Solo aquellos que son capaces de ver más allá de su mundo pueden verlo.
No basta con estar atento. A muchos les sorprendería cuán fina es la línea que separa los dos mundos: el mortal y el espiritual.
Algunos seres caminan sobre ese fino hilo, oscilando entre estos mundos con una facilidad pasmosa. Para ellos, divagar entre ambos planos es tan natural como respirar.
Si tus ojos pueden ver más allá, si no están empañados por el escepticismo ni por el ego, serás capaz de verlo. Puede ser un reflejo, o incluso una sombra: señales sutiles capaces de revelar un secreto guardado con sumo recelo.
Abre bien los ojos y, quizás, estos sean bendecidos con la visión de nueve colas al caminar.
Solo aquellos que son capaces de ver más allá de su mundo pueden verlo.
No basta con estar atento. A muchos les sorprendería cuán fina es la línea que separa los dos mundos: el mortal y el espiritual.
Algunos seres caminan sobre ese fino hilo, oscilando entre estos mundos con una facilidad pasmosa. Para ellos, divagar entre ambos planos es tan natural como respirar.
Si tus ojos pueden ver más allá, si no están empañados por el escepticismo ni por el ego, serás capaz de verlo. Puede ser un reflejo, o incluso una sombra: señales sutiles capaces de revelar un secreto guardado con sumo recelo.
Abre bien los ojos y, quizás, estos sean bendecidos con la visión de nueve colas al caminar.