Una... ¿Gala? Cuando Eunji llegó a casa esa tarde, solo el silencio y los maullidos de Leo la recibieron. Mirase por donde mirase, no había rastro de Hyweon. Desde que esta había empezado a vivir en su apartamento, la policía estaba acostumbrade a ser recibida siempre por su saludo, una cálida sonrisa y, si tenía suerte, un abrazo. Por las circunstancias que...