Aquella tarde Xellos y Ameria se adentraron en la apacible atmósfera de la biblioteca pública de Valle Sereno. 

El suave murmullo de las hojas de los libros y el tenue destello de las lámparas creaban un ambiente íntimo y relajante. 

Ameria mantenía una expresión dubitativa y distante con Xellos, claramente no estaba emocionada por la compañía del Mazoku, pero también reconocía que no le quedaba otra opción que tolerarlo. ¿Cómo podrían librarse alguna vez de él si, en un suspiro, Xellos podía pasar de aliado a enemigo y les superaba a todos ellos en fuerza y poder? 

Ameria soltó un suspiro de resignación. 

El propósito que los había guiado hasta allí era claro: revisar los archivos recientes del pueblo para rastrear los orígenes de los ataques de los licántropos que asolaban a la comunidad.

Necesitaban encontrar información veraz sobre cuándo y cómo se habían desencadenado los violentos ataques.