En el segundo piso de la Sede de los Caballeros de Favonius la Gran Maestra Interina había aprovechado dos de los amplios cuartos que no estaban en uso para hacer un gimnasio para uso de ellos mismos.

La intendente no desaprovechaba el lugar, se ejercitaba diariamente para mantenerse en forma, su musculatura a pesar de no estar exageradamente marcada tenían la suficiente densidad para superar la fuerza del hombre promedio, después de todo su trabajo lo demandaba, debía tener la suficiente fuerza para derrotar desde bandidos comunes hasta monstruos como Mitachurl, Protodragones y enemigos del abismo con su fuerza y espada, sin embargo, lejos de su fuerza, su agilidad y flexibilidad era lo que la destacaba en combate, ágil como el viento, su afinidad anemo la representaba en más de un aspecto.

-Necesito mandar a hacer un campo de prácticas más amplio para los caballeros...pero aún no tengo presupuesto para ello... Uff..que calor..

Exclamó la Maestra algo agitada después de su rutina, el sudor se acumulaba en su frente, sus pómulos, brazos, espalda y abdomen dejando pequeños rastros de humedad sobre sus ropas, gotas de su frente parecían jugar corriendo por el filo de su nariz hasta las comisuras de sus labios y, al tener sus codos levantados, aquellas gotas corrían por su brazo uniéndose unas con otras hasta llegar a sus hombros.

-Tengo que darme una ducha...No quiero apestar...

Dijo mientras tomaba una toalla para secarse el exceso de humedad de su cuerpo.