• ━ "ꜱᴇ́ ʟᴀ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴠᴇʀꜱɪᴏ́ɴ ᴅᴇ ᴛɪ ᴍɪꜱᴍᴏ".
    ━ "ꜱᴇ́ ʟᴀ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴠᴇʀꜱɪᴏ́ɴ ᴅᴇ ᴛɪ ᴍɪꜱᴍᴏ".
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  • Mi mirada dorada me otorga poder ver bajo el disfraz de los yaoguias (demonios), las intenciones de las personas, también.
    Mi mirada dorada me otorga poder ver bajo el disfraz de los yaoguias (demonios), las intenciones de las personas, también.
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  • El Primer Rey hace acto de presencia.
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  • ━ "ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ ɴᴏ ꜱᴇ ᴛʀᴀᴛᴀ ᴅᴇ ᴇɴᴄᴏɴᴛʀᴀʀ ʟᴀ ᴘᴇʀꜰᴇᴄᴄɪᴏ́ɴ, ꜱɪɴᴏ ᴅᴇ ᴅᴀʀ ʟᴏ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴅᴇ ᴛɪ" .
    ━ "ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ ɴᴏ ꜱᴇ ᴛʀᴀᴛᴀ ᴅᴇ ᴇɴᴄᴏɴᴛʀᴀʀ ʟᴀ ᴘᴇʀꜰᴇᴄᴄɪᴏ́ɴ, ꜱɪɴᴏ ᴅᴇ ᴅᴀʀ ʟᴏ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴅᴇ ᴛɪ" .
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  • ❝Si el sueño es la sombra sagrada, yo seré la llama que la sostiene. No vine a destruir la noche… sino a recordarle por qué fue creada: para que el alma no se rompa en la luz. No pretendo imponer, pretendo ayudar..."
    ❝Si el sueño es la sombra sagrada, yo seré la llama que la sostiene. No vine a destruir la noche… sino a recordarle por qué fue creada: para que el alma no se rompa en la luz. No pretendo imponer, pretendo ayudar..."
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  • Buenos días
    *Hace poco se despertó.*
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  • Era la tarde, los niños dormían su siesta, los padres tenían un momento a solas.

    En un parque se podía oír el rechinar del metal de un columpio, era Hinata quien se encontraba sentada en él.

    —¿También saliste para tomar un respiro?
    Era la tarde, los niños dormían su siesta, los padres tenían un momento a solas. En un parque se podía oír el rechinar del metal de un columpio, era Hinata quien se encontraba sentada en él. —¿También saliste para tomar un respiro?
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  • No hay otra mujer a la que yo mire más veces, a la que mis labios siguen y sobre todo que acelere mi corazón como mi esposa Layla Sinclair Rossie la mujer más hermosa y maravillosa que conozco
    No hay otra mujer a la que yo mire más veces, a la que mis labios siguen y sobre todo que acelere mi corazón como mi esposa [shimmer_fuchsia_deer_112] la mujer más hermosa y maravillosa que conozco
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  • La sala era vasta y vacía, un océano de sombras tejidas con hilos de destinos ya cortados. Átropos caminaba sola, sus pasos resonaban como ecos huecos en el silencio eterno.
    Entre sus dedos, las tijeras centelleaban con un brillo frío, sediento. Cada hoja llevaba siglos de obediencia inquebrantable, de precisión despiadada. Era su deber, su propósito.
    Su vida.

    Sin embargo, en lo más profundo de su pecho inerte, algo germinaba, algo que no comprendía.

    Se detuvo frente a un hilo dorado, suspendido entre los dedos invisibles del tiempo. Un hilo vivo, palpitante. Su mano se alzó, como siempre lo hacía. Era tan fácil cerrar las tijeras, tan sencillo olvidar.

    Pero la duda, cruel y nueva, la mordió.

    ¿Podía la Muerte amar algo más que el corte de sus tijeras?
    ¿Podía temer perder más que ese frágil hilo que estaba destinada a romper?
    ¿Podía, incluso, sentir vergüenza por desear algo tan inútil como... como otra vida, una diferente a esta?

    La hoja de las tijeras tembló.
    Un susurro —¿compasión? ¿anhelo?— acarició su oído, y Átropos, la incansable, la infalible, dudó.

    Por primera vez en la eternidad, no cerró las tijeras sin duda.. Dudó, un minuto que parecía eterno.

    Y en esa grieta diminuta de su deber, en ese espacio minúsculo entre el corte y el destino, Átropos conoció el sabor amargo de sentir.

    ¿Pero soportaría el dolor de la decepción?
    La sala era vasta y vacía, un océano de sombras tejidas con hilos de destinos ya cortados. Átropos caminaba sola, sus pasos resonaban como ecos huecos en el silencio eterno. Entre sus dedos, las tijeras centelleaban con un brillo frío, sediento. Cada hoja llevaba siglos de obediencia inquebrantable, de precisión despiadada. Era su deber, su propósito. Su vida. Sin embargo, en lo más profundo de su pecho inerte, algo germinaba, algo que no comprendía. Se detuvo frente a un hilo dorado, suspendido entre los dedos invisibles del tiempo. Un hilo vivo, palpitante. Su mano se alzó, como siempre lo hacía. Era tan fácil cerrar las tijeras, tan sencillo olvidar. Pero la duda, cruel y nueva, la mordió. ¿Podía la Muerte amar algo más que el corte de sus tijeras? ¿Podía temer perder más que ese frágil hilo que estaba destinada a romper? ¿Podía, incluso, sentir vergüenza por desear algo tan inútil como... como otra vida, una diferente a esta? La hoja de las tijeras tembló. Un susurro —¿compasión? ¿anhelo?— acarició su oído, y Átropos, la incansable, la infalible, dudó. Por primera vez en la eternidad, no cerró las tijeras sin duda.. Dudó, un minuto que parecía eterno. Y en esa grieta diminuta de su deber, en ese espacio minúsculo entre el corte y el destino, Átropos conoció el sabor amargo de sentir. ¿Pero soportaría el dolor de la decepción?
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  • - Y pensar que el primer día que nos conocimos me insultaste y me mordiste. Gracias joven lobo, siempre serás alguien importante para mí.-

    Shinobu Ikeda
    - Y pensar que el primer día que nos conocimos me insultaste y me mordiste. Gracias joven lobo, siempre serás alguien importante para mí.- [shinobuikeda13]
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