La gran intendente cuando se acordaba de comer su apetito era voraz y agradecía a su genética y su ejercicio diario no sentirse mal después de saciarse. Después de sus ajetreadas labores, ejercicios, entrenamientos, burocracia, las tareas con las que ayudaba por su cuenta que iban desde encontrar un gato hasta patrullar y combatir, comer era lo último que hacía si es que se acordaba, por lo que más de una vez caía vencida por el cansancio y enfermaba o se quedaba dormida en su oficina por lo que Kaeya y Lisa a veces ayudaban con sus tareas.

- En verdad siento que estoy olvidando algo....

Se preguntaba a si misma mientras comía aquellas tortas de papa. Repasaba mentalmente cada una de sus actividades del día pues le parecía extraño tener esa tarde libre para estar sentada comiendo.
La gran intendente cuando se acordaba de comer su apetito era voraz y agradecía a su genética y su ejercicio diario no sentirse mal después de saciarse. Después de sus ajetreadas labores, ejercicios, entrenamientos, burocracia, las tareas con las que ayudaba por su cuenta que iban desde encontrar un gato hasta patrullar y combatir, comer era lo último que hacía si es que se acordaba, por lo que más de una vez caía vencida por el cansancio y enfermaba o se quedaba dormida en su oficina por lo que Kaeya y Lisa a veces ayudaban con sus tareas. - En verdad siento que estoy olvidando algo.... Se preguntaba a si misma mientras comía aquellas tortas de papa. Repasaba mentalmente cada una de sus actividades del día pues le parecía extraño tener esa tarde libre para estar sentada comiendo.
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