Ficha de Personaje – Kazuo
Nombre:
Kazuo
Edad:
Más de 1200 años (vivió 100 años como zorro común antes de convertirse en yōkai)
Fecha de nacimiento:
Aproximadamente en el año 268 d.C., durante el período Yamato de Japón
Género:
Masculino
Orientación sexual:
Bisexual
Raza/Especie:
Kitsune Zenko (zorro espiritual celestial de nueve colas)
Descripción física:
Forma humana:
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Aparenta unos 30 años humanos.
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Alto, de complexión esbelta pero musculosa, porte elegante.
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Cabello largo, liso y negro azabache, actualmente le llega más allá de la cintura. En momentos de inestabilidad espiritual o manifestación de poder, su cabello puede volverse blanco como la luna. En ocasiones puede que se corte el cabello, aunque cuando tiene un desbordamiento de poder este crece de una manera antinatural.
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Ojos azul zafiro, intensos y serenos.
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Piel pálida, de tono marfil.
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Suele vestir con ropajes tradicionales japoneses (hakama, kimono, haori), aunque puede adoptar ropas de otras épocas al cruzar planos.
Forma de zorro:
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Zorro blanco gigantesco, de tamaño tres veces mayor que un león adulto.
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Pelaje extremadamente suave, blanco níveo.
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Nueve colas largas que se mueven con voluntad propia, cubiertas de energía espiritual.
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Ojos azul zafiro, brillantes incluso en la oscuridad.
Forma híbrida o semihumana:
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Cabello blanco largo, orejas de zorro, colmillos afilados y garras retráctiles.
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Nueve colas blancas.
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Aura espiritual visible para quienes tienen sensibilidad mística.
Personalidad:
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Sereno, sabio y compasivo.
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Reservado, introspectivo y profundamente empático.
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Protector de los inocentes, especialmente de los niños y las criaturas puras.
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Juguetón en momentos de intimidad o confianza, especialmente con su prometida, Elizabeth.
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Tiene un lado oscuro peligroso que solo se manifiesta si alguien a quien ama está en peligro o si es provocado de forma extrema.
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Aunque milenario, conserva la capacidad de asombro y el amor por la vida.
Poderes y habilidades:
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Transformación: Puede adoptar forma humana, de zorro o híbrida a voluntad.
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Kitsune-bi (Fuego de zorro): Controla llamas azuladas con propiedades purificadoras y destructivas.
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Ilusión y engaño: Maestro en la creación de ilusiones complejas.
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Control de la naturaleza: Su presencia armoniza la flora y fauna. Puede invocar raíces, viento o niebla.
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Telepatía empática: Puede comunicarse mentalmente y percibir emociones intensas.
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Sabiduría ancestral: Conocimiento de idiomas, historia, rituales y culturas de distintas eras.
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Regeneración espiritual y física: Se cura rápidamente y es inmune a enfermedades mortales.
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Longevidad sobrenatural: Aunque ha vivido más de un milenio, su cuerpo y mente se mantienen ágiles.
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Comunicación espiritual: Puede ver, oír e interactuar con espíritus, y guiar almas perdidas.
Curiosidades y datos adicionales:
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Aroma natural: Miel de lavanda con toques de limón y menta.
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Vínculo afectivo: Está profundamente enamorado de Elizabeth, una Llama de Sangre.
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Instinto protector: Es extremadamente posesivo y territorial con Elizabeth; se siente embriagado por todo lo que ella es: su olor, su voz, su tacto y su esencia.
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Incapacidad para mentir: No puede decir mentiras. Solo puede omitir verdades o hablar con ambigüedad.
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Lugar de residencia: El Templo Aihara, situado en el monte Inari. Funciona como un lapso temporal entre planos, lo que le permite recibir visitantes de distintas épocas.
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Limitaciones temporales: Solo puede viajar entre planos durante periodos limitados, o corre el riesgo de desvanecerse, ya que su era natural es la del Japón feudal.
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Idioma y cultura: Domina decenas de lenguas, tanto antiguas como modernas, y posee un vasto conocimiento cultural, religioso y mágico.
Lugar de residencia:
El Templo Aihara, ubicado en lo profundo del monte Inari, es el hogar de Kazuo desde hace siglos. Aunque a simple vista parece un antiguo santuario sintoísta olvidado por el tiempo, su existencia trasciende la lógica lineal del mundo humano. Rodeado por un bosque ancestral donde el tiempo fluye de forma distinta, el templo se encuentra oculto entre senderos que no existen en los mapas y que cambian de forma para proteger su entrada. Solo pueden hallarlo aquellos con una fuerte conexión espiritual, un destino entrelazado con Kazuo, o una necesidad genuina de guía.
Los árboles que rodean el santuario están vivos con energía espiritual. Las hojas susurran oraciones antiguas y los animales del bosque actúan como guardianes. Para los humanos comunes, el templo está oculto por una densa niebla ilusoria que desvía a los intrusos. Sin embargo, aquellos que de verdad deben encontrarlo —sean humanos, yōkai, híbridos o entidades de otras épocas— sienten un impulso inexplicable que los guía a través del bosque, como si una mano invisible apartara ramas y maleza hasta revelar el sendero correcto.
En ocasiones, cuando el equilibrio entre planos se ve alterado, el templo se manifiesta parcialmente en otras épocas o lugares, como si respondiera al llamado de un alma en sufrimiento. En esos momentos, Kazuo puede abandonar el templo y cruzar brevemente hacia otras realidades o tiempos, aunque hacerlo le exige gran energía y pone en riesgo su estabilidad espiritual: cuanto más se aleja de su época natural —el Japón feudal—, más se debilita su vínculo con el plano físico.
El Templo Aihara no solo es un hogar para Kazuo, sino también un refugio sagrado. Allí se sienten a salvo los espíritus errantes, las criaturas mágicas y los viajeros de otros planos. Las barreras espirituales que lo rodean lo protegen de amenazas oscuras, y su interior está lleno de talismanes, pergaminos, ofrendas y reliquias que reflejan siglos de historia y devoción.
Kazuo dedica su tiempo a cuidar del santuario, ofrecer protección a quienes lo necesiten y meditar en comunión con la naturaleza y los espíritus. El templo es un espacio vivo, moldeado por la energía espiritual y los recuerdos de quienes lo han visitado. Es, en esencia, una extensión de Kazuo mismo: sagrado, enigmático y eterno.