La llamada Rebelión de Ausilly fue una rebelión por motivos religiosos impulsada por la Fe de Ausilly en el año 313 de la Era del Fénix, focalizada en la región de Baribara Norte. El objetivo de la rebelión era obtener la independencia de la región y restablecer la teocracia de Ausilly. 

Para encontrar las raíces de la rebelión, hay que remontarse al año 191 de la Era del Fénix. Por aquel entonces, lo que son ahora es las regiones de Baribara Norte y Baribara Sur estaban compuestas por los reinos de Kaztzakt, Southia y Nilt. Nominalmente, los tres reinos eran monarquías, pero en la práctica eran tres teocracias gobernadas desde Kanaies por el Clerigo Superior de la Fe de Ausilly, siendo sus monarcas figuras decorativas. Todo eso acabó cuando, tras la primera Guerra de Conquista, Nimuria decidió anexionar los tres reinos, creando las regiones de Baribara Norte y Baribara Sur. Ese hecho fue un punto de inflexión en la historia de Nimuria, pues se convirtió por derecho propio en un imperio. En cuanto a las recién creadas regiones, definieron el patrón de lo que ocurriría en el futuro en otros reinos conquistados: Fueron puestas bajo la ley marcial mientras se implantaba la legislación imperial y eso incluía las Leyes de Separación que despojaban a la religión de toda influencia en el gobierno. El Clérigo Superior, que habia quedado en la región de Baribara Norte, pidió al Emperador Rheigir Cindersky una aplicación más suave y gradual de dichas leyes, permitiendo continuar en el cargo de gobernador, pero el Emperador se mostró inflexible. Tras 450 años, los tiempos en los que la palabra de la Fe de Ausilly era ley en esos reinos habían llegado a su final.  

Despojada de su poder político y con su poder militar reducido a su mínima expresión, los jerarcas de Ausilly se hacían una pregunta: "Y ahora, ¿qué?" La idea de una sublevación estaba totalmente descartada: El Ejército Santo, ya diezmado a raíz de la conquista, había sido disuelto y buena parte del ahora Ejército Imperial estaba desplegado en las dos regiones. Además, aunque habían pasado casi 200 años, el recuerdo de lo ocurrido con la Iglesia de Vyvasni, que fue completamente exterminada en castigo a una sublevación fallida, aún era demasiado fuerte como para que la Fe de Ausilly tuviera el impulso de tentar a la suerte. Esperar simplemente a que las tropas se marcharan cuando acabara el periodo de ley marcial también se descartó, pues dedujeron, acertadamente, que las autoridades de Aenthas se mostrarían en extremo vigilantes para evitar cualquier conato de sublevación en una región vecina. Finalmente, la Fe de Ausilly decidió aceptar la Separación como un hecho consumado, pero, en el más estricto de los secretos, trazaron los planes de una sublevación que fueron puestos en hibernación hasta la llegada de tiempos mejores. 

Pero esos tiempos mejores parecían lejos de llegar. El Imperio comenzó a expandirse por Vagyn y más allá, sin que surgiera la oportunidad que esperaban. Los años pasaban y Nimuria gozaba de prosperidad y estabilidad. Pero finalmente, en el año 312, cuando ya se estaban planteando el abandonar definitivamente dichos planes, la Fe de Ausilly tuvo su milagro: El Emperador Erveth había sido herido mortalmente en una cacería, cediendo la corona a su hijo, el príncipe Hanzel, convertido en monarca a los 20 años. 

Aun así, los jerarcas decidieron ser cautos y esperar a ver cuáles eran los primeros pasos del nuevo emperador. Durante el último año del reinado de Erveth, había surgido un problema de piratería en las Colonias Occidentales, pero a diferencia del fallecido monarca, Hanzel decidió resolver el problema cuanto antes, algo que la Fe de Ausilly interpretó como una “luz verde” para proceder con los planes que llevaban 120 años guardados bajo llave. Su esperanza era que, teniendo su atención puesta en el oeste, la corte de Aenthas ignoraría la sublevación, pero como pasó con Vyvasni más de 300 años antes, los movimientos de la Fe de Ausilly no pasaron desapercibidos para la inteligencia imperial, que informo puntualmente al Consejo Imperial. El Emperador decidió adoptar un enfoque similar al del rey Essnol con la Fe de Vyvasni: Dejar que empezara la sublevación para aplastarla y dejar caer el martillo sobre ese culto rebelde. Finalmente, nueve meses después de la llegada de Hanzel al trono, la Fe de Ausilly anunció la salida de Baribara Norte del Imperio y la restauración de la teocracia. Tan pronto como se supo la proclama, la Fe de Ausilly fue declarada "culto rebelde" y el Emperador firmo la orden de movilizacion del Ejercito. La firma del Emperador aún no se había secado cuando el Consejero Militar ordeno una movilización parcial en las regiones vecinas a Baribara, incluyendo Baribara Sur, que en la era preimperial había sido considerada la zona más liberal de las tres teocracias y que permaneció fiel al Imperio. La Fe de Ausilly no tenía ninguna intención de derrocar a la Corona, sino dejar la situación en un punto en el que la corte de Aenthas concediera la independencia a Baribara Norte, pero estando completamente rodeada de territorio imperial, la idea era una quimera. Para muchos, la Fe de Ausilly había firmado su sentencia de muerte.