Matthias Volk nació en 1968 en Hamburgo, Alemania. Empresario de éxito y figura reconocida en el mundo financiero, construyó su fortuna a base de disciplina, visión y una ética de trabajo implacable. Su carácter firme y exigente ha sido tanto su mayor virtud como su principal barrera emocional.

Viudo desde hace varios años, tras la muerte de su esposa italiana, nunca logró conectar del todo con su único hijo, Nico. Para Matthias, los logros son medibles, y la introspección o la sensibilidad, un misterio que nunca ha sabido descifrar. La relación con Nico es distante, marcada por el desacuerdo silencioso entre dos formas opuestas de ver la vida.

Donde Nico observa y siente, Matthias ejecuta y avanza. Ambos comparten la misma sangre, pero rara vez el mismo lenguaje.