Jean estaba en su oficina a altas horas de la noche, como casi a diario, sabía que a esa hora no había ya nadie en la cede por lo que se tomó la libertad de quitarse sus botas en la oficina para estar más cómoda. En su diestra sujetaba uno de los reportes mirándolo detalladamente mientras en su zurda sujetaba una taza de café. Las horas pasaban y su cuerpo estaba tomando factura por las noches sin dormir, la intendente se levanta de su escritorio y camina hasta uno de los sofás que tenía pegado a la ventana donde se sienta, la carta cae sobre su pecho y la taza a la alfombra, uno, dos, tres parpadeos bastaron para que la intendente cayera rendida.

-Hmm....se...acerca....fin....de....mes.....

Murmura dormida.
Jean estaba en su oficina a altas horas de la noche, como casi a diario, sabía que a esa hora no había ya nadie en la cede por lo que se tomó la libertad de quitarse sus botas en la oficina para estar más cómoda. En su diestra sujetaba uno de los reportes mirándolo detalladamente mientras en su zurda sujetaba una taza de café. Las horas pasaban y su cuerpo estaba tomando factura por las noches sin dormir, la intendente se levanta de su escritorio y camina hasta uno de los sofás que tenía pegado a la ventana donde se sienta, la carta cae sobre su pecho y la taza a la alfombra, uno, dos, tres parpadeos bastaron para que la intendente cayera rendida. -Hmm....se...acerca....fin....de....mes..... Murmura dormida.
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