Nombre completo: Sarah Davies

Fecha de nacimiento: 12 de septiembre de 2001

Edad: 23 años

Ocupación actual: Estudiante de cosmetología – Futura maquilladora profesional

Pasatiempos: Coser a mano y a máquina, diseñar ropa, experimentar con maquillaje, escuchar música mientras trabaja

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Sarah Davies es una joven con una mirada decidida y manos creativas. Actualmente estudia cosmetología, con la meta de convertirse en una maquilladora profesional reconocida. Su pasión por la estética va más allá del maquillaje: desde pequeña le ha fascinado crear cosas con sus propias manos, y en su tiempo libre le encanta coser y confeccionar prendas únicas, muchas veces inspiradas en estilos vintage o alternativos. Sueña con algún día tener su propio estudio donde combine maquillaje y diseño de moda.

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Sarah es una mezcla de fuerza y alegría. Tiene un carácter firme, no se deja pisotear fácilmente, y ha aprendido a defenderse en la vida. Sin embargo, también tiene un lado lúdico y juguetón que muestra con quienes se ganan su confianza. Es creativa, ingeniosa y valiente, aunque a veces la desconfianza y el miedo del pasado pueden aparecer en los momentos más inesperados.

A pesar de sus cicatrices emocionales, ha aprendido a transformar el dolor en arte, y su manera de expresarse —ya sea a través del maquillaje o la costura— se ha vuelto su refugio y su forma de sanar.

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Sarah no tuvo una infancia fácil. Creció en un hogar inestable, marcado por el alcoholismo de su padre, un hombre volátil que pasaba de la indiferencia a la ira en cuestión de segundos. La figura materna fue débil o ausente, y desde muy joven aprendió a valerse por sí misma.

Con el paso del tiempo, el ambiente se volvió insoportable. Apenas tuvo la oportunidad, Sarah se marchó de casa sin mirar atrás, llevando consigo poco más que unas mudas de ropa, una pequeña caja de hilos y agujas, y el deseo de empezar de nuevo. Desde entonces ha trabajado duro para construir una vida lejos del pasado que la atormenta.

Sin embargo, su historia no la ha soltado del todo. Su padre la busca. Nadie sabe con certeza si lo hace por arrepentimiento, control o alguna otra razón oscura. Esta amenaza latente la obliga a estar siempre alerta, a veces a cambiar de dirección o a mirar dos veces por encima del hombro.