una reverencia. —Si me disculpan. Paso entre ambas figuras con la cabeza agachada y su petate colgado del hombro. —Apesta a demonio hermano… —Y nos ha faltado al respeto esto no puede quedar asi… Caos tomo el hombro de Zalgiem y lo lanzo por los aires hacia atrás. —Oh hermano ¿vamos a jugar con el demonio? —Si hermana creo que tenemos un nuevo juguete. Zalgiem se levantó y dejo el petate en el suelo. —No quiero problemas, solo busco asentarme y tener una vida tranquila. Los dioses intercambiaron una mirada, este tipo no les tenía miedo, todos en Thyndor tenían pánico ante su presencia. Tendrían que hacerle entender cuál era su lugar. Se abalanzaron ambos a la vez contra el con la velocidad de un rayo, paro la pierna de Caos con el antebrazo, iba directa al cuello. —¡Te pille! —Oscuridad se agacho propinándole un duro puñetazo el en pecho. —. Dio dos pasos hacia atrás frotándose el pecho, si hubiera sido un humano normal le habría roto la caja torácica. Lo dioses no le daban un segundo de tregua, habían hecho que se cerrara en defensa tenía que esquivar 4 brazos y 4 piernas que no le daba tregua, cada, golpe, cada parada le destrozaba, pero se lograba regenerar, aunque cada vez más lento. Zalgiem solo quería paz, había perdido todo después de la destrucción de Kaelem, pero no encontraba un momento de paz, rugió ya le daba todo igual estos iban pagar los platos rotos. Su cuerpo se lleno de llamas oleadas de fuego le recorrían. Ambos dioses le dieron un puñetazo que paro con las manos y las cerro como si fueran cepos, intentaron soltarse, se asustaron un poco al no poder liberarse. —Gracias…asi no tengo que controlarme… Dejo libre toda su energía quemado el terreno alrededor y los lanzo por los aires, le igualo en velocidad y los golpeo estrellándolos contra el suelo donde empezó a patearlos, sin piedad, sin compasión, su furia estaba libre. —Hermana…haz algo…—Caos tosió sangre de color azul, ese demonio los estaba humillando. —No podemos…permitir esto… Oscuridad cambio su forma era una mujer pelirroja con un traje de seda blanco que puso las manos delante de la cara temblando asustada. —…No por…favor…mi vida… Zalgiem se quedo paralizado a mitad del golpe con la pierna en alto. —Imposible…estas muerta…te vi… —Amor toca mi mano. Soy real. Zalgiem rozo la mano aun dudando, era real noto el calor de su piel. —Pero es…cómo es posible...Amanda… —Ellos me han traído como ofrenda de paz…para que vivamos tranquilos tal como querías… La mujer se intentó levantar débil y Zalgiem la ayudo abrazándola, sus llamas menguaron, su furia se disipaba. —Creí…que no te volvería a ver…Amanda. —Ya, ya paso todo. Estarás en paz. Te daré el descanso que mereces…el descanso eterno demonio. Zalgiem abrió los ojos cuando la mano de Amanda le atravesó el pecho y se volvió de un color morado vaporoso. —Mira por donde una humana es tu punto débil. —Oscuridad saco la mano limpiando la sangre del color de la lava en el hombro de Zalgiem y liberándolo del abrazo. —No me lo esperaba para nada eso. Oscuridad ayudo a su hermano y Zalgiem cayo de rodillas al suelo su fuego, se iba pagando y sonrió, estos dos seres o dioses sin saberlo le iban a dar al final la paz. —¿Hermano por qué se ríe? Caos se puso de rodillas mirándolo. —La humana que amaba esta muerta…y el va a morir, le hemos hecho un favor…Oscuridad…nuestro hermano el dios de la vida…ya no está entre nosotros ¿verdad? —No porque lo preguntas…oooh ya entiendo… eres retorcido, me gusta. —Nos has faltado al respeto…—De la muñeca de caos broto sangre dorada dejando caer 7 gotas en la herida. —Te has enfrentado abiertamente, y después de humillarnos…pretendes que te dejemos morir. No, no vas a tener tu recompensa demonio, te hare eterno. Y me asegurare que sufras durante todo esa eternidad, ella y yo nos encargaremos de frustrar todos tu intentos, en cuanto algo te haga feliz nos encargaremos de corromperlo, estropearlo, destruirlo y jamás morirás. Bienvenido a la familia dios de la vida. Empujo a Zalgiem que quedo tumbado en el suelo en shock, noto como la vida que iba perdiendo ahora volvía a el de nuevo, no podía ser, eso no podía estar pasando. Pero en realidad, si estaba pasando.
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