- Todavía se sentía del asco... Pero estar encerrado tampoco era algo que le agradara.
Luego de algunos días de descanso al menos ya había sanado lo suficiente para poder moverse aún más. Todavía sentía algún dolor punzante, trataba de no hacer movimientos bruscos...
Todavía se encargaba de las heridas de Alastor y lo continuaría haciendo hasta que sane por completo, pero ahora sólo quería una buena botella de alcohol. Con un poco de suerte lograría emborracharse hasta la cabeza y olvidar un poco.
Se paseó por los pasillos del hotel hasta llegar al bar, su bar, donde rebuscó entre botellas hasta encontrar la que quería. Todavía con un dolor incómodo en el abdomen, se sentó en uno de los banquitos con un suspiro y comenzó a beber. Maldecía a Alastor por sus desgracias -
Luego de algunos días de descanso al menos ya había sanado lo suficiente para poder moverse aún más. Todavía sentía algún dolor punzante, trataba de no hacer movimientos bruscos...
Todavía se encargaba de las heridas de Alastor y lo continuaría haciendo hasta que sane por completo, pero ahora sólo quería una buena botella de alcohol. Con un poco de suerte lograría emborracharse hasta la cabeza y olvidar un poco.
Se paseó por los pasillos del hotel hasta llegar al bar, su bar, donde rebuscó entre botellas hasta encontrar la que quería. Todavía con un dolor incómodo en el abdomen, se sentó en uno de los banquitos con un suspiro y comenzó a beber. Maldecía a Alastor por sus desgracias -
- Todavía se sentía del asco... Pero estar encerrado tampoco era algo que le agradara.
Luego de algunos días de descanso al menos ya había sanado lo suficiente para poder moverse aún más. Todavía sentía algún dolor punzante, trataba de no hacer movimientos bruscos...
Todavía se encargaba de las heridas de Alastor y lo continuaría haciendo hasta que sane por completo, pero ahora sólo quería una buena botella de alcohol. Con un poco de suerte lograría emborracharse hasta la cabeza y olvidar un poco.
Se paseó por los pasillos del hotel hasta llegar al bar, su bar, donde rebuscó entre botellas hasta encontrar la que quería. Todavía con un dolor incómodo en el abdomen, se sentó en uno de los banquitos con un suspiro y comenzó a beber. Maldecía a Alastor por sus desgracias -
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