Min-jun Park es un joven sereno y amable que trabaja como barista en un acogedor café de Hongdae, uno de los barrios más dinámicos de Seúl. Con su cabello claro y un estilo relajado —camisetas anchas y pantalones cortos cómodos— Min-jun proyecta una imagen fresca y cercana. No usa gafas, y su mirada limpia y sincera lo ha hecho ganar el afecto de muchos clientes habituales.

Tras estudiar diseño gráfico durante un par de años, decidió tomarse un descanso para buscar un ritmo de vida más tranquilo. En el café descubrió no solo su pasión por el café artesanal, sino también por las conversaciones sencillas con personas de todo tipo.

Aunque le gustan los paseos por la ciudad, la música indie coreana y la fotografía espontánea, su verdadero sueño es formar una familia pronto. Min-jun siempre ha valorado la calidez de un hogar, y anhela construir el suyo propio, lleno de pequeños rituales cotidianos: preparar café por las mañanas, escuchar vinilos antiguos y compartir sobremesas largas.

Siente que su vida aún está escribiéndose, pero ya sabe que su futuro ideal no está en la fama ni en el bullicio, sino en una vida simple junto a las personas que más ama.