Fenrir, tu hija tiene las hormonas disparadas — aquí llega el caos —.

— A ella le van mas los baños, y ahora mismo necesita uno relajante.—

— Estos niños... —.

Parpadeó varias veces porque, en parte, el saludo de Hati ya le había preparado para la siguiente.

— Buenos días, Dean. ¿Sí...? Gracias. —Murmuró mirando hacia la chica con una sonrisilla que acabó alargándose hasta la cafetera. Ahí se llenó una taza y giró su cuerpo para apoyarse en la encimera con el fin de beberlo ahí.

Hay café hecho — señala a Dean porque también lo ha comentado —. A ver si así consigues espabilar, tienes una cara de dormido...

Dio un saltito en el sitio. Aunque no lo haya dicho lo suficientemente fuerte como para darle motivos de asustarse, sí que no se esperaba a la fémina. Tal vez por eso de estar frotando sus ojos todavía.

— ¡H-hola! Buenos...días, Hati.

Sam~ — intenta aparentar normal —.

— Ahora tiene la cancioncita de Danny en la cabeza —.

Abrió los ojos, aunque se quedó más tiempo del debido en la cama. Sin embargo, acabó por levantarse y salir de allí en busca de algo que pudiera despertarle más que solo su propio cuerpo y el constante parpadeo por el escozor de sus ojos.
Pero esta vez...vestido con la camiseta de manga corta y un pantalón largo, como era usual en su atuendo de /pijama/. Eso o una camiseta larga, pero lo mismo era.

— Se acabó, se cuela con el en la duc... NOP. Se va a correr con Hati.—