Xaden Riorson, Duque de Tyrrendor y teniente del Ala Cuatro, carga con un linaje maldito y un presente forjado a fuego y sombra. Heredero de un ducado que muchos quisieran ver reducido a cenizas, ha aprendido a usar el peso de su nombre como arma y escudo a la vez.

 

Con su imponente estatura, piel tostada por el sol y ojos de ónix salpicados de oro, se mueve con la seguridad de quien sabe que lo observan tanto sus enemigos como sus aliados. Su cicatriz sobre la ceja izquierda es la primera de muchas huellas de guerra, recordatorio permanente de que en Basgiath la supervivencia nunca es gratuita.

 

Al mando de su dragona, Sgaeyl, su figura domina los cielos. Sus poderes de manipulación de sombras lo convierten en un espectro en el campo de batalla, pero son su astucia y su disciplina lo que le han ganado el respeto de los suyos. Bajo el uniforme impecable del teniente late un hombre marcado por la pérdida, endurecido por la desconfianza y definido por una lealtad férrea hacia los que considera suyos.

 

El anillo ennegrecido que lleva siempre en el pulgar y las notas ocultas en un cuaderno de cuero viejo son los últimos vínculos con un pasado lleno de secretos y traiciones. Dicen que en la penumbra de sus pesadillas se enfrentan sombras que ni siquiera él puede controlar. Pero cuando despierta, se alza como lo que ahora es: duque, teniente y amenaza silenciosa para cualquiera que subestime la fuerza de un hombre nacido de la oscuridad.