𝕐𝕠𝕦 𝕒𝕣𝕖 𝕒 𝕄𝕀𝕂𝔸𝔼𝕃𝕊𝕆ℕ La parte buena de los peores moteles del país era que no hacían preguntas.
Daba igual que aquel hombre que había aparcado un Impala justo frente a la recepción, hubiera entrado lleno de suciedad, con sangre reseca por toda su mano derecha. Daba lo mismo su sequedad y su gesto hosco, no les importaba que sus hermosos ojos verdes se vieran turbados por una lucha...