"𝒀𝒐𝒖 𝒎𝒖𝒔𝒕 𝒂𝒍𝒘𝒂𝒚𝒔 𝒍𝒊𝒆 𝒕𝒐 𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓𝒔 𝒊𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒉𝒐𝒑𝒆 𝒕𝒐 𝒃𝒆𝒄𝒐𝒎𝒆 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏."
  • Género Masculino
  • Raza Marioneta
  • Fandom Lies of P
  • 9 Publicaciones
  • 8 Escenas
  • Se unió en enero 2025
  • 16 Visitas perfil
Otra información
  • Tipo de personaje
    2D
  • Longitud narrativa
    Párrafo , Multi-párrafo , Novela
  • Categorías de rol
    Acción , Aventura , Ciencia ficción , Drama , Fantasía , Slice of Life , Suspenso , Original , Otros , Terror , Videojuegos
Publicaciones Recientes
  • Carlo.

    Un muchacho que falleció por la enfermedad de petrificación, el hijo de Geppetto, un joven con un futuro que jamás llegó.

    Desde el inicio muchos compararon a la marioneta con Carlo, después de todo, era básicamente la viva imagen del muchacho. Quienes lo veían por primera vez lo confundían y llamaban por ese nombre, pero al darse cuenta que no era quien creían se disculpaban de inmediato. P nunca mostró señal de que aquello le molestara. Incluso Gemini llegó a compararlo una vez, cuando encontraron el retrato de Carlo.

    "Hey, mira esto. ¡Se parece a ti! Un poco. Desde cierto ángulo. Ya sabes... si entre cierras un poco los ojos... Nah, ¡estoy bromeando, estoy bromeando! No, es que, se ve exactamente igual a ti. Es decir, tu lo ves, ¿cierto? Mira la nariz y el... ¿cierto?"

    Ni una sola vez hubo respuesta de la marioneta. Estaba bien, Geppetto por algo lo creó a la imagen de su hijo fallecido. Aún así, ¿P realmente lo aceptaba sin más? Era como no tener una identidad realmente propia, solo la sombra de alguien más, cumpliendo expectativas. ¿De verdad no sentía nada al respecto? No estaba seguro. Eran en esas ocasiones en las que llegaba a encontrarse pensando porqué todos se referían a él como "la marioneta de Geppetto" y no por un nombre. Y no por Carlo, un nombre específico solo para él.

    Quizás aún no estaba del todo listo, del todo completo, para tener una identidad fuera de ello. Aún no se había hecho con su propia historia. Aún no estaba del todo consciente que, en realidad, mientras más Ergo recolectaba, solo era para traer a Carlo de vuelta, sus memorias, su esencia.
    Carlo. Un muchacho que falleció por la enfermedad de petrificación, el hijo de Geppetto, un joven con un futuro que jamás llegó. Desde el inicio muchos compararon a la marioneta con Carlo, después de todo, era básicamente la viva imagen del muchacho. Quienes lo veían por primera vez lo confundían y llamaban por ese nombre, pero al darse cuenta que no era quien creían se disculpaban de inmediato. P nunca mostró señal de que aquello le molestara. Incluso Gemini llegó a compararlo una vez, cuando encontraron el retrato de Carlo. "Hey, mira esto. ¡Se parece a ti! Un poco. Desde cierto ángulo. Ya sabes... si entre cierras un poco los ojos... Nah, ¡estoy bromeando, estoy bromeando! No, es que, se ve exactamente igual a ti. Es decir, tu lo ves, ¿cierto? Mira la nariz y el... ¿cierto?" Ni una sola vez hubo respuesta de la marioneta. Estaba bien, Geppetto por algo lo creó a la imagen de su hijo fallecido. Aún así, ¿P realmente lo aceptaba sin más? Era como no tener una identidad realmente propia, solo la sombra de alguien más, cumpliendo expectativas. ¿De verdad no sentía nada al respecto? No estaba seguro. Eran en esas ocasiones en las que llegaba a encontrarse pensando porqué todos se referían a él como "la marioneta de Geppetto" y no por un nombre. Y no por Carlo, un nombre específico solo para él. Quizás aún no estaba del todo listo, del todo completo, para tener una identidad fuera de ello. Aún no se había hecho con su propia historia. Aún no estaba del todo consciente que, en realidad, mientras más Ergo recolectaba, solo era para traer a Carlo de vuelta, sus memorias, su esencia.
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  • Sobreviviente
    Fandom Lies of P, Original, Varios
    Categoría Otros
    Lyrei Vhagn

    Era de mañana, aunque, aún si el sol llegaba a brillar a lo alto, la ciudad de Krat seguía viéndose lúgubre debido a sus calles destruidas o "redecoradas", fuese con cuerpos humanos y sangre esparcidos alrededor o cuerpos de marionetas ya sin funcionar, algunas empaladas, otras desarmadas...

    Luego, estaban las marionetas que aún funcionaban, de esas que antes tenían un propósito. Podían verse como oficiales o simples sirvientes, divagando por las calles con movimientos pequeños, pero erráticos. También habían marionetas de animales, como perros, más grandes que los animales vivos, atentas a cualquier movimiento.

    Los pasos de P hicieron leve eco en el asfalto cuando llegó a la calle Rosa Isabelle, con su espada larga en mano, manchada de aceite y descansando en su hombro mientras la sostenía. Encuentros previos con enemigos.

    ¿Por qué estaba allí? Simple, mediante las vibraciones de Ergo y del Stargazer en el hotel (un artefacto con el que se podía comunicar al enviar o recibir mensajes, entre otros) Gemini detectó una señal en particular que llamó su atención.

    "Hay que ir a investigar, creo que encontraremos algo allí", fue lo que el guía dijo. Así que la marioneta le hizo caso, y ahí se encontraba. Observó con sumo cuidado de un lado a otro por si captaba algo inusual mientras continuaba con su camino.

    "Sé que encontraremos algo, estoy seguro... Es que... es extraño, en serio, es una señal que... no es de ninguna marioneta ni similar. Sigue buscando, atento.", Gemini insistió, haciendo pequeños ruidos cual grillo mientras hablaba. Él mismo, su luz, que estaba en la pequeña lámpara que colgaba a un lado del traje de P, brillaba con más intensidad, como si estuviera algo ansioso.
    「 [a.sea.of.time.to.find.you] 」 Era de mañana, aunque, aún si el sol llegaba a brillar a lo alto, la ciudad de Krat seguía viéndose lúgubre debido a sus calles destruidas o "redecoradas", fuese con cuerpos humanos y sangre esparcidos alrededor o cuerpos de marionetas ya sin funcionar, algunas empaladas, otras desarmadas... Luego, estaban las marionetas que aún funcionaban, de esas que antes tenían un propósito. Podían verse como oficiales o simples sirvientes, divagando por las calles con movimientos pequeños, pero erráticos. También habían marionetas de animales, como perros, más grandes que los animales vivos, atentas a cualquier movimiento. Los pasos de P hicieron leve eco en el asfalto cuando llegó a la calle Rosa Isabelle, con su espada larga en mano, manchada de aceite y descansando en su hombro mientras la sostenía. Encuentros previos con enemigos. ¿Por qué estaba allí? Simple, mediante las vibraciones de Ergo y del Stargazer en el hotel (un artefacto con el que se podía comunicar al enviar o recibir mensajes, entre otros) Gemini detectó una señal en particular que llamó su atención. "Hay que ir a investigar, creo que encontraremos algo allí", fue lo que el guía dijo. Así que la marioneta le hizo caso, y ahí se encontraba. Observó con sumo cuidado de un lado a otro por si captaba algo inusual mientras continuaba con su camino. "Sé que encontraremos algo, estoy seguro... Es que... es extraño, en serio, es una señal que... no es de ninguna marioneta ni similar. Sigue buscando, atento.", Gemini insistió, haciendo pequeños ruidos cual grillo mientras hablaba. Él mismo, su luz, que estaba en la pequeña lámpara que colgaba a un lado del traje de P, brillaba con más intensidad, como si estuviera algo ansioso.
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  • En un inicio, P empezó luchando contra otras marionetas, fuesen más grandes o pequeñas que él. Todas perdían aceite con cada ataque, quizás algún que otro engranaje. Algo con lo que él más o menos estaba familiarizado al ser igual.

    Pero... la primera vez que se enfrentó a un humano no hubo aceite de color negro, ni hubo engranajes, ni tornillos, ni tuercas... hubo sangre, color rojo, hubo quejidos de dolor, hubo carne y el crujir de algunos huesos.

    Era la primera vez viendo sangre y, aún así, algo dentro suyo le dijo que fue grave. Matar a un humano no era lo mismo que aniquilar a una marioneta o un monstruo. Era diferente de alguna forma. Sus ojos se quedaron clavados en su diestra, manchada de sangre casi tanto como su ropa y rostro. Terminó con una vida humana.

    Estaba mal, lo sabía porque conocía las reglas. Una marioneta jamás debe dañar a una persona. Pero él lo hizo. Él podía hacerlo. No lo pensó dos veces. ¿Era malo por eso? Si tuvo que eliminar a esa persona por necesidad, por no tener más opción, ¿eso en qué lo convertía?

    Esa pregunta poco a poco empezó a quedar en un rincón olvidado entre sus pensamientos a medida que continuó con las batallas, mientras más humanos se enfrentaban a él y más sangre manchaba su ropa.
    En un inicio, P empezó luchando contra otras marionetas, fuesen más grandes o pequeñas que él. Todas perdían aceite con cada ataque, quizás algún que otro engranaje. Algo con lo que él más o menos estaba familiarizado al ser igual. Pero... la primera vez que se enfrentó a un humano no hubo aceite de color negro, ni hubo engranajes, ni tornillos, ni tuercas... hubo sangre, color rojo, hubo quejidos de dolor, hubo carne y el crujir de algunos huesos. Era la primera vez viendo sangre y, aún así, algo dentro suyo le dijo que fue grave. Matar a un humano no era lo mismo que aniquilar a una marioneta o un monstruo. Era diferente de alguna forma. Sus ojos se quedaron clavados en su diestra, manchada de sangre casi tanto como su ropa y rostro. Terminó con una vida humana. Estaba mal, lo sabía porque conocía las reglas. Una marioneta jamás debe dañar a una persona. Pero él lo hizo. Él podía hacerlo. No lo pensó dos veces. ¿Era malo por eso? Si tuvo que eliminar a esa persona por necesidad, por no tener más opción, ¿eso en qué lo convertía? Esa pregunta poco a poco empezó a quedar en un rincón olvidado entre sus pensamientos a medida que continuó con las batallas, mientras más humanos se enfrentaban a él y más sangre manchaba su ropa.
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  • P recibió el obsequio, observando el objeto en su mano derecha, apenas tocándolo con la izquierda, al parecer quería ser cuidadoso para no romperlo.

    No le tomó demasiado hasta que lo tomó de la pequeña cuerda y lo levantó, apenas sacudiendolo. Se oyó un tintineo agradable e hizo que continuará moviendo la campanilla. Sonrió con levedad, iba a usarla cada vez que pudiera.

    "¿Qué es lo que se dice, chico?", le recordó su guía. P enseguida se inclinó hacia abajo, llevando una mano a su pecho al mostrar una reverencia como agradecimiento.

    Lyrei Vhagn
    P recibió el obsequio, observando el objeto en su mano derecha, apenas tocándolo con la izquierda, al parecer quería ser cuidadoso para no romperlo. No le tomó demasiado hasta que lo tomó de la pequeña cuerda y lo levantó, apenas sacudiendolo. Se oyó un tintineo agradable e hizo que continuará moviendo la campanilla. Sonrió con levedad, iba a usarla cada vez que pudiera. "¿Qué es lo que se dice, chico?", le recordó su guía. P enseguida se inclinó hacia abajo, llevando una mano a su pecho al mostrar una reverencia como agradecimiento. [a.sea.of.time.to.find.you]
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  • No era la primera vez que la marioneta intentó acariciar a Spring, la gata de Lady Antonia, pero aún seguía recibiendo la misma reacción.

    Un siseo de advertencia para que alejara la mano a la vez que se veían dientes afilados. A Spring no le agradaba P, al parecer, aunque él había visto que se dejaba acariciar por las otras personas en el hotel. Entonces, ¿por qué a él no?

    Se lo preguntaba cada vez. ¿Era la manera de acercarse a ella? ¿Tal vez porque no lo conocía demasiado aún? Él era bueno, no quería hacerle ningún daño, por eso siempre trató de acercar su mano con cuidado, pero no parecía servir.

    "Eres insistente, chico.", escuchó a Gemini después de dar unos pasos hacia atrás para darle espacio a Spring. Parecía que se estaba divirtiendo con la escena. "Está bien, seguro que te dejará en algún momento, ¿por qué no intentas con algo de comida?"

    Comida... ese concepto aún le parecía un poco ajeno, pero sabía que los demás la necesitaban para vivir y parecía gustarles. Spring estaría contenta de recibir algo de eso.
    No era la primera vez que la marioneta intentó acariciar a Spring, la gata de Lady Antonia, pero aún seguía recibiendo la misma reacción. Un siseo de advertencia para que alejara la mano a la vez que se veían dientes afilados. A Spring no le agradaba P, al parecer, aunque él había visto que se dejaba acariciar por las otras personas en el hotel. Entonces, ¿por qué a él no? Se lo preguntaba cada vez. ¿Era la manera de acercarse a ella? ¿Tal vez porque no lo conocía demasiado aún? Él era bueno, no quería hacerle ningún daño, por eso siempre trató de acercar su mano con cuidado, pero no parecía servir. "Eres insistente, chico.", escuchó a Gemini después de dar unos pasos hacia atrás para darle espacio a Spring. Parecía que se estaba divirtiendo con la escena. "Está bien, seguro que te dejará en algún momento, ¿por qué no intentas con algo de comida?" Comida... ese concepto aún le parecía un poco ajeno, pero sabía que los demás la necesitaban para vivir y parecía gustarles. Spring estaría contenta de recibir algo de eso.
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  • P estaba explorando el Hotel Krat. Al ser un lugar enorme, tenía mucho por descubrir además de las áreas comunes. Fue así que descubrió el jardín del hotel. Se veía bonito, a pesar de todo, habían algunas plantas intactas que daban un poco más de vida al escenario sombrío en general.

    Caminó lento por el jardín, tocando con cuidado alguna que otra hoja o pétalo, a veces agachándose para observar de cerca las plantas. Al parecer llamaban mucho su atención.

    Sin embargo, lo que se llevó por completo el boleto fue un gran árbol escondido en la parte más profunda del jardín. Un árbol torcido y con lo que parecían ser pequeñas frutas doradas, brillantes. Nunca antes vio algo similar.

    Se acercó, su vista fija en los frutos, hasta quedar justo debajo. Allí, extendió su diestra para tomar con delicadeza uno de los frutos, el cual pareció simplemente caer a su mano cuando esta estuvo lo suficientemente cerca, ni siquiera le hizo falta jalar.

    "Te gusta mucho, ¿eh?", habló Gemini luego de hacer ese típico grillido, "Es el Árbol de Monedas de Oro. Fascinante, ¿cierto? Déjame contarte un secreto... El árbol es mágico, no deja que nadie que tenga intenciones avariciosas saque sus frutos. Les quema las manos. Pero, ¿contigo? El fruto quiso llegar a tu mano. Eso es bueno."

    P observó con más diligencia el fruto, tan delgado y redondo como una moneda, era cierto, y reluciente como oro refinado, quizás hasta más.

    "Si lo ves de cierto ángulo, se asemeja a la figura de una mujer, y puedes notar que las ramas y frutos terminan formando lágrimas... Es un toque... interesante."
    P estaba explorando el Hotel Krat. Al ser un lugar enorme, tenía mucho por descubrir además de las áreas comunes. Fue así que descubrió el jardín del hotel. Se veía bonito, a pesar de todo, habían algunas plantas intactas que daban un poco más de vida al escenario sombrío en general. Caminó lento por el jardín, tocando con cuidado alguna que otra hoja o pétalo, a veces agachándose para observar de cerca las plantas. Al parecer llamaban mucho su atención. Sin embargo, lo que se llevó por completo el boleto fue un gran árbol escondido en la parte más profunda del jardín. Un árbol torcido y con lo que parecían ser pequeñas frutas doradas, brillantes. Nunca antes vio algo similar. Se acercó, su vista fija en los frutos, hasta quedar justo debajo. Allí, extendió su diestra para tomar con delicadeza uno de los frutos, el cual pareció simplemente caer a su mano cuando esta estuvo lo suficientemente cerca, ni siquiera le hizo falta jalar. "Te gusta mucho, ¿eh?", habló Gemini luego de hacer ese típico grillido, "Es el Árbol de Monedas de Oro. Fascinante, ¿cierto? Déjame contarte un secreto... El árbol es mágico, no deja que nadie que tenga intenciones avariciosas saque sus frutos. Les quema las manos. Pero, ¿contigo? El fruto quiso llegar a tu mano. Eso es bueno." P observó con más diligencia el fruto, tan delgado y redondo como una moneda, era cierto, y reluciente como oro refinado, quizás hasta más. "Si lo ves de cierto ángulo, se asemeja a la figura de una mujer, y puedes notar que las ramas y frutos terminan formando lágrimas... Es un toque... interesante."
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