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Acción , Anime & Mangas , Aventura , Comedia , Drama , Fantasía , Romance , Slice of Life , Suspenso , Terror , Videojuegos
- Las palabras son un arma mucho más elegante que los puños… y con el uso correcto, mucho más letal.Las palabras son un arma mucho más elegante que los puños… y con el uso correcto, mucho más letal.¡Inicia sesión para reaccionar, comentar y compartir!
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- La luna llena bañaba los muros del castillo de Styria con su pálida luz. Las sombras de las torres se alargaban en el suelo, frías y distantes, como si reflejaran el estado de ánimo de la vampira que acababa de cruzar las puertas principales. Lenore, con su cabello rojo deslumbrante y su habitual porte elegante, estaba lejos de lucir satisfecha. Su ceño fruncido y los pasos firmes que resonaban en el pasillo daban una clara advertencia a cualquiera que intentara cruzarse en su camino.
Había pasado tres días fuera del castillo, negociando con un anciano vampiro de una nación cercana, uno cuya importancia era inversamente proporcional a su decoro. Lord Gavrus, un viejo que hacía gala de una cortesía falsa y una obsesión por recordarle sus "gloriosos días". Durante las interminables horas de negociaciones, no había desperdiciado la oportunidad de lanzarle comentarios condescendientes, insinuando que la "tierna juventud" de Lenore hacía de ella una elección cuestionable como diplomática de las hermanas de Styria.
Aunque había mantenido su compostura, la paciencia de Lenore se había puesto a prueba en cada intercambio. Logró su cometido, claro: Gavrus había aceptado abrir rutas seguras para el transporte de sangre desde su territorio a cambio de una alianza comercial limitada. Sin embargo, el precio de su éxito había sido soportar su rancia compañía y sus risas cargadas de superioridad.
Cuando llegó al gran salón del castillo, Lenore dejó caer su capa de terciopelo sobre un sillón cercano. Un leve suspiro escapó de sus labios antes de que se desplomara elegantemente en una silla junto a una de las mesas largas. Carmilla, como siempre, estaba atenta desde el otro lado del salón, observando con una ceja arqueada.
—¿Todo en orden, Lenore? —preguntó Carmilla, aunque su tono sugería que ya sabía la respuesta.
—Sí, Gavrus aceptó los términos —respondió Lenore, con un brillo de triunfo en los ojos que pronto se apagó—. Pero no sin hacérmelo difícil. Ese viejo es insoportable.
Carmilla se acercó lentamente, con una leve sonrisa que no llegaba a sus ojos. Se sentó frente a Lenore y apoyó las manos sobre la mesa.
—Lo lograste, como siempre. Esa es tu fortaleza, Lenore. Pero... —hizo una pausa, evaluando el rostro cansado de su hermana de armas—, supongo que no fue agradable.
Lenore dejó escapar una risa seca.
—Carmilla, si ese hombre me hubiera contado una vez más cómo "las cosas eran mejores en sus tiempos", creo que habría terminado con este tratado de forma menos diplomática.
Carmilla soltó una carcajada breve, más sincera de lo que Lenore esperaba.
—Es por eso que lo haces tú, Lenore. Yo lo habría matado a la primera mención de algo así.
—Créeme, la idea cruzó mi mente más veces de las que puedo admitir. Pero me gusta mi trabajo. Aunque eso no significa que disfrute de este tipo de... compañía.
Carmilla se inclinó hacia atrás, cruzando los brazos.
—Has hecho lo que debías. Ahora ve y descansa. Aunque si necesitas liberar tensión, sabes que siempre puedes visitar a Striga en el campo de entrenamiento. Estoy segura de que te dejará destrozar un par de muñecos de práctica.
Lenore sonrió levemente, su mal humor disipándose poco a poco.
—Tal vez lo haga. Aunque primero me tomaré una copa de sangre. Lo merezco.
Carmilla asintió, y Lenore se levantó con su gracia habitual, dirigiéndose hacia sus aposentos. A pesar del día que había tenido, sabía que su rol era esencial, y lo aceptaba con orgullo. Sin embargo, no podía evitar pensar que preferiría mil veces tratar con humanos tercos antes que con otro vampiro como Gavrus.
#monorolLa luna llena bañaba los muros del castillo de Styria con su pálida luz. Las sombras de las torres se alargaban en el suelo, frías y distantes, como si reflejaran el estado de ánimo de la vampira que acababa de cruzar las puertas principales. Lenore, con su cabello rojo deslumbrante y su habitual porte elegante, estaba lejos de lucir satisfecha. Su ceño fruncido y los pasos firmes que resonaban en el pasillo daban una clara advertencia a cualquiera que intentara cruzarse en su camino. Había pasado tres días fuera del castillo, negociando con un anciano vampiro de una nación cercana, uno cuya importancia era inversamente proporcional a su decoro. Lord Gavrus, un viejo que hacía gala de una cortesía falsa y una obsesión por recordarle sus "gloriosos días". Durante las interminables horas de negociaciones, no había desperdiciado la oportunidad de lanzarle comentarios condescendientes, insinuando que la "tierna juventud" de Lenore hacía de ella una elección cuestionable como diplomática de las hermanas de Styria. Aunque había mantenido su compostura, la paciencia de Lenore se había puesto a prueba en cada intercambio. Logró su cometido, claro: Gavrus había aceptado abrir rutas seguras para el transporte de sangre desde su territorio a cambio de una alianza comercial limitada. Sin embargo, el precio de su éxito había sido soportar su rancia compañía y sus risas cargadas de superioridad. Cuando llegó al gran salón del castillo, Lenore dejó caer su capa de terciopelo sobre un sillón cercano. Un leve suspiro escapó de sus labios antes de que se desplomara elegantemente en una silla junto a una de las mesas largas. Carmilla, como siempre, estaba atenta desde el otro lado del salón, observando con una ceja arqueada. —¿Todo en orden, Lenore? —preguntó Carmilla, aunque su tono sugería que ya sabía la respuesta. —Sí, Gavrus aceptó los términos —respondió Lenore, con un brillo de triunfo en los ojos que pronto se apagó—. Pero no sin hacérmelo difícil. Ese viejo es insoportable. Carmilla se acercó lentamente, con una leve sonrisa que no llegaba a sus ojos. Se sentó frente a Lenore y apoyó las manos sobre la mesa. —Lo lograste, como siempre. Esa es tu fortaleza, Lenore. Pero... —hizo una pausa, evaluando el rostro cansado de su hermana de armas—, supongo que no fue agradable. Lenore dejó escapar una risa seca. —Carmilla, si ese hombre me hubiera contado una vez más cómo "las cosas eran mejores en sus tiempos", creo que habría terminado con este tratado de forma menos diplomática. Carmilla soltó una carcajada breve, más sincera de lo que Lenore esperaba. —Es por eso que lo haces tú, Lenore. Yo lo habría matado a la primera mención de algo así. —Créeme, la idea cruzó mi mente más veces de las que puedo admitir. Pero me gusta mi trabajo. Aunque eso no significa que disfrute de este tipo de... compañía. Carmilla se inclinó hacia atrás, cruzando los brazos. —Has hecho lo que debías. Ahora ve y descansa. Aunque si necesitas liberar tensión, sabes que siempre puedes visitar a Striga en el campo de entrenamiento. Estoy segura de que te dejará destrozar un par de muñecos de práctica. Lenore sonrió levemente, su mal humor disipándose poco a poco. —Tal vez lo haga. Aunque primero me tomaré una copa de sangre. Lo merezco. Carmilla asintió, y Lenore se levantó con su gracia habitual, dirigiéndose hacia sus aposentos. A pesar del día que había tenido, sabía que su rol era esencial, y lo aceptaba con orgullo. Sin embargo, no podía evitar pensar que preferiría mil veces tratar con humanos tercos antes que con otro vampiro como Gavrus. #monorol - ¿Por qué vivir para siempre si no vas a vivir bien?¿Por qué vivir para siempre si no vas a vivir bien?
- Lenore caminaba por los pasillos de su castillo, la suavidad de su capa roja flotando detrás de ella como un recordatorio constante de su autoridad. Para muchos, era la imagen de la perfección: pequeña, delicada, con una belleza que parecía inocente, pero que escondía un intelecto afilado como una daga. Sus hermanas la llamaban diplomática, una palabra que no hacía justicia a su verdadera naturaleza. Lenore no negociaba; ella moldeaba voluntades como un escultor con arcilla, transformando el rechazo en obediencia y la duda en devoción.
Con Hector había sido un arte. Había jugado su papel con precisión milimétrica: la confidente, la protectora, la amante. Cada gesto, cada sonrisa, era una herramienta para envolverlo en su red. Pero cuando lo miraba en la oscuridad, encadenado por su contrato, algo dentro de ella titilaba, una chispa de compasión que no encajaba con la crueldad inherente a su especie.
Sabía que él la odiaba, y quizás tenía razón para hacerlo, pero no podía evitar sentirse orgullosa de su logro. Era su victoria, su obra maestra. Sin embargo, en sus momentos más solitarios, Lenore se preguntaba si algún día llegaría a ser más que eso: la eterna manipuladora, la arquitecta de alianzas forzadas.
Una sombra en el mundo inmortal.
Lenore caminaba por los pasillos de su castillo, la suavidad de su capa roja flotando detrás de ella como un recordatorio constante de su autoridad. Para muchos, era la imagen de la perfección: pequeña, delicada, con una belleza que parecía inocente, pero que escondía un intelecto afilado como una daga. Sus hermanas la llamaban diplomática, una palabra que no hacía justicia a su verdadera naturaleza. Lenore no negociaba; ella moldeaba voluntades como un escultor con arcilla, transformando el rechazo en obediencia y la duda en devoción. Con Hector había sido un arte. Había jugado su papel con precisión milimétrica: la confidente, la protectora, la amante. Cada gesto, cada sonrisa, era una herramienta para envolverlo en su red. Pero cuando lo miraba en la oscuridad, encadenado por su contrato, algo dentro de ella titilaba, una chispa de compasión que no encajaba con la crueldad inherente a su especie. Sabía que él la odiaba, y quizás tenía razón para hacerlo, pero no podía evitar sentirse orgullosa de su logro. Era su victoria, su obra maestra. Sin embargo, en sus momentos más solitarios, Lenore se preguntaba si algún día llegaría a ser más que eso: la eterna manipuladora, la arquitecta de alianzas forzadas. Una sombra en el mundo inmortal. - Lenore♡ Puesto: Reina de Styria - Diplomatica ♡ Especie: Vampira ♡ Genéro: Femenino ♡ Edad: 200 ♡ Affiliacion: Council of Sisters ♡ Familia: Padre y Madre †† ♡ Aliados: Carmilla †, Striga, Morana; Hector Historia Al crecer cómo humana, ella fue una niña de la guerra. A la edad de 5 años; ella ya había sido...
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