Haku al descubrir que nació con un don, el cual descubrió un día de llanto por haberse caído en un agujero a causa de una fuerte lluvia, comprendió que su imaginación podría ser proyectada a través de imágenes, ilusiones perfectas. Por lo que paso su niñez como adultez perfeccionando la ilusiones…


Después que cumpliera la mayoría de edad, apropiándose del título de “profesor” creo una clase en búsqueda de personas o seres que nacieran con su mismo don, aunque sus viajes no siempre tuvieron resultados, no se rindió.


En una calurosa y tranquila tarde, por fin, dio con una persona que podría crear ilusiones o algo parecido; se quedaría en la casa de la persona a conocerle como estudiar sus habilidades. haku, aunque le estaban hablando contando historias, ignoro todo aquello con la mirada fija en lo que se mostraba al frente de sus ojos maravillados, hasta que la presencia que se acercó a él, lo interrumpió

— ¡Aparten, aparten! —El pequeño sirviente de la corte, pequeño en estatura y no en edad, avanzaba por los enormes pasillos del palacio hacia una de las miles de alcobas—. Apártense, su alteza hace llamar a [springwar]

Todo el mundo se movió de su camino sin vacilar, puesto que sus movimientos eran tan calculados como de costumbre. Nada en el palacio se salía del orden en aquellos momentos, ni una sola rosa fuera de su color, el perfume justo para no ser suave ni tampoco apabullante, las doncellas vestían perfectas, todas enfiladas a cada lado del pasillo como estipulaba el larguísimo (y bien largo) Real Código de Etiqueta Firme y Jamás Perdible de la Reina Leïlla (O, abreviado, RCEFJPRL).

El pequeño encontró a Neramar en su lugar habitual, firme ante los aposentos de su Alteza Nifrid. Muy quieta. Aunque, por mucho que lo intentase, jamás encajaría entre los pomposos y vivos muros del palacio.

— Joven Neramar, ha sido convocada en el salón de bailes por su Alteza. Ha de acudir inmediatamente.