Acheron agarró el sobre blanco con una mezcla de curiosidad y cautela. Las letras elegantemente trazadas en la parte delantera no revelaban mucho sobre su contenido, pero su instinto de supervivencia le decía que debía tratarlo con precaución.

Con dedos ágiles, deslizó una daga afilada bajo el sello de cera y abrió la carta con cuidado. Sus ojos oscuros escanearon las líneas impresas, su mente procesando cada palabra con una precisión entrenada. Era una invitación a una gala de FicRol, un evento donde la élite mágica, infernal, angelical… la puñetera jet set, se reuniría para celebrar el aniversario de la prestigiosa organización.

Una oleada de escepticismo cruzó su rostro mientras consideraba la idea de asistir. Acheron era el tío en las sombras mago, un ser que prosperaba en los callejones y los rincones oscuros de la sociedad mágica. Las luces brillantes y las risas huecas de una fiesta no eran su hábitat natural.

Sin embargo, sus labios se curvaron en una sonrisa sutil cuando su mente calculadora comenzó a trazar un plan. Si bien prefería las sombras, sabía que esta gala sería un caldo de cultivo para información valiosa. Y, por supuesto, estaba la cuestión de Emmeline Bletchley.

Acheron había estado trabajando con Emmeline desde las sombras durante meses. Como mago clandestino que sobrevivía en los márgenes de la sociedad mágica, había encontrado un empleo lucrativo como informante para el departamento de aurores, manteniendo sus verdaderas habilidades ocultas mientras tejía una red de influencia con la que esperaba sacar una sola cosa: supervivencia.

Emmeline Bletchley era su contacto en el departamento de aurores, una mujer de una belleza cautivadora y una mente aguda. Había algo en ella que lo intrigaba, algo más allá de su apariencia impresionante y su habilidad para desentrañar los misterios más oscuros. Acheron no podía evitar sentirse atraído hacia ella, aunque fingiera total indiferencia, siempre observando, siempre protegiendola desde lejos.

Con un suspiro resignado, Acheron dobló la carta y la guardó en el bolsillo de su abrigo. La gala de FicRol podría ser una oportunidad para acercarse más a Emmeline, para descubrir más sobre ella y, tal vez, encontrar una forma de estar más cerca.

Aquella noche, mientras se dirigía hacia la ubicación de la gala, Acheron se preparó para pasar desapercibido entre la multitud de personajes extravagantes y poderosos que seguramente estarían presentes. Pero en lo más profundo de su corazón, su verdadero objetivo seguía siendo encontrar a Emmeline Bletchley, la auror preciosa y enigmática que había cautivado su atención desde el principio.

 

>> Acheron emergió de las sombras de la noche, su figura envuelta en un abrigo oscuro que parecía fundirse con la oscuridad circundante. Su paso era seguro, pero silencioso, como el de un felino acechando en la penumbra. Mientras avanzaba por la alfombra roja desplegada frente al majestuoso salón de la gala de FicRol, su presencia pasaba desapercibida entre la multitud de magos, brujas y otros seres que conversaban animadamente y se pavoneaban con sus atuendos extravagantes.

El murmullo de la multitud llenaba el aire, mezclándose con la música suave que fluía desde el interior del salón. Luces centelleantes iluminaban la noche, revelando destellos de joyas relucientes y telas lujosas mientras los invitados se mezclaban en un torbellino de color y elegancia.

Acheron se mantuvo en las sombras periféricas, observando con agudeza mientras evaluaba a los presentes. Reconoció algunos rostros familiares, figuras prominentes en la sociedad cuya influencia se extendía a través de los reinos políticos y económicos. Sin embargo, su atención estaba fijada en un objetivo en particular: encontrar a Emmeline Bletchley.

Con paso sigiloso, Acheron se abrió paso entre la multitud, esquivando con destreza los grupos de conversación y los fotógrafos que buscaban capturar la esencia de la noche. Evitaba cualquier atención no deseada, manteniendo su perfil bajo mientras se deslizaba entre los invitados con la habilidad de un ladrón consumado.

Finalmente, sus ojos oscuros se posaron en una figura conocida entre la multitud. Emmeline Bletchley estaba ahí, radiante en un vestido que parecía moldeado por la luna misma, su cabello rubio como una cascada dorada fluyendo en ondas sedosas alrededor de sus hombros. Acheron contuvo el aliento ante su belleza, sintiendo un estremecimiento de emoción recorrer su espina dorsal.

Con determinación, Acheron avanzó hacia ella, sus pasos más seguros ahora, alimentados por la necesidad de estar cerca de ella. Cuando finalmente estuvo a su lado, su voz resonó en un susurro suave pero firme.

"Emmeline", la llamó, su tono cargado de un misterio apenas contenido. "Qué sorpresa encontrarte aquí esta noche. ¿Te importaría si te acompaño?"