Su rostro mostraba el reflejo de un día sin dormir, mientras sostenía con delicadeza un pequeño envase con un líquido de color rojo intenso. Era un secreto a voces que aquel misterioso líquido era sangre, Rei simplemente se aseguró de tomar hasta la última gota de sangre en un intento por mantenerse despierto durante las siguientes horas, pero no funcionó mucho.
Suspiró con pesar, apenas cruzó la entrada del edificio universitario. Hasta la fecha, muchos de sus compañeros no eran conscientes de su naturaleza y las pocas amistades que había logrado entablar corrían el riesgo de caer en el olvido. Encontrar a alguien dispuesto a aceptar su peculiar ritmo de vida se había vuelta tan difícil como reconocerse a sí mismo en el reflejo de un espejo, se había transformado en un solitario en medio de esa abarrotada universidad, donde las vidas y las rutinas diurnas fluían sin cesar mientras él buscaba algún tipo de reconocimiento artístico en el anonimato.
Esa noche tenia un concierto el cuál representaba una oportunidad única para su carrera en solitario, era una primera presentación ante su público más grande estando solo. El sudor frío descendía por su frente mientras el reloj marcaba cada segundo que lo separaba del tan esperado concierto, aún faltaban horas y estaba demasiado nervioso. Era su momento para brillar, aún cuando sólo se trataba de un pequeño escenario local. Era una oportunidad para demostrar su talento y, quien sabe, tal vez llamar la atención de alguien que apreciara sus esfuerzos ocultos.
Su rostro mostraba el reflejo de un día sin dormir, mientras sostenía con delicadeza un pequeño envase con un líquido de color rojo intenso. Era un secreto a voces que aquel misterioso líquido era sangre, Rei simplemente se aseguró de tomar hasta la última gota de sangre en un intento por mantenerse despierto durante las siguientes horas, pero no funcionó mucho.
Suspiró con pesar, apenas cruzó la entrada del edificio universitario. Hasta la fecha, muchos de sus compañeros no eran conscientes de su naturaleza y las pocas amistades que había logrado entablar corrían el riesgo de caer en el olvido. Encontrar a alguien dispuesto a aceptar su peculiar ritmo de vida se había vuelta tan difícil como reconocerse a sí mismo en el reflejo de un espejo, se había transformado en un solitario en medio de esa abarrotada universidad, donde las vidas y las rutinas diurnas fluían sin cesar mientras él buscaba algún tipo de reconocimiento artístico en el anonimato.
Esa noche tenia un concierto el cuál representaba una oportunidad única para su carrera en solitario, era una primera presentación ante su público más grande estando solo. El sudor frío descendía por su frente mientras el reloj marcaba cada segundo que lo separaba del tan esperado concierto, aún faltaban horas y estaba demasiado nervioso. Era su momento para brillar, aún cuando sólo se trataba de un pequeño escenario local. Era una oportunidad para demostrar su talento y, quien sabe, tal vez llamar la atención de alguien que apreciara sus esfuerzos ocultos.