-Parece que se fueron...
Murmuró la Mayor Intendente de los Caballeros de Favonius. Había recibido un reporte de una banda de bandidos al este de lo que conocían como Valle Estelar y decidió tomar ella el asunto en lugar de encargarlo a sus capitanes o caballeros, ya era algo usual en ella tomar encargos. Cerca de lo que parecía ser un coliseo antiguo, la intendente se quedó dentro del arco de una de las estructuras observando el interior, podía ver fogatas, restos de comida, trapos, envases.
-Si estuviera Amber le pediría un ojo desde los cielos, no hay nadie en Mondstadt con mejor ojo que ella cuando se trata de alturas y distancia.
Decía para si misma mientras se adentraba al coliseo con un elegante, pero firme caminar, siempre en alerta. El sonido de sus botas hacían un ligero eco sobre el suelo de piedra agrietado por el tiempo.
-El reporte decía que podrían ser de 10-12 bandidos...pero...A decir por los restos... 20 serían un número más cercano... Y poco les preocupa dejar rastros... No es una zona por donde pase alguien casualmente...pero si vienen arqueólogos a veces a buscar reliquias o estudiar.... Pero tampoco puedo tener a los caballeros mucho tiempo lejos de Mondstadt por un reporte a medias y sin rastro.
La rubia flexionó sus piernas lentamente poniéndose en cuclillas colocando su diestra sobre las brasas de una de las fogatas. Como pensaba estaban frías, eran rastros de la noche anterior. Bien podrían haber cambiado de punto o, preparar trampas en los alrededores. Al ponerse nuevamente de pie algo llamó su atención, una pluma de un ave muy peculiar.
-¿Oh?... -Se volvió a agachar para tomar aquella pluma entre sus dedos y cerró los ojos un momento- Creí que el Caballero Oscuro solo se involucraba cuando eran cosas sobre el abismo. Eso explica el desastre~.
Murmuró sonriendo levemente, así como la leyenda de el Caballero Oscuro era un secreto a voces, pues nadie lo ha visto realmente, los cercanos se daban una idea de quien era dejándolo solo como leyenda. Nadie lo veía, nadie sabía.
Murmuró la Mayor Intendente de los Caballeros de Favonius. Había recibido un reporte de una banda de bandidos al este de lo que conocían como Valle Estelar y decidió tomar ella el asunto en lugar de encargarlo a sus capitanes o caballeros, ya era algo usual en ella tomar encargos. Cerca de lo que parecía ser un coliseo antiguo, la intendente se quedó dentro del arco de una de las estructuras observando el interior, podía ver fogatas, restos de comida, trapos, envases.
-Si estuviera Amber le pediría un ojo desde los cielos, no hay nadie en Mondstadt con mejor ojo que ella cuando se trata de alturas y distancia.
Decía para si misma mientras se adentraba al coliseo con un elegante, pero firme caminar, siempre en alerta. El sonido de sus botas hacían un ligero eco sobre el suelo de piedra agrietado por el tiempo.
-El reporte decía que podrían ser de 10-12 bandidos...pero...A decir por los restos... 20 serían un número más cercano... Y poco les preocupa dejar rastros... No es una zona por donde pase alguien casualmente...pero si vienen arqueólogos a veces a buscar reliquias o estudiar.... Pero tampoco puedo tener a los caballeros mucho tiempo lejos de Mondstadt por un reporte a medias y sin rastro.
La rubia flexionó sus piernas lentamente poniéndose en cuclillas colocando su diestra sobre las brasas de una de las fogatas. Como pensaba estaban frías, eran rastros de la noche anterior. Bien podrían haber cambiado de punto o, preparar trampas en los alrededores. Al ponerse nuevamente de pie algo llamó su atención, una pluma de un ave muy peculiar.
-¿Oh?... -Se volvió a agachar para tomar aquella pluma entre sus dedos y cerró los ojos un momento- Creí que el Caballero Oscuro solo se involucraba cuando eran cosas sobre el abismo. Eso explica el desastre~.
Murmuró sonriendo levemente, así como la leyenda de el Caballero Oscuro era un secreto a voces, pues nadie lo ha visto realmente, los cercanos se daban una idea de quien era dejándolo solo como leyenda. Nadie lo veía, nadie sabía.
-Parece que se fueron...
Murmuró la Mayor Intendente de los Caballeros de Favonius. Había recibido un reporte de una banda de bandidos al este de lo que conocían como Valle Estelar y decidió tomar ella el asunto en lugar de encargarlo a sus capitanes o caballeros, ya era algo usual en ella tomar encargos. Cerca de lo que parecía ser un coliseo antiguo, la intendente se quedó dentro del arco de una de las estructuras observando el interior, podía ver fogatas, restos de comida, trapos, envases.
-Si estuviera Amber le pediría un ojo desde los cielos, no hay nadie en Mondstadt con mejor ojo que ella cuando se trata de alturas y distancia.
Decía para si misma mientras se adentraba al coliseo con un elegante, pero firme caminar, siempre en alerta. El sonido de sus botas hacían un ligero eco sobre el suelo de piedra agrietado por el tiempo.
-El reporte decía que podrían ser de 10-12 bandidos...pero...A decir por los restos... 20 serían un número más cercano... Y poco les preocupa dejar rastros... No es una zona por donde pase alguien casualmente...pero si vienen arqueólogos a veces a buscar reliquias o estudiar.... Pero tampoco puedo tener a los caballeros mucho tiempo lejos de Mondstadt por un reporte a medias y sin rastro.
La rubia flexionó sus piernas lentamente poniéndose en cuclillas colocando su diestra sobre las brasas de una de las fogatas. Como pensaba estaban frías, eran rastros de la noche anterior. Bien podrían haber cambiado de punto o, preparar trampas en los alrededores. Al ponerse nuevamente de pie algo llamó su atención, una pluma de un ave muy peculiar.
-¿Oh?... -Se volvió a agachar para tomar aquella pluma entre sus dedos y cerró los ojos un momento- Creí que el Caballero Oscuro solo se involucraba cuando eran cosas sobre el abismo. Eso explica el desastre~.
Murmuró sonriendo levemente, así como la leyenda de el Caballero Oscuro era un secreto a voces, pues nadie lo ha visto realmente, los cercanos se daban una idea de quien era dejándolo solo como leyenda. Nadie lo veía, nadie sabía.
