Husk
—Aquella fue una noche en la qué durmió mejor qué muchas otras. Sumido en un profundo y reparador sueño, ni siquiera se percató de qué Husk se despertó y se marchó. No sería hasta pasada media mañana, quizá rozando el medio día qué Angel despertaría.
En primer lugar, ligeramente confundido al no estar en su habitación. Al menos, hasta qué estuvo lo bastante despierto para rememorar lo sucedido la noche anterior. Haciendo qué así un rubor ligero acudiera a sus mejillas, de hecho se llevó la mano a una de ellas, tomando una pluma de las alas de Husk, qué había quedado en la cama. Con una risita boba, se dejó caer sobre el techo, con un brazos tras la cabeza, observando la pluma carmesí paladeando algunos de los recuerdos de la noche anterior, ya qué pese a todo…
De algún modo sentía qué aquella noche lo cambió todo. Quizá a medio plazo pero nada sería ya lo mismo. Entonces estiró un brazo y se percató de la nota. Sin soltar la pluma, y si quitar el otro brazo de detrás de su cabeza, así qué la tomó con uno de los brazos inferiores. Y la leyó, tras esto miró un reloj cercano. Hoy tenía el día libre, a fin de cuentas sin el estudio y con los clubes cerrados no es como si pudiera trabajar. Así qué, se levantó para ir a su habitación, pero no sin antes tomar el regalo qué el día anterior le hizo Husk y qué lo “inició todo”.
No fue hasta qué llegó a su estancia, tras atender a Fat Nuggets qué abrió el regalo encontrándose con una chaquetita con una patita en la espalda, para Nuggets. Emocionado enseguida se la probó a su mascota y le hizo mil fotos. Ya tenía excusa para ir al otro hotel a buscar a Husk.
Y así lo hizo. Esta vez no tuvo qué ir escondiéndose por que, por alguna razón no había absolutamente nadie en el hotel. Por lo qué fue tranquilo y no tardaría en llegar al “otro hotel”—
—Aquella fue una noche en la qué durmió mejor qué muchas otras. Sumido en un profundo y reparador sueño, ni siquiera se percató de qué Husk se despertó y se marchó. No sería hasta pasada media mañana, quizá rozando el medio día qué Angel despertaría.
En primer lugar, ligeramente confundido al no estar en su habitación. Al menos, hasta qué estuvo lo bastante despierto para rememorar lo sucedido la noche anterior. Haciendo qué así un rubor ligero acudiera a sus mejillas, de hecho se llevó la mano a una de ellas, tomando una pluma de las alas de Husk, qué había quedado en la cama. Con una risita boba, se dejó caer sobre el techo, con un brazos tras la cabeza, observando la pluma carmesí paladeando algunos de los recuerdos de la noche anterior, ya qué pese a todo…
De algún modo sentía qué aquella noche lo cambió todo. Quizá a medio plazo pero nada sería ya lo mismo. Entonces estiró un brazo y se percató de la nota. Sin soltar la pluma, y si quitar el otro brazo de detrás de su cabeza, así qué la tomó con uno de los brazos inferiores. Y la leyó, tras esto miró un reloj cercano. Hoy tenía el día libre, a fin de cuentas sin el estudio y con los clubes cerrados no es como si pudiera trabajar. Así qué, se levantó para ir a su habitación, pero no sin antes tomar el regalo qué el día anterior le hizo Husk y qué lo “inició todo”.
No fue hasta qué llegó a su estancia, tras atender a Fat Nuggets qué abrió el regalo encontrándose con una chaquetita con una patita en la espalda, para Nuggets. Emocionado enseguida se la probó a su mascota y le hizo mil fotos. Ya tenía excusa para ir al otro hotel a buscar a Husk.
Y así lo hizo. Esta vez no tuvo qué ir escondiéndose por que, por alguna razón no había absolutamente nadie en el hotel. Por lo qué fue tranquilo y no tardaría en llegar al “otro hotel”—
[barcat75]
—Aquella fue una noche en la qué durmió mejor qué muchas otras. Sumido en un profundo y reparador sueño, ni siquiera se percató de qué Husk se despertó y se marchó. No sería hasta pasada media mañana, quizá rozando el medio día qué Angel despertaría.
En primer lugar, ligeramente confundido al no estar en su habitación. Al menos, hasta qué estuvo lo bastante despierto para rememorar lo sucedido la noche anterior. Haciendo qué así un rubor ligero acudiera a sus mejillas, de hecho se llevó la mano a una de ellas, tomando una pluma de las alas de Husk, qué había quedado en la cama. Con una risita boba, se dejó caer sobre el techo, con un brazos tras la cabeza, observando la pluma carmesí paladeando algunos de los recuerdos de la noche anterior, ya qué pese a todo…
De algún modo sentía qué aquella noche lo cambió todo. Quizá a medio plazo pero nada sería ya lo mismo. Entonces estiró un brazo y se percató de la nota. Sin soltar la pluma, y si quitar el otro brazo de detrás de su cabeza, así qué la tomó con uno de los brazos inferiores. Y la leyó, tras esto miró un reloj cercano. Hoy tenía el día libre, a fin de cuentas sin el estudio y con los clubes cerrados no es como si pudiera trabajar. Así qué, se levantó para ir a su habitación, pero no sin antes tomar el regalo qué el día anterior le hizo Husk y qué lo “inició todo”.
No fue hasta qué llegó a su estancia, tras atender a Fat Nuggets qué abrió el regalo encontrándose con una chaquetita con una patita en la espalda, para Nuggets. Emocionado enseguida se la probó a su mascota y le hizo mil fotos. Ya tenía excusa para ir al otro hotel a buscar a Husk.
Y así lo hizo. Esta vez no tuvo qué ir escondiéndose por que, por alguna razón no había absolutamente nadie en el hotel. Por lo qué fue tranquilo y no tardaría en llegar al “otro hotel”—
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