Desde el día que Helen y su hermano, Mark, llegaron a la casa de los Blackthorn siempre se habían sentido como en casa nunca sufrieron por las miradas prejuiciosas sobre su apariencia, tan similar a los humanos, tan similar a las hermosas hadas de la corte Seelie. Pero siempre sentintieron una gran diferencia con otros que no fueran de su familia, miradas que no importaron mucho cuando se acostumbraron al prejuicio y decidieron ignorar el que dirán de la sangre pura nefilim que se mantenía intacta como un mestizaje correcto a sus ojos. 

Pero nada se podia comparar con todas las miradas que habia resivido sin siquiera hacer algo para ganarselo; llenas de odio, llenas de una rabia interna contra las hadas que los habian traicionado. Incluso cuando sus hermanos sufrieron y aseguraron que ella nunca estaria con Sebatian Morgenstern, que ella era fiel a su familia y a los nefilim a los que siempre pertenecio. Pero eso no les importo, nada le importo, ni el dejar a cinco niños desamparados o abandonar a su hermano en las sombras de una de las cortes mas despiadadas de los seres magicos, obligado a cabalgar por la eternidad robando vidas. 

-Protegelos... -Exclamo Helen intentando mantener las lagrimas dentro de sus ojos, avistado la soledad que se sentía tan cercana. Su hermano, Julian, tan maduro para su corta edad, con un rostro cansado y calmado, un rostro que no quería ver pero no podía evitar- Se que no es justo pedirte esto, pero... cuidalos por mi. 

Fue lo único que pudo decir cuando se aparto y tomo, lo poco o mucho, que podía meter en una maleta y alejarse hacia un portal a la espera de llevarla lo mas cerca de su confinamiento solitario. 

Helen quería mantenerse positiva. La Isla de Wrangel podía no ser tan mala; frio helado la tierra, una aislamiento del mundo exterior, vivir apartada de sus hermanos y amigos, sin libertad para poder ejercer su libertad de cazar demonios. Si seguro algo bueno podría encontrar, pero su mente simplemente era perezosa, se decía Helen, seguramente es solo la tristeza, seguramente todo cambiara si resisto el exilio en soledad.