Mientras dos compañeros discuten por ver cuál de los dos atrapó al tramposo de Nigelos Sorman. Se dedica a desplumar a otras personas con absurdos juegos que gana haciendo trampas, cada dos por tres, cada mes termina detenido. Pasa un día entero encerrado en una celda y al día siguiente por falta de pruebas se le acaba soltando.
Aunque la primera vez que me tocó detenerle, estuve a punto de conseguir la prueba necesaria para enviarle a Azkaban. Resulta que ese tramposo tiene amigos muy influyentes, al final por orden de Potter, tuve que soltarle.
Cuándo ingresé como auror, Harry Potter ya era él jefe de los aurores. Desde entonces en secreto continuó investigando y recopilando pruebas.
Nigelos Sorman y sus influyentes amigos merecen ser enviados todos a Azkaban
-Realmente importa cuál de los dos lo ha capturado.
Hago caso omiso a sus miradas de rechazo ante mi comentario, su discusión vuelve a tomar el protagonismo. Necesito tomar una taza doble de cafeína, las últimas semanas apenas he pasado por casa, tengo cientas carpetas de documentanción que rellenar y informes sobre los casos terminados en el mes de octubre y los de noviembre ya empiezan a acumarlarse.
El papeleo es una de las cosas que detesto de mi trabajó, los compañeros más veteranos usan el poco poder que tienen, debido a su antigüedad para aprovecharse de los nuevos agentes y rellenan por ellos todo el papeleo.
Cuándo comencé a trabajar en esté departamento me tocó ser compañero de uno de esos agentes, fue insufrible. Aunque nunca hice por él su papeleo, a los seis meses terminaron por jubilarlo, lo cuál fue un alivio.
Digamos que nadie del ministerio lamento su jubilación, nadie se acuerda de él, es como si nunca hubiera trabajado como auror en el ministerio. Fue él único compañero que tuve, hasta el año pasado.
Ahora por orden de Potter tengo un compañero al cuál conozco bastante bien. Mi hermano menor Dylan termino sus estudios como auror este verano y lleva trabajando en el ministerio desde octubre.
Al menos ahora entre los dos se nos hace fácil repartirnos el trabajó. La próxima semana tendremos que ir de visita a Azkaban, no será una visita por placer.
-He pensado que necesitarías uno.
Dylan me ha leído la mente, cojo uno de los cafés después de sentarme en la silla de mi despacho, desde que soy agente debo confesar que el café sea vuelto indispensable en mi vida.
-Has aceptado.
-Si tu hermano no te conoce, ¿quién lo va a hacer?.
-Tenemos que ir a patrullar.
-¿Volvemos de nuevo al callejon Knockturn?.
-Está vez nos encontraremos más cerca de nuestra hermana.
-Hogsmade.