Han pasado 8 meses desde la misión en Antares donde Kai Izanagi “regresó a la vida” obteniendo la Novena Puerta Estable, llegando a ponerle fin al Primordial Ares. Sin embargo, esto trajo muchas consecuencias para el rumbo que tomaría The Order, la misión fue catalogada como un rotundo fracaso y Cel Paradiesisch fue el principal responsable de: bajas importantes en los soldados, pérdida de millonario presupuesto, el no conseguir el poder de la Novena Puerta, entre otros; con lo cual Lancelot Soren adquirió el poder absoluto en la facción de The Order quedando Cel bajo su mandato y por ahora “mano derecha y consejero principal”, aunque no dejaba de pasar que Lancelot podría tomar decisiones confidenciales sin la aprobación de Cel como ocurría anteriormente, por lo cual, éste prosiguió realizando sus movidas secretas a escondidas de todos, incluyendo las reuniones confidenciales con Jhon Beckett Brass, desconociéndose hasta la fecha sus verdaderas intenciones.

Año 3 DFP

CIUDADELA — CAPITAL DE ELYSIUM

Lancelot Soren: El ahora uniformado líder de The Order, estaba sentado en un trono frente a Cel, al mismo tiempo que sujeta un puro entre los dedos diestros y con bastante frivolidad como desdén se dirigió a su subordinado. — Me alegro de verte nuevamente, Cel, parece ser que por fin llegamos a recuperar una vez más a la Legión 0 tras haber sido tú mismo el responsable de su casi extinción.— Estiró la diestra y golpeó el puro con la yema del índice deshaciéndose de unos cuantos restos y luego continuar. — Acepté a regañadientes la incorporación de las nuevas integrantes a dicha facción, tanto Naho Izanami como Sakuya Izanami. Tras mis reuniones con el alto mando, fueron ellos quienes se vieron interesados ante tanta insistencia tuya, pero no fue sólo eso, sino que mostraron interés en ellas dos por su estirpe y sabiendo a quiénes nos enfrentamos. Naho, una hija no reconocida del Asesino de Primordiales Kai Izanagi y la segunda, fue la hija de Aoshi Izanagi del mismo universo en el mundo inferior. Admito el potencial que tienen ambas, pero mi principal problema, es que a diferencia de Soujiro o de Kairi, las dos no pertenecen a una raza humana, sino a una demoniaca, por lo que su comportamiento puede verse alterado en cualquier momento y salirse de control, nadie asegura que no lleguen a atacar a sus propios aliados en un momento crítico y nuevamente tengamos bajas importantes. No obstante, hemos accedido a tu petición. Por este motivo, evaluaré su desempeño en misiones que serán de vital importancia para el futuro próspero de The Order. —

Cel Paradiesisch: Fruncía el señuelo y empuñaba ambas manos hacia el costado, empero, no habría mucho qué hacer, más que aceptar las órdenes de Lancelot ya que está a cargo de toda la facción. — Se dice que los Reaper están a punto de iniciar otra invasión a gran escala a diferentes mundos, Haevner no se fue con bromas cuando lo mencionó en medios masivos durante el Año 2 DFP. Deberíamos interceptar su avance. —

Lancelot Soren: — ¿Acaso pretendes debatir mis órdenes? Cel, no debo recordarte otra vez que tu imprudencia nos ha llevado a casi perder a nuestras armadas, apenas y hemos logrado recuperar la paz en el mundo de Midgar. Es por eso que necesitamos fortalecernos mucho más ahora y estar preparados, por lo que no necesitamos alianzas que nos resulten a medias tintas, requerimos un compromiso total y absoluto, The Order, amerita una alianza y postura firme en su lucha contra el avance de los Reaper. Es por eso, que quiero que junto a la Legión 0, vayan hacia el mundo de Emerald Dream. —

Cel Paradiesisch: — Eso es… el mundo aledaño regido por los Van Astrea. —

Lancelot Soren: — Exactamente, Emerald Dream el mundo con el que Okibame logró una alianza importante durante la guerra de la Entropia hace 7 años, en el Año 3 AFP. Las fuerzas de los Van Astrea sufrieron importantes bajas durante el ataque en Helheim, perdieron casi a toda su casta dejando con vida apenas a un sobreviviente, Jumin Van Astrea, actual regente de Emerald Dream. Sin embargo, The Order no olvida quiénes fueron nuestros aliados en esos momentos tan críticos, es por eso que quiero que vayas junto a la Legión 0 y logres convencer a Jumin en jurar lealtad para The Order, de esta manera, nuestras fuerzas armadas también podrán establecer ciudades y campamentos dentro de su jurisdicción. — Lancelot tronó los dedos y un holograma de Jumin apareció frente a Cel.

-Jumin Van Astrea-

Cel Paradiesisch: — Pero ¡Lance! Eso es… es imposible lo que estás solicitando, Okibame le juró a Jumin la independencia absoluta de su reino, el acuerdo tras la guerra de Entropia, fue que todos los reinos conformarían parte de The Order, pero debido a las importantes e irrecuperables bajas que tuvieron los Van Astrea conllevaron a que dicho mundo sería independiente y por ningún motivo tendría fuerzas militares ajenas al suyo monitoreando o patrullando sus tierras. Okibame le dio su palabra a Jumin de ello, debe cumplirse hasta el final. —

Lancelot Soren: Hizo una leve mueca tras el comentario inoportuno de Cel. — Creí que tras tus fracasos ya lo entenderías ¿no ves a lo que me refiero? ¿debo explicarlo con palitos? Escucha, Cel, los Reaper siguen avanzando y ganan terreno mientras discutimos aquí; Emerald Dream es el mundo más cercano al nuestro, si los Reaper lo conquistan, tendremos a sus naves, portales y todo su armamento apuntando a la Ciudadela ¿Es eso lo que quieres? Estamos en una situación bastante crítica, los sentimentalismos de Okibame y sus juramentos basados en el honor no nos ayudarán a ganar esta guerra. Okibame está muerto, o llegamos a obtener el control estratégico que requerimos o acompañamos todos a Okibame en la tumba ¿quieres también ser el responsable de que su muerte haya servido para nada? Entonces abandona el cargo e igual otra legión se encargará a mi modo. —

Cel Paradiesisch: — ¡Tsk! — Elevó la mirada hacia Lancelot y pudo notar la sonrisa sarcástica que éste emitía, mientras él crujía los dientes frunciendo el señuelo: “Lancelot, si dejo que The Order invada Emerald Dream por la fuerza, las noticias correrán masivamente por medio de los mundos y se mencionará que The Order se ha convertido en lo mismo que los Reaper, sometiendo mundos por medio del poder y del miedo. No… cálmate, Cel, debo encargarme yo mismo. Debo ir personalmente y tratar de persuadir pacíficamente a Jumin.” Emitió un prolongado suspiro y en seguida irguió su cuerpo. — No hará falta, me encargaré yo mismo junto con la Legión 0. —

Lancelot Soren: — Me alegro que finalmente lo entendieras. — Y en seguida, Cel le dio la espalda y se marchó de la reunión, saliendo de la oficina principal de Lancelot. Aunque cuando Cel acabó por cruzar el umbral de la sala y cerrar la puerta, se pudo observar una siniestra sonrisa dibujada en el rostro del regente de The Order.

Cel Paradiesisch: Caminaba entre pasillos manteniendo cerrados los párpados tratando de idear un plan meditando para sus adentros: “Emerald Dream ha sido siempre víctima del ataque de seres de The Others, con el nivel que tenemos actualmente: Soujiro en Octava Puerta, Naho con Octava Puerta (aunque sin control de ella), Abby Chester y Sakuya Izanami en Séptima Puerta, con ello bastaría para que acabásemos con facilidad con los Others de Emerald Dream y quizás pueda lograr concretar un nuevo pacto con Jumin Van Astrea. Jumin, un hombre recto muy sujeto a sus principios e ideales, será difícil convencerlo en el cambiar de parecer, pero al menos debo intentarlo antes que invadir sus tierras por la fuerza.” Hizo una pausa y luego prosiguió: “Kairi fue llevada al Eden, dijo que estaría junto con Hannae Izanami y Roy Okazaki al ser su familia. Al menos allá estará más segura.” Finalmente Cel salió del palacio principal de The Order.

Cel Paradiesisch: Elevó la mirada hacia el tan despejado día, con el sol iluminado imperante en medio de una mañana despejada. — Okibame, Kai, el destino de Elysium yace en la voluntad de esta joven generación, imagino que ustedes estarán viendo esto desde algún lugar y los acompañarán en espíritu en esta lucha tan sangrienta, ellos son la verdadera naturaleza para la que se creó The Order, no nos defraudarán, muchachos, ustedes son los herederos de la voluntad de Okibame como de Kai.— Recordar que Cel ignoraba el hecho de que Kai siguiera con vida.

Cerca de los confines de la misma ciudad, en medio de un campo completamente abierto, precisamente estaban entrenando tanto Soujiro Izanagi, Naho Izanami, Abby Chester y Sakuya Izanami. Quién guiaba el entrenamiento era Soujiro, el mismo que tendría más experiencia controlando la Octava Puerta y que para estas alturas y con un muy duro entrenamiento, ha conseguido dominar por completo dicha transformación. 

[ En esta parte, pueden narrar una introducción tras la misión anterior, en el caso de Sakuya puede presentar un flashback uniéndose a la Legión 0; también son libres de describir la forma de entrenamiento más adecuada que les convenga, si gustan pueden emplear algún NPC como objetivos a vencer o quizás mostrar que realizan un entrenamiento entre ustedes.

 Turnos: Soujiro, Naho, Abby y Sakuya. ]

“Llegue a pensar que no hay vida mas allá de la muerte, solamente el vacío. Ahora que el imposible se vuelve real ¿Qué mas puede depararnos?”

Ha pasado tiempo desde que ocurrió, la resurrección de su padre, la batalla en Antares, nunca antes había estado tan cerca de la muerte como esa vez donde el legendario Titan Rao fue capaz de casi exterminar su vida sin piedad, la ultima vez que estuvo asi de cerca antes de ello, fue durante la batalla con Aoshi en Eden; desde ese instante, se dio cuenta de una cosa: Si realmente quiere proteger algo, es momento de forjar su verdadero camino.

Para Soujiro no era realmente sencillo acomodarse a los cambios que estaban tomando parte en The Order, como parte de la legion Zero, esta al tanto de algunos movimientos internos, y algo que ciertamente le resulta demasiado… extraño, es que entre todo lo que ha pasado, el movimiento de poderes internos haya tomado un giro tan directo. No conoce de nada a Lancelot Soren, pero ese anciano siempre le ha dado mala espina. Sus ideas a veces se las ha compartido a Cel en cuanto ambos hablaran tras los entrenamientos, sin embargo, como es de esperarse de su líder, no hay una respuesta muy concreta mas allá de simplemente confiar en The Order, es como si sintiera que están escondiéndole algo.



Pero, salvo esto, el tiempo que vino después para Soujiro fue bastante turbulento; siendo cercano con Naho, desde incluso antes de este primer encuentro, se ha encargado de ser el que mas la vigilara en cuanto a sus entrenamientos, luego de ver sus capacidades pero la bestial falta de control que el demonio interno de ella puede tener, volvió su propia labor personal el ser quien ayudarse a su hermana mayor a poder controlar el poder de la octava puerta, complicado, pero funcional dado que ambos están en niveles muy cercanos. Sea desde lo mas agresivo del entrenamiento hasta sus encuentros mas pacificos, el lazo de ambos es fuerte, a pesar de que en momentos aparenten ser hostiles por no entenderse bien.

Trato de ayudar a Abby también con el control de su séptima puerta, ella era un tanto peculiar dado la mezcla de poder con sus armas de fuego, no computaba completamente, pero entendia que se trataba de su manera particular de usar el poder, incluso llego a aprender un tanto mas de ella con cada entrenamiento, dado que personalmente el no era muy bueno con las armas de rango.

Tras la partida de Kairi, las cosas tuvieron que reorganizarse de otro modo, al menos tenia cierta paz en que ella estuviese ya lejos del peligro. Las cosas cambiaron de un instante a otro, cuando durante una de sus visitas a Eden, un rostro conocido se le hizo aparecer; Sakuya Izanami, la recuerda de tiempo atrás, cuando era mucho mas joven, sus visitas con su servant a casa eran agradables a su manera, aunque no soportara muy bien el Bullyng de su parte. Que se uniera a The Order era un perfecto agregado, no solo por la conexión familiar entre los dos, del lado mas emocionao; si no también, porque la hija de Aoshi Izanagi seria un buen agregado para la inevitable confrontación contra el mencionado, sea cual sea el mundo del que venga, seguirá siendo un enemigo al cual alcanzar.

Por orden de Cel seria su labor guiar al grupo para seguir desarrollando sus capacidades con las puertas, la experiencia con la ahora dominada octava puerta, el haber sido entrenado en su momento por Norris sensei, sumado los resultados de sus propias búsquedas personales, de algo deben servirle para poder ayudarlas.

- ¡Estoy taaaaaaaan perdido, y muuuuuy desarmado!-

Un grito soltado en medio del bosque, esperando que fuese escuchado por alguien; un entrenamiento de rutina. La idea era que cada una encontrara su manera de enfrentarlo, advirtiéndoles que no dudara en usar octava puerta con ellas; una forma de prepararlas para una situación complicada, con algun enemigo que pueda superarlas.

- ¡No tengo nada en mis manos, espero que una pandilla de salvajes no trate de atacarme! ¡Podria morir!-

Una vez mas, invitación al peligro ¿Escogerian el irse sobre el de una vez? ¿Todas juntas? ¿O tal vez podrían dudar… si detrás de esto hay una trampa?

"Este no es mi mundo, ni mi vida, ni mi deseo... Mi mayor anhelo es estar con mi madre, pero haga lo que haga, ella ya no está, y seguramente ni aquí ni allá estará. Tengo a mi padre, pero no tengo lazos con él, solo con su recuerdo de cuando se fue y yo aún era una niña... Las historias cuentan que él no fue siempre bueno, yo recordaba que si lo era, pero no siempre lo fue. Ahora, cuando lo volví a ver, supe que estaba retirado... Pero en este nuevo mundo... ¿Estará aquí? ¿Qué será de él? ¿Es diferente a como era en Nova Terra? ¿Es bueno o es malo? No lo sé... Pero quiero averiguarlo."

Habían pasado tiempo después de su llegada a Elysium, donde había peleado junto con su tío Kai y su prima Hannae, pero al finalizar el combate, Sakuya decidió irse por su cuenta. Desgraciadamente, por su crecimiento y su nueva forma demoníaca, tenía miedo de lastimar a sus seres queridos y por eso prefirió mantenerse lejos hasta aprender a controlarse. En el transcurso del tiempo, Sakuya logró invocar a un servant que al final no solo sería su espada y escudo, sino también su pareja sentimental; pareja que la acompañaba a todos lados, eran un dúo implacable que mantenía a las bestias en raya en el lugar donde vivían. 

Por un largo tiempo, las personas hablaban sobre las hazañas de Sakuya y su servant, de como les protegían pese a que ellos no lo hacían con esa intención, más que nada, Sakuya los cazaba para mantenerse en un constante entrenamiento, pero eso beneficiaba a los pueblos que estaban cerca de la zona. 

Con el pasar del tiempo, las voces que resonaban por toda la zona atrajeron a cierta legión que pronto se apareció a la puerta de su pequeña cabaña. Sakuya era una persona desconfiada y aislada de las personas, por lo que, al sentir una extraña presencia, era obvio que se ocultaría hasta descifrar su peligrosidad, pero su alcance aún no era suficiente. 

Una vez que 3 personas estaban indagando el lugar, se llevó una pequeña pelea, hasta que unos cuantos nombres conocidos fueron mencionados: Kai Izanagi, Soujiro Izanagi y Kairi Izanami. ¿Quiénes eran esas personas que conocían a su familia? En efecto, la legión 0, una legión que buscaba reclutar a cuyas personas tenían poderes especiales, o en su caso, venir de una familia muy bien conocida en este plano, principalmente el de su tío, Kai Izanagi. De primera instancia dudó en confiar, pero no le quedaba de otra si quería volver a reencontrarse con su familia, tanto tiempo alejada y aislada, le carcomía el pecho el volver a verlos. 

Pocas pertenencias tomó para emprender el viaje, sabía que le esperarían nuevos retos, así que por lo pronto, prefirió no requerir los poderes de su servant, solo limitándolo a ver su propio entrenamiento y crecimiento propio, todo para lograr sus objetivos; encontrar a su padre de Elysium. 

Había pasado ya unos cuantos meses desde su reclutamiento hasta que fue informada de que sería entrenada nada más y nada menos que por su primo menor, Soujiro Izanagi, cosa que le pegaba en el ego, pues ella era mucho mayor que él y tal parecía que él había avanzado mucho más que ella, pero no podía dejarse llevar por tal sentimiento si quería ser mucho más fuerte y alcanzarlo e incluso superarlo. En cierto modo, recordó cuando él era más joven y le pidió entrenar a ella, pero ahora era todo lo contrario. 

Ese día se había presentado finalmente con quien sería su ahora compañera, Abby, una chica agradable y dulce con la que hizo click de inmediato, pese a conocerse muy poco. Aún así, Sakuya aún conservaba un poco de ese carácter extrovertido que solía tener en su adolescencia, pero que con el tiempo se había vuelto duro y difícil de roer, más por extraña razón, la chica le había agradado mucho.

Observó con atención la "presentación" de la chica, con las armas de fuego, más esas no eran de su estilo, prefería lo antiguo, las espadas/katanas o incluso sus propios puños, así es como fue entrenada, además de que fuera a donde fuera, siempre llevaba consigo la katana que le regaló su padre la última vez que lo vio, antes de partir a la pelea, era la espada de ese hombre Legendario que tanto había usado en sus batallas; para Sakuya, llevaba dentro de ella las almas de todos aquellos a quienes su padre derrotó, por lo que sentía respeto, amor y admiración por dicha arma.

Sonrió para la fémina y pasó al campo de batalla para la última prueba de práctica, teniendo siempre firme en su cintura su vieja katana.

                                            "Entrenamiento"

Escuchaba la voz de su primo resonar por toda la zona. Sakuya se encontraba oculta, al asecho sobre un árbol. Ella solía depender de la habilidad de Archer, esa que solo los clase Archer poseían para ver a largas distancias, pero esta vez se limitó a no requerirla y usar sus propios instintos. Veía apenas a lo lejos a su primo, el que parecía - O pretendía parecer - indefenso. Algo que Sakuya había aprendido con el tiempo era a ser cautelosa, analizar la situación y no dejarse guiar por sus instintos ahora demoníacos. 

— Abby... Esperaré a que hagas tu primer movimiento. Necesitamos distraerlo de algún modo para poder atacarlo, si lo hacemos de golpe, seguramente no lograremos nada.

Mencionó Sakuya al aire, como si su compañera pudiese escucharla, aunque sabía que no sucedería, ya que estaban de cierta forma alejadas, más esperaba - O confiaba - que ella pudiese pensar similar a ella, entonces esperó el momento justo. Desenvainó su espada, se quedó en silencio observando los movimientos, esperando a que la tercera chica en cuestión; su prima Naho, también hiciera un llamado para poder atacar a conjunto, claro, si eso es lo que ellas deseaban. 

Aún podía recordar la terrible jaqueca que tuvo después de la pelea contra el Titan y lo avergonzada que se sintió cuando despertó en un sitio desconocido, completamente desnuda y con la noticia de que, pese a haber logrado salir victoriosa, se había desmayado antes de que se terminara por completo el trabajo.

Naho no cabía en sí de la vergüenza —una que se aminoró al descubrir que Soujiro estaba bien y vivo— y se odiaba profundamente por haber dado esa primera impresión al hombre que había buscado encarecidamente desde la muerte de su madre; Kai Izanagi. Sin embargo, el demonio en su interior le había traído algo bueno por primera vez: la oportunidad de dejar de ser una nómada para poder pertenecer a algo.

Algo lejos de la familia convencional que siempre había soñado, pero algo al fin y al cabo.

"Qué asco me da toda esta gente". 

La voz torcida y profunda del demonio en su interior hizo eco en sus pensamientos. Al principio de su llegaba a aquel lugar, Naho creyó que había perdido la conexión con esa bestia cuando pasó días sin oír sus improperios... Su mente al fin estaba en paz y podía pensar en lo que le viniera en gana sin la necesidad de ser criticada por el ser aquel. Eso incluso le sirvió para poder avanzar en los entrenamientos a los que Soujiro la sometió. Empero, no todo lo que brilla es oro, y más temprano que tarde el demonio resurgió de su interior, aunque nunca quiso comentarle a dónde había ido o el motivo de su silencio. 

—Sh. Cortas mi concentración. 

Naho no se molestó en disimular que hablaba con alguien cuando entró a lo que parecía ser una armería y se encontró con otras dos integrantes de la Legión. Por suerte estas no parecieron darse cuenta, pues estaban ensimismadas en la elección de sus armas. Izanami las conocía de vista y por presentación corta, se dirigía a ellas con respeto pese a la diferencia de edades, y les admiraba a su manera. Sobre todo por lo que Soujiro le había dicho sobre ellas. 

Aún así, no siguió la elección de ninguna de ambas. Armas de fuego y de corto alcance... Ella nunca había necesitado de algo así, su arma residía dentro de ella y le dañaba el cuerpo cada que era usada. Dudaba poder controlar algo fuera del fuego abrazador del demonio al que estaba atada. 

Para cuando el entrenamiento dio comienzo y las mujeres se dispusieron a cazar a Soujiro, Naho aprendió más de sus movimientos y del alto nivel al que estaban. Se sintió ligeramente en desventaja, pues sus habilidades en batalla eran burdas, desmedidas y no tan bien controladas como quisiera; después de todo, era el demonio el que se apoderaba de ella para poder lograr vencer o asesinar a quien se le antojara. 

—Seré la carnada —anunció, sabiendo que alguien tenía que atraer la atención masculina y asumiendo que, de las tres, era la que menos quería dejarse llevar por completo. 

Salió de su escondite, a unos metros de Izanagi, fingiendo que había cometido un error al correr para volver a esconderse. Sabiendo que la vería sí o sí. 

"Qué ganas tengo de freír a ese niñato. ¡Qué necesidad de reprimirte! Podrías pasar a la acción". 

La pelirroja se mordió el inferior y maldijo mentalmente al demonio. Si antes su temor era grande, ahora era mayor. 

Mejor dejárselo a ellas y permanecer como apoyo. Preferible a volver a quemar kilómetros y kilómetros de hectáreas. 

[ El entrenamiento continuará en esta ronda a cargo de Soujiro, por lo que los turnos serán como se indican:

 Turnos: Soujiro, Sakuya y Naho. ]

Un entretenido momento entre los cuatro; realmente consideraba funcional poder realizar este tipo de cosas, no es un buen maestro, el lo sabe mejor que nadie, pero sin duda daría todo por ayudarlas en cuanto pueda.

Sin embargo, Soujiro sabe que no debe ser cuidadoso, ama a Naho, le tiene un fuerte cariño a Sakuya y a Abby la considera una buena amiga, pero no puede por nada en este mundo permitirse ser blando, porque de otro modo no podrá ayudarlas a desarrollar mejor el poderío de sus puertas.

Inspiro profundamente, pudo ver el mover de Naho, si bien podría ser una carnada perfecta para atacarla, esto resulto en algo aun peor, puesto que al ella tratar de distraerlo, pudo seguir su energía solo por unos instantes, y dar con las de Sakuya y Abby fácilmente.

-Primera regla, chicas. Este debe ser un combate real para ustedes… por mas que sea yo su enemigo. Peleamos en contra de variantes, fácilmente alguna vez podrían encontrarse con alguien usando mi mismo rostro.-

Su tono de voz denotaría una severidad muy poco usual, es como si se tratara de cuando se encuentra enteramente listo para el combate. De golpe, su energía prima aumentaría, habilitando la séptima puerta dominada completamente, un foco de alerta para las tres, puesto que significaba que no seria para nada misericordioso, por mas que sean cercanas a el.

-Y no tendrá piedad, mucho menos de la que tengo yo.-

Usaria esa energía liberada para moverse a una brutal velocidad, en cuestión de segundos, asaltaría a Abby, a quien atacaría usando la diestra. No la golpearía, seria solamente la presión de aire liberada con el puno la que impactaría sobre su estomago, haciéndola quedar inconsciente sin tiempo para reaccionar.



Su cuerpo saldría despedido por los aires, sin embargo, Soujiro la atraparía y la haría descender al suelo sin causarle mayores afectaciones mas que el tocar la tierra sin mucho cuidado.

-Segunda lección.-

Alzo la diestra, estaba en una zona céntrica donde fácilmente ellas dos podrían verlo y alcanzarlo. Sus dedos se encendieron en un tono amarillento que indicaba el aumento de calor, índice y medio brillaron, mientras con su mano tomaba la forma de una pistola cual si fuera un juego de infantes.

-Burning finger.. 2-


La manipulación de su segundo elemento, el fuego es algo que aprendio a controlar con mas destreza. Solo dos de sus dedos se encendieron en un punto de calor tal, que parecían ser justamente el canon de una pistola. La concentración de fuego era tal que solo disparar con esa forma haría que fácilmente el cráneo de Abby fuese atravesado, que es justo donde estaba apuntando.

-¿Qué hacen si un enemigo tiene a un aliado de rehen? Si me atacan sin pensar, la eliminare, si me toman por sorpresa, podrían hacerle algo a ella sin saberlo ¿Cómo reaccionaran?-



Las esta poniendo en una situación tensa, en el peor de los casos Abby podría salir lastimada ¿Qué podrían hacer Naho y Sakuya siendo que a penas se estaban conociendo?

"Recuerda quien eres tú, de donde provienes y a donde vas. Sin importar los errores que cometas, tómalos como aprendizaje y crece; crece mucho y sé más fuerte; siempre fuerte, mi pequeña. Para que el día de mañana luches por tus propios ideales. Eres una Tsukimiya, eres una Izanami, tienes la sangre de un gran guerrero en tus venas; no te rindas nunca, Sakuya; nunca digas que no puedes. Supera tus límites, rompe todas las barreras que se interpongan en tu camino, y así... Triunfarás."

"Palabras de mi madre que siempre suenan en mi cabeza, mucho más cuando estoy en problemas o entrenando; palabras que me recuerdan mis objetivos y que no puedo darme por vencida por más que el panorama se vea oscuro y sin salida... "Crea tu propia ruta, Sakuya", solía decirme mi madre cuando era niña, cada vez que encontraba un obstáculo en mi camino y pensaba que no tenía la manera de resolverlo... Sus palabras siempre fueron acertadas en el momento justo, en el tiempo justo... Desearía que estuvieras aquí madre. Mírame crecer más y más."

Inmersa en sus pensamientos, la joven Izanami veía y analizaba el panorama desde el lugar donde estaba; confiaba en sus compañeras de entrenamiento, en cada una de las tácticas que parecían entender una y otra con una simple mirada o un pequeño ruidillo, pero parecía que Soujiro ya se sabía ese tipo de tretas y no caería tan fácilmente. Una gota cayó por su sien al ver desde su posición como es que Abby, quien estaba a unos cuantos metros de ella, había caído por un golpe del Izanagi. "Demonios..." Pensó para si misma, tragando un poco de saliva al escuchar a su primo hablar. Frunció el entrecejo y empuñó con más fuerza su vieja katana, esto no sería tan fácil como aquella vez que entrenó con su primo cuando este era más joven. Aquella vez, Sakuya tenía más fuerza y experiencia que él, pero ahora era todo lo contrario. De alguna manera seguía pegándole en el orgullo, pero a su vez, se sentía feliz del crecimiento de este, ya no era un chiquillo y ahora le devolvía un poco de lo que fue el pasado. 

Volteó a ver a Naho, quedándose aún en silencio para pensar en su movimiento, ya dos de ellas estaban al descubierto, Naho al haberse hecho pasar por carnada y Abby que había sido "noqueada" por Soujiro, y ahora estaba entre los brazos de este, como una rehén. 

Chasqueó la lengua y frunció aún más el ceño. Para ella este era un truco bastante bajo y vil, usar a una persona desmayada como rehén, pero algo que tenía razón Soujiro era que el enemigo no le importaría usar cualquier cosa que tuviera a su alcance para poder atacar y mantenerle a raya. Una vez más tragó saliva y soltó un pequeño y pausado suspiro para relajar la tensión en su cuerpo, disminuyendo por un instante su energía para desvanecerse. Brinco a brinco, con suaves y silenciosas caídas se fue moviendo por entre los árboles; mientras estaba alejada de toda su familia, no fue todo en vano, ya que también por su cuenta había entrenado, y gracias a las enseñanzas de Archer, se había vuelto más hábil para ocultar su presencia y ser silenciosa, al menos dentro de lo que cabe; Archer siempre solía repetirle que tenía que ver todo el panorama para saber por donde atacar. 
"Un ángulo... Debe haber un ángulo perfecto para atacarlo y no lastimar a Abby... Debe haberlo... Y si no lo hay, lo haré con mis propias manos" Pensó, achicando la mirada, buscando con la misma una zona lo suficientemente confiable para comenzar a atacar y a la vez no lastimar a su compañera, así como poder acercarse a Naho y planear algo para poder hacer que Soujiro liberara a Abby. 

Pronto, se vio sobre un alto árbol, un ángulo perfecto para un buen ataque. En completo silencio, flexionó sus rodillas y en un largo salto, usando el sol como "camuflaje", dio un giro por los aires, posicionándose con la cabeza hacia abajo, con la katana sujeta con ambas manos y esta misma sobresaliendo por su cabeza, como una lanza que iba en picada hacia Soujiro, y para hacer más estruendo, dio giros en el aire para que el impacto fuera mayor. 

— Se te olvidó algo, pequeño Soujiro... No soy una heroina... Soy la hija de Aoshi Izanagi, aquel hombre que fue un caos en el pasado. Yo también puedo ser un caos y no me importa lo que suceda con Abby.

Mintió, claro que a Sakuya le preocupaba la integridad de Abby, pero algo que había aprendido de su madre era a no mostrar debilidades por más que fuese cruel y despiadada al mentir. Aquel ataque había sido ejecutado, caía en rápida picada, ¿Qué sucedería? ¿Acertaría o Soujiro sería lo suficientemente fuerte y capaz de usar a Abby como escudo? No lo sabía, y por dentro esperaba que no fuera así... Que Soujiro no sacrificara a alguien de esa manera, rogaba con todo su corazón no lastimar a su compañera. Y mientras caía, vio por un par de segundos a Naho, como si le dijiera con la mirada "Ahora la distracción soy yo, Naho." ¿Qué haría ella? ¿Percibiría aquel pensar de Sakuya? ¿Atacaría mientras ella buscaba ser ahora el cebo? 

Demasiado veloz, por mas que ella estuviese en un nivel semejante a Soujiro, la experiencia de este resultaba abrumadora. Ambos habían entrenado juntos en respecto a la octava puerta, sin embargo ella continuaba aun a la mitad de camino que el; esto por causa de tener que retener al demonio, de otro modo, este podría fácilmente salirse de control en cuanto tuviese la oportunidad. Se sentía molesta, se sentía frustrada en cierta forma al ver que lo planeado estaba siendo todo menos funcional.

“- ¿Por qué sigues siendo cuidadosa? El maldito mocoso ha hablado; no debes verlo como tu preciado hermano, si no como un enemigo.-“

Truculenta era la voz de sus pensamientos, el demonio ciertamente deseaba sangre sobre si, consumir todo a su paso, y si podía usar esto como un medio, entonces lo explotaría a como pudiese. Aprovechando su frustración, haciéndose de sus molestias, presionando sobre el hecho de no saber que hacer… empero, Naho ya no era fácil de controlar usando palabras como esas, mucho menos cuando los impulsos de su psique parecían empujarla hacia adelante. 

Ha aprendido como callar las voces, así como también hacerse de una forma de retener al demonio, no se la dejara tan fácil para que este intentase liberarse contra su hermano, ni contra sus compañeras. 

-Es fuerte, pero no sabe de lo que soy capaz.

Analítica como aprendió a serlo, ella también creció por su cuenta, progreso a su manera, se hizo fuerte por si misma, y esto lo demostraría aun en el entrenamiento. Fue la rapidez de Sakuya lo que le seria de mayor ayuda, solo con el cruce de miradas entendió, una mueca con su cabeza al asentir seria lo que respondería, para poder focalizarse enteramente en lo siguiente por hacer.

Conoce muy bien a Soujiro… ella sabe, o al menos cree que por mas estricto que sea, su corazón bondadoso le impedirá usar una táctica tan vil como escudarse con una aliada. Sin embargo, ella en nada será confiada de lo que sabe, no subestimara a un adversario por mas que le conozca.

Flexiono sus piernas, y fue entonces que la séptima puerta se hizo presente recorriendo su cuerpo, enfocada, veloz, se lanzaría directamente hasta Soujiro, mientras el calor de sus llamas envuelve sus manos, no le dará en absoluto un tiempo de respuesta, lo atacara golpeando su costado, para empujarlo directo al ataque de Sakuya, justamente contra el brazo que sostenía amenazada a la inconsciente Abby.

Un ataque de dos flancos, no le dejara un solo segundo para pensar.

El excelente entrenamiento por parte de los integrantes de la Legión 0 parecía rendir sus frutos, pese a que Soujiro se vería en ventaja tras haber logrado dejar inconsciente a Abby, Sakuya y Naho no retrocederían en su labor, idearon sus respectivas estratagemas para poder lanzarse a atacar hacia el Izanagi; empero, mientras Naho se lanzó con intensas flamas que cubren las manos y Sakuya ataca desde arriba al lanzarse en picada, en el campo de entrenamiento apareció alguien más cuya voz mentó.

—  Kuchiyose: Sanjū Rashōmon —

Frente a cada Izanami se elevaron enormes murallas que se encargaron de detenerlas en su respectivo ataque; eran sumamente sólidas y ya se las habría visto anteriormente, era una de las técnicas que usaba Okibame, sólo que quién la usó en esta ocasión, fue nada más y nada menos que Cel Paradiesisch, mismo que hizo su aparición. — Suficiente de entrenamiento, Soujiro, Naho, Sakuya, debemos hablar en seguida, a solas. — La orden fue emitida y todo indicaba que habría que dejar todo de lado y en seguida prepararse para una nueva misión ¿A qué mundo irán ahora? ¿Qué nuevos peligros llegarán a enfrentar?

SALA DE REUNIONES EN LA CIUDADELA

Entorno a la mesa circular donde Cel suele presidir las reuniones, acompañado por Sakuya, Naho y Soujiro, el mismo comenzaba a brindar detalles acerca del lugar al que tendrían que dirigirse en dicha oportunidad, mostrándoles un mundo bastante vasto con una serie de paisajes que parecían ser de ensueño, debido a los espléndidos bosques que lo rodean, quizás para los tres Izanagi se les haría familiar a Aquvy en el mundo Eden.

Cel Paradiesisch: — El mundo al que nos dirigimos se llama Emerald Dream, es un mundo aliado y a diferencia de otros que hemos visitado no está bajo la jurisdicción de The Order, por lo que no poseemos ejércitos ni campamentos en dicho lugar, ya que tras la guerra de la Entropía se firmó un acuerdo de que Emerald Dream sería un mundo aliado mas no estaría bajo las reglas ni los estatutos de The Order. Aunque ya saben la situación de desventaja en la que nos encontramos, dentro del plano de Elysium, Emerald Dream es el mundo más cercano a la Ciudadela y seguramente recordarán la amenaza multiversal emitida por Haevner, los Reapers expanden sus dominios de forma vertiginosa, así que tras no conseguir a la bestia de la Novena Puerta en Antares, por órdenes del Rey Blanco tenemos que convencer de cualquier modo al regente de Emerald Dream que se una a la facción de The Order.— En seguida emitió un pesado suspiro para luego añadir. — Por supuesto, que mi idea es no tener que recurrir a la fuerza sino al diálogo ya que deseo respetar la voluntad de Okibame, él decidió que habría respeto mutuo entre nuestra facción y el reino de Emerald Dream se mantendría como independiente. Por este motivo, no hemos traído mayor número de naves ni tampoco podemos llegar con ejércitos de soldados, esta visita debe ser sumamente diplomática y yo confío mucho en ustedes, tenemos que ver la manera de persuadir a Jumin Van Astrea, el actual regente de este mundo; es algo complejo de negociar y el tiempo nos juega en contra, pero tenemos que ganarnos su máxima confianza y establecer lazos para permitir una alianza mucho más fuerte y sumar nuestro ejército al de Emerald Dream, ya que no nos cabe duda de que los Reapers van a pretender llegar de todas formas aquí. — Tras ello, emitió una imagen proyectada de Jumin, al mismo tiempo que Cel hablaba. — Esta información es confidencial, les pido que por favor sea de su total reserva, de no hacerlo, el Rey Blanco ordenará el despliegue de su mayor número de fuerzas a Emerald Dream para hacer posesión de ese territorio. — Hizo una notoria mueca de molestia para luego concretar. — Imagino deben estar exhaustos por el entrenamiento, tienen apenas unas horas para descansar y posterior a ello tendremos que partir.—

 UN SUEÑO EXTRAÑO

Cerca de la hora pactada, Soujiro estaba recostado en la cama de su recinto, los constantes entrenamientos habrían sido sumamente devastadores y por tanto, pese a sus esfuerzos cada vez el agotamiento se iría acumulando mucho más, aunque algo sumamente inesperado estaba ocurriendo por su mente.

Pero por ahora, él visualizaba un sueño en particular, se veía a sí mismo como un pequeño infante en compañía de su prima Hannae Izanami, su hermana Kairi, Roy Okasaki, su fallecida madre Naomi Natsuki y también su padre Kai, todos disfrutando de un picnic en el campo en aquellos días que se disfrutaban de paz en el mundo Edén.

El paisaje era una pradera completamente extensa iluminada por un incesante sol, donde la familia disfrutaba de la paz de aquellos días que hoy lucen como increíblemente lejanos y como si Soujiro estuviese consciente de que se trata de un simple sueño, no dejaba de pensar en una serie de cuestiones por su mente:

¿Qué tan lejana luce ahora esa época? Animado y muy ansioso con el objetivo de ser un héroe como su padre, pero mucho más importante, toda la felicidad de tener a sus seres amados juntos compartiendo momentos únicos que se verían inolvidables, entonces volteó para ver a su madre, como si luciera mucho más radiante de lo común, cómo no quedarse a disfrutar de esos instantes y olvidar al menos en sueños de la trágica realidad que le tocó vivir. De un momento a otro, dicho sueño llegó a distorsionarse, como un inquietante chirrido donde la luminosidad de ese paraje se vio opacada por una incesante oscuridad seguida de un cielo carmesí, donde vio morir a su madre de forma completamente horrorosa y sangrienta, viendo ante sus ojos cómo los sesos le estallaron seguido de un incesante mar de sangre, siendo que a sus demás seres queridos pasaron por algo similar.

Completamente temeroso y sorprendido al inicio, todo eso pasó a transformarse en ira que iba acumulándose cada vez más en su interior, en cuyos pensamientos fueron resonando las sínicas y burlescas carcajadas de Aoshi como de los demás Reapers, al mismo tiempo que afloran los sentimientos de venganza que ahora surgen desde lo más profundo de su corazón en medio de ese opaco escenario carmesí con la sangre que llega hasta los dedos incrustados en el suelo del auto proyectado como un infante Izanagi y sin dejar de escuchar voces que ahora invaden su mente, llegando incluso a marearlo como si tarde o temprano fuese a sucumbir ante ellas, Soujiro vio proyectada cómo la realidad misma llega a distorsionarse, tal cual si viajase a una increíble velocidad por lo que todo el paisaje se deformaba hasta que se topó con una siniestra e inquietante efigie en medio de un putrefacto y gris paraje cuya distorsionada voz invade su mente.

 — Acoge tu ira… abrázala… véngate… destrúyelos… déjate dominar por tu enfado… libérala… y tan sólo mátalos… mátalos… mátalos… ¡MÁTALOS! —

Soujiro llegó a despertarse y en cuanto lo note, verá que le sangra la nariz.

[ Nota del GM: Una vez despierto, Soujiro debe ir en busca de Sakuya y de Naho, quedará en él si decide contarles lo que acaba de ocurrir o no.

Turnos: Soujiro, Sakuya, Naho.

-Hmp…

No era la molestia de que el entrenamiento fuese cortado, la verdad fue un alivio, pues desconocia cuanto mas tiempo hubiera podido sostener la imagen de villano cruel. Podia ser que el tiempo lo hubiese vuelto mas firme como persona, mas aun asi, encontraba sus valores como parte de las convicciones que lo vuelven quien es ahora. No habría podido ser mas cruel con Abby, ni atacado a Naho ni a Sakuya a traición, por mas que todo le pidiera ser asi. Aun cuando fuese solo actuación, no puede dejarse llevar por esos impulsos.

En cuanto a lo demás, una vez que la reunión tomase lugar, analisaria cada pieza de información, un mundo neutral ¿Por qué ahora debian involucrarlo? Le recordaba al estado anterior de Eden, antes de los reapers, antes del ataque, ellos nunca eligieron ser parte de esta guerra hasta que las situaciones los empujaron ¿Por qué no dejar un mundo neutral en paz? Siendo que incluso parecen estar bien preparados para cualquier cosa.

Pero ese fue el error que hizo a Eden caer, asi que… quizás tenían un punto a favor. Soujiro no dijo nada, sus labios estuvieron sellados, siendo que normalmente el opinaba sobre las cosas, el cansancio mental y físico eran enormes; Naho quizás seria la primera en notarlo con solo verlo, Sakuya también, y es que en sus ojos puede verse dibujadas las ojeras que remarca la falta de descanso.

Al retirarse, tambaleo un poco ¿Cuan débil puede ser como para sentirse en las ultimas? Estaba frustrado, y es que Soujiro es del tipo de persona que es capaz de presionarse mas allá de sus limites. Debe ser fuerte, el mas fuerte, no puede solamente quedarse atrás, no puede depender de que su padre aparezca para salvarlo, ni mucho menos de tener la suerte de sobrevivir.

Ha probado de primera mano el poder de la novena puerta en forma del violento ataque de Ares, y no permitirá para nada verse vulnerable una vez mas. En fin, una vez llegado a su habitación, se desplomaría sobre la cama, tal vez descansar unas horas le servirá.

Unas horas…. Solo unas horas… solo…

Miedo, preocupación, enojo, todo eso desaparecio cuando sus ojos abrió de nuevo, estaban todos ahí, su familia, los que conoció primero e incluso estaban Naho y Sakuya con apariencias mas jóvenes. Reunidos como siempre debió ser, como alguna vez auguraba la paz que respiraban al inicio de sus aventuras; el pequeño héroe de la justicia…

 ¿Alguna vez se ha sentido tan feliz de nuevo?

Simplemente decidio disfrutarlo; pasar el tiempo juntos con los suyos, dejar que la tranquilidad los iluminara, se envolvió con cada uno, y asi se divirtió… hasta su madre estaba ahí, su querida progenitora que siempre le cuido ¿Ha sido tan radiante antes?

No… no… la ilusión se rompió en cuanto el primer cuerpo perecio

-MADRE- Y luego siguieron los demás, la opresión en el pecho producto de la ansiedad, el vacio de la debilidad, cayo de rodillas al suelo tocando los charcos de sangre, las risas no faltaron, e impotente pondría su rostro sobre el suelo, mientras las imágenes de Aoshi y Alter Kai aparecían delante suyo, riéndose con crueldad.

-Jure que los haría pagar por lo que hicieron…-

Su cuerpo fue rompiendo poco a poco el cascaron de juventud, retomando una vez mas su forma de joven adulto, octava puerta activada de golpe, la energía azulada tornándose en violácea, el aura oscura que siempre cargaba consigo. Sus ojos se iluminaron al instante con esas asesinas lumbreras que se disparaban contra sus enemigos, pero, una vez mas… la imagen que apareció lo dejo desconcertado.

El llamado de la forma, esa oscura presencia no le generaba confianza, pero sus palabras eran tentadoras. Apreto los dientes, cada llamado a la muerte lo hacia empujar mas hacia adelante, si, deseaba hacerlo, sin embargo, algo dentro suyo sabia que esto, todo esto, no estaba para nada bien.

-Largate!-

Intento cortar a la figura, hasta que despertó de golpe. Se toco la cara, estaba sudando, su pecho se inflaba y disminuía repetidas veces por causa de la hiperventilación, tragaba saliva, palpitaba rápido, su corazón estaba acelerado. Intentaba calmarse, pero al tocarse la cara pudo sentir el hilo de sangre.

-Mierda-

Empezo a limpiarse, decidio salir de la cama, claro que su falta de modales hacia que tuviese que hacerlo con la mano, aun seguía con eso en cuanto salió al pasillo, estaba aun confundido ¿Alguien lo interceptara?

Previamente, estaba en el aire, a punto de atacar a Soujiro; una sonrisa de par en par adornando sus labios, pues sentía que acertaría sin duda su ataque, al menos en su pensamiento era así, pero alguien intervino y su ataque se volvió inútil pues una inmensa y sólida muralla apareció frente a ella, y en un rápido y flexible movimiento, giró en el aire y alcanzó a chocar contra la pared usando sus pies, flexionando sus piernas para luego impulsarse hacia atrás y finalmente caer de pie en el suelo. Por un instante se sintió frustrada y justo cuando iba a reclamar algo, es cuando vio a Cel, entonces se guardó sus palabras, se mordió la lengua y asintió a las palabras de esto, procediendo a caminar detrás de este. De su bolsillo sacó un nuevo vendaje el cual fue poniéndose en su brazo izquierdo mientras caminaba al lado de sus primos, debía sellar su brazo pues no quería salirse de control. 

- Sala de reuniones - 

En todo momento permaneció en silencio, viendo con atención las imágenes que les mostraba Cel; sin duda eran paisajes amplios y hermosos, y ella que había vivido un largo tiempo en un bosque, era obvio que los parajes le parecieran fascinantes e incluso soñara con vivir en un lugar así, pero su burbuja de ilusiones y sueños se rompió al momento en que Cel volvió a tomar la palabra para explicar qué era ese lugar y por que razón debían dirigirse a tan bello lugar. 

Una pequeña mueca de molestia apareció en su rostro, era un lugar tan hermoso como para mancharlo con una guerra y una conquista innecesaria. Soltó un pequeño suspiro y vio con atención la imagen de Jumin. 

— Entonces nuestra misión es persuadirlo y convencerlo de unirse a The Order, de lo contrario, si no lo logramos, habrá una conquista, una guerra que pueda destruir tan bello lugar. — Se rascó el mentón, pensativa luego de hablar. Obviamente hizo una pausa a sus palabras, para luego retomar el habla. — Mi madre me enseñó un poco de diplomacia, así que permítame ser la primera en hablar con el señor Van Astrea, Cel. Creo que entre mis primos y yo lograremos convencerlo. Más para ello... Quería ver si tenemos permitido hacer algún intercambio, trueque y/o ofrecimiento para el señor Jumin. Es decir... ¿Tenemos carta libre para usar cualquier forma de convencimiento que no sea violento?

Se cruzó de brazos sin dejar de ver cada detalle, como si estuviese guardando para si misma la información y a su vez, tramando algo para poder lograr el objetivo deseado. 

Alzó un poco la vista para ver a Cel cuando les mencionó que tenían un poco de tiempo libre para asearse y descansar después de ese entrenamiento que tuvieron. Asintió con la cabeza y se fue a paso lento a sus aposentos.

- Habitación de Sakuya -

Luego de llegar a su habitación, tomó asiento sobre la cama y se quedó viendo fijamente a sus manos mientras mantenía una pequeña charla con su servant. Debido a su conexión con este podía usar su mente para poder entablar conversaciones con él, ya que Archer no era parte de The Order, normalmente solía mantenerlo oculto haciendo que estuviera en su forma espiritual para no incomodar a alguien, pese a que ahora él era como su espada y su escudo, es decir, un arma más para ella - Pese a ser su pareja -.

Después de finalizar esa conversación con el servant, procedió a salir de su habitación para dirigirse al baño que era de uso común y mientras avanzaba por los pasillos, logró ver a Soujiro con una cara distinta a la que solía tener siempre. Sin decir nada, se acercó a su pequeño primo y le dio un par de palmadas en el hombro.

— Sea lo que sea que te moleste o te tenga en ese estado... Recuerda siempre una cosa, algo que todos sabemos... Tío Kai siempre vencerá. El nunca se rindió y tú tampoco debes rendirte. Eres su hijo varón y como tal, tienes más responsabilidades que nosotras las chicas... Eres el legado Izanagi, el primero y único hombre de esta generación, así que... Recuerda que eres hijo de Kai Izanagi, aquel hombre que ha salvado a todos. Siéntete orgulloso y lucha, sé más fuerte Soujiro. Confío en ti.

No dijo nada más ni siquiera esperó a que le diera respuesta; Sakuya era una chica que de un tiempo para acá se había vuelto más calmada, alejada de todo y de todos, casi una hermitaña, pero siempre tenía una palabra de aliento aunque no supiera la situación; le gustaba analizar y decir lo que pensaba o sospechaba que tenían los otros, y, sobre todo, no le gustaba meterse en la vida de los demás, así que, en su pensar, si su primo necesitaba un consejo o contar lo que le sucedía, con sus palabras anteriores esperaba que él entendiera que ella estaría para apoyarlo y escucharlo siempre que tuviera la necesidad de hacerlo, sin presión alguna, al final de cuentas, pese a no tener todo ese peso del apellido familiar sobre sus hombros, seguía siendo la primera de esa generación de Izanagi/Izanami y como tal, su responsabilidad era cuidar moralmente de todos sus primos.

Paso a paso se dirigió al baño y una vez en este, tomó un relajante pero rápido baño, no quería perder mucho tiempo, pues aún debía descansar un poco sus tensos músculos. Salió del baño ya vestida y se dirigió hacia su habitación y luego al balcón de esta, donde tomó asiento sobre la barandilla, esperando la hora a que les llamaran; no necesitaba dormir, estar en pleno silencio y tranquilidad era más que suficiente para ella, para descansar, dejando que la fresca brisa de viento terminara por secar su largo y húmedo cabello.