Ficha altamente modificada, el personaje pertenece a la serie de historias Cronicas Vampiricas de la escritora Anne Rice, participe en el libro Entrevista Con el Vampiro.
—❝ El príncipe nunca va a llegar todo el mundo lo sabe, y quien sabe quizás la Bella Durmiente está muerta ❞—
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- Nombre: Claudia de Lioncourt
- Padres Bilógicos: Desconocidos y muertos (su padre se desconoce, pero su madre está muerta)
- Padres Adoptivos: Lestat de Lioncourt y Louis Pointe Du Lac (creadores al Don Oscuro)
- Lugar de Nacimiento: Nueva Orleans
- Ocupación: En la actualidad trabaja como empresaria, pero es parte también del “bajo mundo”
- Edad: Desconocida
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—❝ ¿Por qué debería la Muerte acechar siempre en las sombras? ¿Por qué debería la Muerte aguardar al otro lado de la verja? No existe alcoba o salón de baile en los que no pueda entrar. Soy la Muerte junto al fuego del hogar, la Muerte de puntillas por el corredor, eso es lo que soy. Háblame de los Dones Oscuros, pues los estoy utilizando. Soy el Caballero de la Muerte vestido con sedas y encajes, llegado a apagar las velas. Soy el cancro en el seno de la rosa ❞—
Nacida en Nueva Orleans, fallecida durante la peste que azoto este mismo lugar en los años donde las grandes plantaciones de té y las colonias apenas comenzaban a marchar, fue convertida al Don Oscuro por Lestat de Lioncourt después de que Louis bebiera de ella, aunque este último más que para “alimentarse de ella” fue en un arranque y lograr que la niña sufriendo falleciera de forma pacífica, pero Lestat al encontrarlo bebiendo de la niña burlonamente la convirtió para él, con el pretexto de hacerle compañía a Louis, al principio para Louis todo era aterrador, pero después y con la vitalidad de la niña renovada ambos la trataron como a un corderito que se convirtió más tarde en hija de ambos. Fue educada como una princesa, todo aquello que ella pudiera desear era suyo, desde una simple muñeca de porcelana hasta los vestidos más finos y costosos de toda la ciudad.
Si bien esto denoto su carácter orgulloso y despreocupado, aunque también es madura, racional y completamente diferente a los dos inmortales que viven con ella, aunque a la vez es parecida a ambos, pues los libros son su pasión como lo son para Louis, pero disfruta de la cacería como lo haría normalmente Lestat, jugar con sus víctimas, fingir inocencia y bondad hasta lograr su cometido con ellos. Despiadada, cruel y calculadora, esas palabras definían de forma correcta a la joven.
Durante aproximadamente sesenta años su apariencia no cambió ni por un instante, aun cuando su pequeño cuerpo se movió alrededor del mundo con Louis, después del patético intento de asesinato hacia Lestat por parte de ambos y a pesar de en Francia también sufrió un intento de asesinato por parte de los vampiros de Armand, rescatada a duras penas por su padre Louis, al que después de esos sesenta años, lo consideraba el primer y único amor de su vida, para el año 1990 que fue el gran concierto de Lestat y la reaparición de Akasha, la pequeña aún vivía con Louis, había “sufrido” su libro “Confesiones de un Vampiro” junto con la persecución de los Nuevos hijos, también le dio la bienvenida al libro de Lestat a sus locuras como lo era el concierto, estuvo ahí de la mano con Louis, al lado de Gabriel y Maharet. También estuvo presente cuando la Reina fue “asesinada” por la Gemela pelirroja celebro la fuerza y de alguna manera el salvajismo que presentaba, por lo que en secreto le pidió compartir sangre, no esperaba que esta petición le fuera a transformar de la forma en que lo hizo y tampoco esperaba que Mekare aceptara su petición, su cuerpo creció desmesuradamente hasta convertirse en un cuerpo adulto.
Con el paso del tiempo y su nueva apariencia, se separó de su padre del don oscuro y comenzó una nueva vida como “adulto”, siendo que comenzó un consorcio de modas muy grande y al mismo tiempo se metió en el bajo mundo, desde drogas hasta tiempo, cambiando su residencia a Manhattan, aunque sigue extrañando las calles de la ciudad Creciente, siendo su favorito el Barrio Francés, cumple rigurosamente con su rubro disfrutando de la libertad que ahora le daba la condición de ser el adulto que tanto anhelaba.
