La soledad me acompaña a todos lados, no importa donde vaya, todos parecen mirarme en menos como si fuera un bicho, simplemente un ser horrible que es mejor pisotear hasta que no vuelva a respirar. Claro, pero si fuera un chico con mejor cuerpo, siguiendo la norma como todos los demás borregos, haciendo oídos sordos y vista gorda a lo que pasa alrededor, estaría rodeado de validación social.
No les envidio…ni un poquito…de verdad- ¡A veces me gusta estar solo! Es bueno para pensar mejor y reorganizar pensamientos…tener pensamientos intrusivos también- pero tiene sus beneficios ser la peste negra de la sociedad.
Pero a veces olvido que los humanos no somos los únicos que viven en el mundo. Uno está tan rodeado de mierda a diario, los pensamientos se plagan de los horrores de la mente humana, como la inteligencia lleva a actos tan salvajes y dolorosos, solo por el enfermo placer de superioridad. Hasta que se siente el suave serpenteo que cubre mis ropas negras de pelos cada vez que tomo un paso.
Las mascotas no te juzgan, su mayor deseo es el de sobrevivir al hostil universo y quizás obtener un poco de cariño de sus dueños, me veo reflejado en ello, aunque suene un poco deshumanizante el compararme con un animal, yo entiendo el dolor, el miedo de estar constantemente siendo cazado, con el miedo de morir al ser el más débil.
No importa cuánto me duela la espalda por los fuertes pelotazos que me aporrean o la cara cada vez que me empujan contra los casilleros hasta que me sangre la nariz y me vea horrible, destrozado, humillado…ellos siempre vienen hacia ti, maullando y ronroneando con cada suave caricia debajo del mentón, feliz de tenerte a su lado.
Me hace querer seguir viviendo por un día mas, solamente para ver a ese gato negro que me adora…el único que me quiere y valora…y yo voy a vivir por el para darle comida todos los días y verle feliz por las calles cada vez que vuelvo de la escuela.
Me pregunto qué nombre le gustaría…
La soledad me acompaña a todos lados, no importa donde vaya, todos parecen mirarme en menos como si fuera un bicho, simplemente un ser horrible que es mejor pisotear hasta que no vuelva a respirar. Claro, pero si fuera un chico con mejor cuerpo, siguiendo la norma como todos los demás borregos, haciendo oídos sordos y vista gorda a lo que pasa alrededor, estaría rodeado de validación social.
No les envidio…ni un poquito…de verdad- ¡A veces me gusta estar solo! Es bueno para pensar mejor y reorganizar pensamientos…tener pensamientos intrusivos también- pero tiene sus beneficios ser la peste negra de la sociedad.
Pero a veces olvido que los humanos no somos los únicos que viven en el mundo. Uno está tan rodeado de mierda a diario, los pensamientos se plagan de los horrores de la mente humana, como la inteligencia lleva a actos tan salvajes y dolorosos, solo por el enfermo placer de superioridad. Hasta que se siente el suave serpenteo que cubre mis ropas negras de pelos cada vez que tomo un paso.
Las mascotas no te juzgan, su mayor deseo es el de sobrevivir al hostil universo y quizás obtener un poco de cariño de sus dueños, me veo reflejado en ello, aunque suene un poco deshumanizante el compararme con un animal, yo entiendo el dolor, el miedo de estar constantemente siendo cazado, con el miedo de morir al ser el más débil.
No importa cuánto me duela la espalda por los fuertes pelotazos que me aporrean o la cara cada vez que me empujan contra los casilleros hasta que me sangre la nariz y me vea horrible, destrozado, humillado…ellos siempre vienen hacia ti, maullando y ronroneando con cada suave caricia debajo del mentón, feliz de tenerte a su lado.
Me hace querer seguir viviendo por un día mas, solamente para ver a ese gato negro que me adora…el único que me quiere y valora…y yo voy a vivir por el para darle comida todos los días y verle feliz por las calles cada vez que vuelvo de la escuela.
Me pregunto qué nombre le gustaría…