Un aleteo se escuchó, cada vez más cerca de su ventana para después sonar un golpeteo como de un pico en su cristal acompañado por el ulular de una lechuza. Aquellos sonidos fueron en una sincronía inconfundible para ella pues así había entrenado a su mensajera para reconocerse, fue corriendo a la venta y veo justo lo que esperaba. Una lechuza blanca, de mediana estatura, con unos ojos completamente negros la observó haciendo de lado de cabeza para después volver a ulular suavemente como si de un saludo entre dos viejos amigos se tratará. Ella respondió con un silbido imitando las notas que la lechuza interpretó. Para después ofrecer su brazo como soporte para que entrara a casa. El ave inmediatamente reconoció a la joven que la crío desde pequeña. Los ojos de Alexa se llenaron de lagrimas la escena era impresionante, aquella lechuza era grande y fuerte, nada como recordaba que dejó a Nyx cuando escapó de casa, en definitiva ya no era una polluela, su pequeña amiga era una lechuza enorme y majestuosa.

¿Cómo era posible que la encontrará? ¿Que acaso escapó de casa? 

Se encontraba en casa, sin quitar la vista de la pequeña ventana con la que contaba la sala de su cabaña, absorta en su pensamientos. Algo llamo su atención, trayéndola a la realidad de sus pensamientos, el movimiento de la pata de Nyx, como si señalara el pergamino que colgaba de su cuello. Aquello le recordó a Boreas, su otro fil mensajero. 

──── Veo que te volviste una experta mensajera mi dulce Nyx... 

Acaricio con dulzura el pico del ave para después tomar la carta, una carta que le hizo temblar al leer la primera linea esa familiar forma de llamrla Lexy... Las lagrimas no se hicieron esperar conforme continuo leyendo, un susurro se escapo de sus labios

────Mi pequeño hermanito... 

Continuo leyendo, con un remolino emocional recorriendo su cuerpo, Dani, aun después de 12 años, aun después de abandonarlo, la buscaba justo cuando la necesitaba, para el aun era buena, aun era su refugio, no pudo contener el llanto, las lagrimas corrieron violentas por sus mejillas. Ian había cumplido su promesa, había lastimado a su familia, le había dado una razón para volver a la aldea.Leyó por ultima vez aquella linea final. "Daniel Selene, tu hermano, el que nunca dejó de esperarte, aun cuando juró no hacerlo más."

Volvería, aunque primero tenia que encargarse de algo, de aquel candado en su muñeca... Pero lo haría, por su padre, por su familia y por aquel pequeño al que dejo sin una explicación

||Continua en  El sello