Suspiró cuando escuchaban nuevamente las palabras de su padre, si algo le molestaba era tener que aguantar los comportamientos tan tóxicos y despreciables. Su madre fumaba cigarros mientras se limitaba a escucharlo, parecía mentira como aquella escena estaba reproduciéndose en aquel momento para Nari.

— A veces pienso que hubieras estado mejor con otra familia, deberíamos haberte dejado en adopción, ¿Cierto, cariño?

La mujer, que incluso se notaba que era joven, asentía con la cabeza mientras una calada salía de su boca.

— Podríais haberlo hecho en vez de estar cada día haciéndome la maldita vida imposible, ¿No? — Sus palabras tuvieron fuera pero el tono fue difícil incluso para ella mantenerlo.

— Oh por favor, ¿Te vas a hacer la pobrecita? Ni que fueses importante para nosotros, incluso podrías haberte muerto, nisiquiera queríamos tenerte.

Aquellas palabras dolían un montón pero tuvo que apretar su mano en un puño, fingió una sonrisa ladeando la cabeza dedicandole con sus ojos otra misma.

— Cierto, podría haberlo hecho. Pero vosotros sois tan inútiles que no pudisteis hacerlo, la próxima vez hacedlo mejor. ¿No?

Aquel hombre se levantó bruscamente y acercándose a la veinteañera un bofetón le dejó en aquella mejilla. Trató de evitar la cara de dolor y simplemente siguió fingiendo que todo estaba bien.

— Qué pena que os hayáis tenido que joder vuestra adolescencia y vida joven para tenerme. Pero no pasa nada, yo no soy la que os tiene rencor. Yo tampoco quise unos padres así, habría sido mejor unos de acogida. Se nota que no teníais la cabeza para llevarme allí.

Otro bofetón llegó a su cara, siendo ésta vez la de la mujer. Mirándole con disgusto y decepción tomando otra calada del cigarro.

— Vete, ahora.

Se dió la vuelta y subiendo las escaleras como si no pasase nada, se hizo una mochila rápida. Intento quitarse las lágrimas como pudo pero salían y no pocas.

Tras aquello, abrió la ventana no queriendo verlos saltó para irse corriendo durante unos días. No queriendo saber nada de ellos.

Faltaban cosas por agarrar, pero en ese momento necesitaba escapar y ahora sólo le quedaba dónde ir. Quedándose en un banco, apoyada junto a su mochila y una manta encima de ella, comenzando a sollozar mientras sus lágrimas invadían aquellas dos marcas en sus mejillas.

Después de unos minutos, se secó las lágrimas, quiso mantener aquella actitud de fuerte, egocéntrica e incluso fría que a veces solía tener por pura coraza tapando con su pelo como podía aquellas marcas, suspirando mientras observaba la fría y oscura noche.

•|| Owi, User al habla, cualquier persona puede responder este starter aunque alguien ya lo haya hecho, no se preocupen.