°La puerta del baño se abrió, y salí arrastrando los pies, agotada.
Me dejé caer sobre el sofá con un suspiro largo y rendido.

Con un gesto lento, aparté mi cabello rubio del ojo izquierdo y me estiré como si el cansancio también viviera en mis huesos.°

—*Dios… cambiar de cara es tan malditamente cansado…"

—"Ahora recuerdo por qué duré tanto tiempo siendo Hari…"

—"Hablando de eso… ¿cómo debería llamarme ahora?"

°Lo dije mientras miraba a la nada, perdida en el techo por unos segundos.
Luego entrecerré los ojos y solté una risa suave, como si esa respuesta hubiera estado siempre allí, flotando.°

—"Mermid Daminet… suena perfecto…"

—"Di “hola” al mundo, Mermin…
Hola, mundo."

°Decidida a que comenzaría desde cero —otra jodida vez—, me levanté de la cama y caminé directo al baño de una forma un tanto tambaleante.

Con el desmaquillante comencé a borrar cada trazo de mi rostro, como si cada línea, cada sombra, fuera un error que debía desaparecer.
Luego vinieron los piercings.
Uno a uno, los fui quitando en silencio y dejándolos caer en el lavamanos.
Después los tatuajes.

Me los arranqué y no de una forma "emocional" , literalmente me los quite,como si fuera una serpiente mudando de piel,
como si pudiera desprender de mi cuerpo todo lo que alguna vez me hizo sentir fuerte.
Aquella " piel vieja" caían en espiral,
hundidos al fondo del retrete como recuerdos que ya no quería volver a ver.

Por un momento, mi rostro quedó en blanco.
Sin expresión. Sin cicatriz. Sin historia.
Una muñeca completamente limpia.°

–"...."

°Deslicé mi mano por la piel recién despojada de mi máscara…
Y apagué la luz del baño.°

–" Tal vez los videojuegos puedan animarme un poco..."

–"Después de todo aún no he probado estos lentes de realidad virtual"