— Parecía que la vida le había regalado un día en el que poder descansar. Recién entraba la noche y ella había caído rendida un par de horas atrás.
Pero despierta de golpe, ahogando un grito y llevando las manos delante de su cara.
Esperaba verlas manchadas de sangre, de la sangre de Kaia.
De nuevo aquella pesadilla, aquel recuerdo. Y la incapacidad de volver a dormir en toda la noche, de eso estaba segura.
Se lleva las manos, temblorosas a la cara, y hunde los dedos en su pelo, cerrando los ojos y presionándolos con la base de las mismas, mientras intenta bloquear las lagrimas y controlar la respiración que amenazaba con desbocarse. Debia controlarse, nadie debia de saber aquello y había demasiados oídos atentos en ese bunker.
"Kaia está viva. No ha muerto, ni lo va a hacer, vas a cambiarlo, vas a cambiarlo todo."
Se repite aquellas palabras como un mantra, luchando contra su mente, luchando contra la presión que todas las vidas de la gente a la que quiere ejercen sobre ella. —
— Parecía que la vida le había regalado un día en el que poder descansar. Recién entraba la noche y ella había caído rendida un par de horas atrás.
Pero despierta de golpe, ahogando un grito y llevando las manos delante de su cara.
Esperaba verlas manchadas de sangre, de la sangre de Kaia.
De nuevo aquella pesadilla, aquel recuerdo. Y la incapacidad de volver a dormir en toda la noche, de eso estaba segura.
Se lleva las manos, temblorosas a la cara, y hunde los dedos en su pelo, cerrando los ojos y presionándolos con la base de las mismas, mientras intenta bloquear las lagrimas y controlar la respiración que amenazaba con desbocarse. Debia controlarse, nadie debia de saber aquello y había demasiados oídos atentos en ese bunker.
"Kaia está viva. No ha muerto, ni lo va a hacer, vas a cambiarlo, vas a cambiarlo todo."
Se repite aquellas palabras como un mantra, luchando contra su mente, luchando contra la presión que todas las vidas de la gente a la que quiere ejercen sobre ella. —