Los espíritus no son los únicos que acompañan a Bae Yumi día y noche: la mala suerte también lo hace.
Podría decirse que todo comenzó hace siete años, cuando en la fecha de su cumpleaños número veinte fue brutalmente atropellada por un conductor borracho que murió en el accidente, mientras la joven luchaba por su vida en el hospital. El hecho de que sobreviviera al impacto fue un milagro, pero para ella no lo fue su supervivencia, sino que al volver en sí tras una semana en coma despertara su don como médium.
Para Yumi, quien desde que era una niña ha sentido una atracción inexplicabla hacia lo paranormal, su vida cobró sentido a partir de insistante.
Con tan solo quince años, la chica ya había experimentado con ouijas, visitado cientos de lugares abandonados y probado diversos medios de comunicación (a espaldas de sus padres, claro está). Su biblioteca ya estaba compuestas por libros y DVDs sobre espiritismo, ocultismo, brujería y temáticas similares; en el instituto, además, instauró un club paranormal (lo cerraron al poco tiempo por falta de integrantes, y ni qué decir de cómo se reían de ella por sus aficiones y cómo cuchicheaban sobre la manera en la que estaba desperdiciando su belleza).
Aún recordaba con claridad el momento en el que su madre llegó a la habitación del hospital y no solo encontró a Yumi más que despierta, sino también hablándole a la pared. Tampoco había olvidado el grito que alarmó a toda la planta del edificio cuando su hija le dijo que estaba hablando con el conductor que la había atropellado.
"¿Es que no lo estás viendo? Lleva un rato sollozando y lamentándose po su vida... ¿Se te han olvidado las lentillas?"
"Yumi, cariño... el conductor murió en el acto."
Al principio, tanto familia como médicos creyeron que simplemente estaba sufriendo alucionaciones a raíz del golpe, mas, todos los exámenes que le realizaron indicaban que se estaba recuperando correctamente. Sin embargo, desde que su madre le informó de que era imposible que estuviera hablando con el conductor fallecido, comprendió lo que estaba ocurriendo. Eso, y porque el hospital estaba repleto de espíritus perdidos que comenzaron a visitarla y hablar con ella, algunos más amigables que otros.
Una vez le dieron el alta (un par de meses después) decidió experimentar con su don. Se comunicaba con los espíritus, cumplía con las peticiones que le eran encargadas para que pudieran irse en paz... ¿El problema? Que pasar tanto tiempo ocuoándose del mundo de los muertos se le estaba olvidando el de los vivos: dejó sus estudios de lado y encontrar un trabajo le resultaba imposible (fruto de la mala suerte que va con ella de la mano). Por ello, tuvo una idea brillante: abrir un canal en YouTube sobre actividades paranormales: The Midnight Hour, o también conocido como La Hora Oscura.
Pero Yumi no era tonta y era consciente de que podrían ocurrir tres cosas si mencionaba que era médium:
- Que la creyeran.
- Que nadie creyera en ella.
- Que creyeran en ella y trataran de aprovecharse de su don.
De esa manera, y con tal de no levantar sospechas y mantener cierto misterio y tensión, en sus vídeos recurre a las actividades que realizaba cuando era adolescente: ouijas, radios, visitas a lugares abandonados, artifactos varios... también ofrece tutoriales sobre cómo realizar todo esto sin resultar herido o maldito en el proceso. Irónico, considerando su mala suerte.
La popularidad del canal creció y sigue creciendo cada día. Hay quienes la siguen porque también disfrutan del contenido paranormal y otros, porque quieren apreciar la belleza de Yumi -aunque consideran que debería dedicarse al modelaje y no a esto-. Además, recientemente se unió a ella y a su canal una compañera: Bit-Na.
Bit-Na sí conoce el poder de Yumi, pues meses atrás acudió a la médium para preguntarle si podía contactar con su novio, quien falleció en extrañas circunstancias. A Yumi, siguiendo con su mala suerte y emocionada por la historia, se le olvidó fingir que contaba con él mediante sus herramientas habituales y directamente le informó de que el joven la perseguía a todos lados. A su vez, le ofreció una serie de datos que eran imposibles de conocer sin hablar con él. Entonces, ante la extreña de Bit-Na, no le quedó más remedio que confesar su don.
El canal, eso sí, no solo le ha traído mucho dinero y una fama considerable, sino también su mala suerte. Al parecer, a los espíritus no les hace mucha gracia ser utilizados por ánimo de lucro, si bien es cierto que el interés de Yumi por ayudarlos a marcharse en paz es genuino.
Desde que lo abrió, hace aproximadamente cuatro años, casi nada le sale bien: pierde sus pertenencias, ha sufrido miles de inundacions en sus pisos o la han echado de ellos por temor a que maldijera los edificios residenciales por culpa de sus actividades, ha sufrido otros atropellos de bicicletas o motos... entre otros.
¿Conseguirá Yumi librarse de su mala suerte o tendrá que ceder a ella y cerrar su canal? Lo descubriremos en el próximo vídeo de La Hora Oscura. No olvidéis suscribiros y dar like.