ALIONA ROUX STORM

 

 Alias: Ignea

 

Estética: Grunge-coquette, elegancia solar, MIT girl con alma de vinilo 

 

 Información básica

 

Nombre completo: Aliona Roux Storm

 Edad: 17

 Alias: Ignea

Estatura: 1.65 m

 Complexión: delgada, firme, con una temperatura corporal constantemente elevada (42°C)

Ojos: gris claro con vetas doradas, cambian con su temperatura emocional

Cabello: Rubio ceniza, largo, ondulado; a veces trenzado de lado

Piel: clara con pecas marcadas en rostro y hombros

Lenguas que domina: Inglés, francés e italiano (este último, lo usa solo cuando está molesta) 

 

 Estilo personal

 

Aliona mezcla lo nostálgico con lo cerebral. Faldas tableadas con suéteres de lana, camisas abotonadas bajo chalecos antiguos. Botas de combate, uñas color vino, collares sutiles con piedras térmicas que cambian de color.

 Lleva un reloj analógico viejo, heredado de su madre, y auriculares grandes donde suena desde Nina Simone hasta Glass Animals.

 Su perfume huele a naranja quemada y especias. La mayoría no lo sabe, pero lo creó ella misma en el laboratorio.

 

Personalidad

 

 Brillante y reservada.

Empática, pero no siempre accesible.

Observa antes de hablar y habla como si cada palabra tuviera masa crítica.

Le gusta escuchar más de lo que la gente cree.

Tiene un sarcasmo punzante, pero justo.

No busca ser adorada. Busca ser entendida.

 

Gustos — Ingeniería térmica y nuclear

— La música en vinilo, especialmente el jazz vocal y la chanson française

 — Pintar con pigmentos térmicos

— Leer poesía científica

— El olor del asfalto caliente después de la lluvia

— Diseñar cosas con función emocional

— Cocinar en videollamada con su madre

 

Disgustos

— Ser reducida a “la hija de la Antorcha Humana”

— El azul como símbolo de lo que se espera de ella

— La condescendencia académica

— El hielo, en cualquiera de sus formas

— Los laboratorios sin alma

— La gente que grita sin contenido

— Que invaliden su humanidad solo por ser inteligente

 

Poderes

No se enciende como su padre.

 Su cuerpo irradia calor como una estrella en reposo.

El aire a su alrededor se curva, las superficies tiemblan levemente con su presencia.

 Puede concentrar su energía térmica en estallidos precisos.

 No quema todo a su paso: Elige qué tocar, qué calentar, qué defender.

 La energía solar parece obedecerla sin que ella lo comprenda del todo.

No es fuego salvaje. Es combustión controlada.

 

 

Historia

 

Aliona fue criada en los suburbios de Minnesota, lejos de la fama, lejos del caos.

 Su madre, Grace Roux, nunca le ocultó la verdad: Su padre era Johnny Storm. Pero Johnny no fue un héroe ausente, ni una sombra amarga. Fue una historia contada con cariño, una llama de fondo que nunca se apagó. Aliona lo supo desde siempre.

Y aunque nunca lo buscó, tampoco negó lo que él era: Parte de ella. 

A los 14 años, fue aceptada como estudiante prodigio en el MIT. Allí, sus poderes comenzaron a manifestarse.

 No de manera explosiva, sino como una extensión inevitable de su esencia.

El aire ondulaba cuando se emocionaba. La piel le brillaba al reír. Y cuando se enojaba, la habitación sudaba con ella. El mundo no tardó en etiquetarla. La prensa la llamó “la nueva Antorcha Humana”.

 El gobierno intentó definirla. Pero Aliona nunca se sintió propiedad de ningún símbolo.

Cuando Johnny la ve por primera vez, no lo sabe. La mira como quien observa un eco. Y Sue, con el tono firme de una hermana mayor, le dice lo que él ya teme: esa joven no solo se parece a él... Es él, en otra forma.

Aun así, Aliona no espera nada de él. Ya tiene todo lo que necesita. Solo quiere que la dejen existir.