—Nombre: Lily Luna Potter.

—Edad: 24.

—Casa: Gryffindor.

 

Siempre ha ido muy por libre, dejándose guiar por aquello que le apetecía y alejándose de lo que no. A veces, aquello le producía un tremendo dolor de cabeza a sus padres, que se la podían encontrar intentando hacer galletas a las tres de la mañana o recibir una carta de Hogwarts porque había faltado a clase para ir a observar a las criaturas mágicas que se asomaban a la linde del Bosque Prohibido.

 

En su edad adulta, esa actitud la llevó a estudiar en Francia, queriendo perfeccionar el idioma que le había insistido a su tía Fleur que le enseñara, y después a Moscú y a Argentina. Después de andar de un lado a otro aprendiendo las lenguas y culturas de otros lugares y estudiando relaciones mágicas internacionales, ha vuelto a Londres con idea de entrar a trabajar en el Ministerio de magia y ayudar a que las relaciones entre países mejore y fomentar la colaboración mágica.

 

Todavía no ha conseguido trabajo, claro; está recién llegada y quiere entrar por méritos propios, no por su apellido, así que tiene que buscar la forma de ocultar su identidad antes de pedir una entrevista.