- Todavía no terminaba de creer que la temporada social hubiese comenzado. Y no porque estuviese emocionada por ella misma, deseando bailar hasta que los pies terminasen por destrozarla, o por ver si recibía alguna propuesta matrimonial. Era más bien por su hermana.
Era el momento de brillar de Edwina, eso era innegable. Y no iba a permitir que nadie la eclipsase, o que ella se fijase en alguna persona que no estaba a la altura.

Con aquellos pensamientos, había pasado casi toda la noche en vela, consiguiendo unas sombras moradas bajo sus ojos. Antes de que su madre las viese y pudiese reprenderla, se vistió a toda prisa y bajó buscando a su fiel compañero Newton. No era demasiado pronto, pero quería poder dar un paseo en tranquilidad. Ordenar sus ideas y respirar aire fresco.

Por eso, no tardó en encontrarse con la correa de Newton en sus manos, mientras caminaban por las calles sin prisa alguna.-