—Eso puede que también sea verdad.—

A veces en mi tiempo libre, hago Skate y me relaja mucho en realidad

—Sí, puede que de vez en cuando nos haya ayudado, pero siempre hay un motivo detrás de eso. Nunca lo ha hecho de un modo altruista y, cada vez que nos ha ayudado, también nos ha manipulado previamente. No puedo evitar pensar que estamos jugando con fuego al mantenerlo cerca. No sabemos cuándo decidirá seguir sus verdaderas intenciones, y te aseguro que no quiero estar cerca de él cuando eso ocurra.

Inspira hondo y trata de dejar a un lado las primeras palabras de Zelgadiss.

—Zelgadiss, yo entiendo tus preocupaciones, de verdad que las entiendo. Pero Xellos... Bueno, Xellos es un enigma. No podemos negar que es un Mazoku y que sus acciones a menudo son impulsadas por sus propios objetivos. Pero, ¿has notado que a veces nos ayuda? No es alguien que se adhiera ciegamente a su bando. Quizá ni siquiera estuviéramos vivos ahora si no hubiera sido por su ayuda.

—Algo de razón tiene...—

—No me he enfadado contigo, Reena. Solo digo que, a fin de cuentas, nunca importa lo que los demás pensemos. Siempre se hace lo que a ti te da la gana. Gaudy te seguirá aunque lo arrastres al fin del mundo, y Ameria igual.

» Por mi parte yo no confío en Xellos, ni lo haré nunca. Su voluntad va en son de sus intereses particulares. Nosotros no le importamos, solo le importan sus intereses. No veo la necesidad de seguir viajando con él.

*Se ríe de la conversación de Reena y Zelgadiss. Y sabe que Xellos está cerca*

¡¿Ahora te has enfadado conmigo?! ¡Últimamente estás insoportable, Zel!

Y tú deja de poner la oreja, Xellos.

Haz lo que más te plazca. Como siempre, Reena.