El fondo de la tienda era un desastre luego de su última salida. Había encontrado una vieja bodega repleta de ejemplares sobre magia negra escrita por humanos.
Cada uno de sus tomos tenia la mitad de la teoría real, lo demás eran invención salidas de teorías bárbaras que siempre traían el como hacerlo pero no las consecuencias del hacerlo, el único decente y que siempre solía suceder, era el último, con todas las advertencias como si de una burla se tratara.
- ¿Son estúpidos?
Rose se había tomado parte de su día para investigar, con alarmantes respuestas a sus preguntas.
- Así que hay tres de esas cosas afuera y cinco imbéciles las dejaron salir porque ninguno se pregunto porque se veía tan fácil sacarlos y no se molestaron en saber como mandarlos de regreso ¿Es correcto?
La cabeza reducida de un hombre sujeta en un perchero improvisado hacia unas horas, sudando un poco. Sin mucho cabello mas que unos cuantos hilos blanquesinos, careciendo de color en su piel e incluso en sus ojos, aunque era claro que podía verla.
-S-si... algo así, si.
Rose lo miro de reojo por sobre el libro y la cabeza se quedo en silencio.
- Y uno de esos imbéciles eres tu.
Se agito como si fuera algo normal columpiarse así cuando estaba nervioso.
-Vamos solo quería tener un poco de dinero y algunas otras cositas. -Río con nerviosismo- ¡No me dirás que nunca has pedido un arreglito minusculo!
Rose alzo las cejas sin decir nada.
- Ah... si... eres una bruja.
Asintió y continuo leyendo. Lo que sacabaron no era tan difícil de atrapar, una que otra sucubo y demonio menor. El problema real era meterlos de vuelta, sus escritos eran tan espantosos que no sabia el método en concreto: círculos de invocación sobre algunas marcas o runas que no tenían una forma en concreto. Para colmo Jerry, como lo llamaba aun sabiendo que su nombre era Timotheo, no tenia ni idea de lo que habian hecho sus disipulos, el simplemente obtuvo su pedido, que obviamente omitiria mencionar, y el entrego a su 6 hermanos mayores como pago.
- Jerry, Jerry, Jerry. La jodiste muy bien al enseñarle a esos estúpidos niños tuyos. ¿Al menos valio la pena?
-No hubiera tenido 5 estúpidos hijos de no ser por ese tremendo...
- La, la, la, la. Nadie quiere saber los detalles de tu ex cuerpo.
Se levanto junto con 4 tomos mas de las estupideces de los hijos y discípulos de la secta Cardinal. Abrió la pesada puerta con un movimiento de su mano.
- Oye... ¿A dondee vas? -Se oía angustiado- Llévame contigo ¡No me dejes aquí!
- Nop
Y lo dejo ahí sin mirar atrás apagando la luz tras de si junto con las quejas que perdieron fuerza a medida que la puerta se cerraba.