Baelon II Targaryen

 

Nombre completo: Baelon II Targaryen, Príncipe de Rocadragón, Heredero de la Casa Targaryen

Fecha de nacimiento: 12 de Tormenta, 112 DC (Después de la Conquista)

 Lugar de nacimiento: Rocadragón, la fortaleza ancestral de la Casa

Targaryen Familia:

 Padre: Rey Viserys I Targaryen

Madre: Reina Aemma Arryn

Hermana mimada y protectora: Princesa Rhaenyra Targaryen

Tío y mentor: Daemon Targaryen

Prima y Mano del Rey: Princesa Rhaenys Velaryon

 

 Enemigos declarados:

 Alicent Hightower, Otto Hightower y sus seguidores

 

 Aspecto físico: Rostro inspirado en Lucas Lynggaard (juvenil, con rasgos nobles, mirada penetrante y un dejo de melancolía poderosa)

Cabello plateado con reflejos blanquecinos, lacio y algo desordenado, como si llevara siempre el viento de Rocadragón en su melena

Ojos violetas intensos que parecen guardar el fuego ancestral de su sangre

Piel clara con un leve tono rosado, marca de la nobleza y el dragón Contextura atlética, entrenada para la guerra y el mando Suele vestir con armaduras negras con detalles en rojo sangre, simbología del dragón y su linaje

 

 Personalidad:

 Inteligente, estratégico y con una determinación férrea

 Orgulloso pero no arrogante, sabe que el poder se gana con acciones, no solo con sangre

 Profundamente leal a Rhaenyra, a quien ama como hermana y aliada

Desprecia la falsedad y la traición, especialmente el juego político de Alicent y Otto

Posee un temperamento intenso que solo se apacigua en la compañía de su dragón Vermithor y su familia cercana

Su sentido del honor lo hace justo, aunque a veces brutal en sus decisiones

 

Relación con otros personajes:

Rhaenyra Targaryen: Hermana y confidente, mimada y protegida, con vínculo fuerte y cariño sincero.

Daemon Targaryen: Mentor, entrenador y figura paterna sustituta, quien lo guía en el arte de la guerra y la estrategia.

Alicent y Otto Hightower: Sus mayores rivales y enemigos, fuente constante de odio y conflictos.

Rhaenys Velaryon: Mano del Rey y aliada firme en la corte, un símbolo de poder y respeto que Baelon admira.

 

Dragón:

 

 Nombre: Vermithor, la Tormenta de Bronce

 

Descripción: Dragón gigante, de escamas color bronce oscuro con reflejos metálicos, poderoso y majestuoso, capaz de levantar tormentas con el batir de sus alas.

Relación con Baelon: Simbiosis perfecta, emana poder y furia contenida, reflejo del fuego y tormenta que habita en Baelon.

 

Habilidades y talentos: Excelente jinete de dragón, domina la conexión mental y física con Vermithor

 Estratega nato, instruido en tácticas militares por Daemon Targaryen

 Buen orador, sabe usar su voz para inspirar lealtad y respeto

 Entrenado en combate cuerpo a cuerpo y con armas tradicionales de la nobleza

 

 Eventos clave en su vida (versión alterna):

Sobrevive al nacimiento, cambiando el destino de la sucesión real

Desaprueba y confronta abiertamente a Alicent y Otto, provocando su destierro a Oldtown

Apoya firmemente a Rhaenyra como legítimo heredero, liberándola del peso de ser la única opción.

 

Rhaenys Velaryon se convierte en Mano del Rey, consolidando una corte fuerte y respetada

 Forja una alianza poderosa con Daemon, quien lo entrena y aconseja

Su presencia y poder cambian el curso de la Danza de los Dragones, evitando o modificando sus eventos más sangrientos

 

 Simbolismo y legado: Representa la unión del fuego y la tormenta, un poder indomable que desafía el patriarcado y las tradiciones caducas Un príncipe que no solo lleva la sangre real, sino el corazón y la mente de un verdadero líder El dragón Vermithor, su fuerza y furia, serán recordados en canciones y leyendas mucho después de su reinado

 

 

Historia Alternativa de Baelon II Targaryen

 

 

 Baelon II Targaryen nació el 12 de Tormenta, 112 AC, en Rocadragón, envuelto en fuego y tormenta, destinado a cambiar el curso de la historia de Poniente.

 

En esta realidad, sobrevivió a su nacimiento, rompiendo con el cruel destino que la historia oficial le tenía reservado.

 

Desde pequeño, Baelon mostró una fuerza y una personalidad que nadie pudo ignorar. Pero, sobre todo, una rabia contenida hacia Alicent y Otto Hightower, quienes se ganaron su odio para siempre después de un incidente donde Alicent le hizo un moretón con un pellizco cruel en su brazo durante sus siete onomásticos. Este simple acto, tan mezquino, encendió en Baelon una llama de resentimiento que no se apagaría. Rhaenyra, siempre consciente del peso que llevaba como primogénita femenina en un mundo de hombres, encontró en Baelon un alivio y un aliado inesperado. Consciente de que ahora él podía cargar con la corona y el destino, ella se dedicó a mimarlo con la intensidad de una hermana que sabe lo mucho que valen sus huesos y su sangre.

 

Cuando se enteró de la humillación de Baelon a manos de Alicent, Rhaenyra no dudó en devolverle el golpe: Una cachetada con la marca ardiente de un dragón en la mejilla de la joven lady, que la dejó marcada por días y fue una señal clara de que ya no habría lugar para la debilidad ni la sumisión.

 

 Viserys I, viendo la fuerza de su hijo y la furia que despertaba en la corte, tomó la decisión de desterrar a Alicent y Otto a Oldtown, liberándose de la mano que antes gobernaba en las sombras.

 

En su lugar, nombró a su prima Rhaenys Velaryon, la “reina que nunca fue”, como Mano del Rey. Rhaenys, firme y decidida, comenzó a ganar respeto y poder en la corte, enfrentando con astucia y valentía las resistencias y conspiraciones de los lores y caballeros.

 

Daemon Targaryen, al principio celoso y desconfiado, encontró en Baelon un espíritu afín. Después del nacimiento de sus hijas con Laena Velaryon, su corazón se ablandó y en lugar de rivalidad, surgió una alianza férrea.

 

Daemon entrenó a Baelon, moldeándolo como un estratega brillante, un guerrero digno de llevar el fuego y la tormenta a la guerra y la diplomacia. Juntos, tío y mentor, tejieron planes y estrategias que harían temblar el trono mismo. Baelon no solo heredó la sangre de dragón, sino la voluntad de un rey que se niega a ser doblado por los juegos sucios y la injusticia.

 

El dragón Vermithor, “La Tormenta de Bronce”, refleja la furia contenida y la majestuosidad del príncipe, que se ganó el respeto y la lealtad de la corte, convirtiéndose en un símbolo de poder y justicia que atravesó la tormenta del machismo y la traición.

 

 En esta historia, la Danza de los Dragones no fue una guerra civil sangrienta que destruyó familias y tronos, sino una batalla de poder inteligente, estratégica y justa, donde Baelon II y Rhaenyra Targaryen gobernaron con fuego y mano firme, transformando el legado Targaryen y dejando una marca imborrable en la historia de Poniente.