✧ Nombre del personaje: Elliot Aenyllis

✧ Apodo histórico: “El eco blanco” • “El guardián del reflejo” • “El hijo del eclipse”.

✧ Edad aparente: 22 años.

✧ Edad real: Desconocida (se rumorea que nació durante el último eclipse doble, hace milenios).

✧ Especie: Espíritu Lunar Materializado (reencarnación humana de un espíritu de la luna).

✧ Lugar de Nacimiento: El Espejo de Lira, una laguna sagrada donde la luna toca el agua sin romperla.

✧ Familia: No posee vínculos de sangre conocidos. Se dice que fue encontrado por la Guardiana Ithira, quien desapareció tras entregarlo al templo lunar. A veces se refiere a la luna como “madre”.

✧ Descripción Física: Elliot tiene una apariencia delicada y etérea. Sus ojos son gris perla, con reflejos opalescentes que cambian según las fases de la luna. Su cabello rubio plateado le cae justo por encima de los hombros, pero solo en su reflejo en el agua bajo la luna llena se pueden ver sutiles destellos azulados recorriéndolo. Mide 1.78 m y tiene un cuerpo delgado, de rasgos suaves y andróginos. Su piel es muy pálida y brilla levemente cuando le da la luz de la luna. Lleva un lunar en forma de media luna en el omóplato izquierdo, y en el centro del pecho tiene una joya líquida suspendida, que cambia de forma y brillo según lo que siente, aunque su verdadero resplandor solo puede verse a la luz de la luna.

✧ Ocupación: Guardián del Ciclo Lunar

Se encarga de preservar el equilibrio entre planos, guiar almas perdidas y proteger secretos antiguos que no deben ser despertados. Actúa como puente entre el mundo espiritual y el terrenal.

✧ Habilidades:

Lectura de reflejos: Puede ver memorias, emociones o fragmentos de futuro en superficies líquidas.

Tejido de luz líquida: Con agua y luz de luna puede crear artefactos temporales como talismanes, espejos de verdad o barreras emocionales.

Presencia espiritual: Su sola presencia serena a las almas inquietas y altera la percepción del tiempo en quienes lo rodean.

✧ Debilidades:

No puede mentir, incluso su silencio puede revelar una verdad incómoda.

Su existencia está atada al ciclo lunar, es decir, durante la luna nueva se debilita física y emocionalmente.

Tiene una sensibilidad extrema hacia el dolor ajeno, puede colapsar si está rodeado de demasiada angustia. 

No puede enamorarse plenamente, pues un vínculo terrenal profundo lo anclaría y le haría olvidar su misión.

✧ Mundo interno: Elliot es introspectivo, sereno y profundamente empático. Habla poco, pero su mirada siempre parece comprender más de lo que debería. Tiene una relación poética con el mundo, lo observa con melancolía, como quien sabe que está de paso. A pesar de su quietud, hay una tristeza contenida en su pecho, como si supiera que no todos los lazos pueden durar. Protege con suavidad, enseña con gestos y siente con intensidad.

✧ Trivialidades:

Su voz parece un canto incluso al hablar.

No come mucho, pero bebe infusiones de pétalos y agua lunar frecuentemente. 

Como espíritu no necesita dormir, pero entra en sueños compartidos cuando observa dormir a sus cercanos. 

Le fascinan las libélulas, dice que son mensajeras del otro lado.

Tiene la capacidad de detener su reflejo en el agua mientras el mundo se mueve.

Su flor favorita es la noctiluz, una flor que sólo florece si hay luna llena y alguien llora en silencio.

✧ Biografía: Elliot fue encontrado en el Espejo de Lira, flotando dormido bajo un eclipse, con una joya líquida latiendo sobre su pecho. Nadie supo cómo llegó allí. La Guardiana Ithira lo crió en los márgenes del templo lunar, enseñándole a leer los reflejos, a escuchar el silencio, a guiar a los perdidos. Años después, ella desapareció, dejando tras de sí solo una pluma negra y un susurro en la bruma.

Desde entonces, Elliot ha recorrido lagunas, cementerios, bosques antiguos y ciudades dormidas, apareciendo donde las almas se desorientan o donde un saber olvidado está a punto de desmoronarse. Nunca permanece mucho tiempo. A veces deja un espejo colgado de una rama, una piedra con símbolos en la puerta de un anciano, o una nota escrita con rocío.

Elliot no sabe cuánto durará su ciclo. Solo sabe que, al final, si alguien lo recuerda con verdadero aprecio, de su cuerpo brotará una flor azul grisácea que no pertenece a este mundo.