—¿Me repites por qué esta es una operación encubierta si luchamos contra seres a los que no les importa nuestra identidad?

No nos escondemos de esas cosas, ocultamos nuestra identidad a los civiles para que no entren en pánico. —exclamó la mujer, harta de sus preguntas.

—Técnicamente nosotros también somos civiles, no tenemos ninguna autoridad respaldada por ningún gobierno vigente.

"Técnicamente" voy a disfrutar mucho si una de esas cosas te arrastra a la oscuridad otra vez.

Los dos turistas, un surfista aficionado y su "hermana", contemplaban el mar desde la arena, refugiados bajo una gran sombrilla. La brisa fresca, el calor del medio día y la marea tranquila invitaban a disfrutar de la playa.

Deberíamos entrar un rato al mar, ya sabes, aprovechar la locación es parte del trabajo.

—No puedo entrar al agua... Los tatuajes se borrarían y siempre tardan 3 horas en pintármelos por la mañana. —el hombre abrió por completo los ojos, como si acabara de tener una revelación.— Esto es estúpido. ¿Cómo es que soy surfista pero no puedo meterme al agua?