• Primer baile
    Fandom Los Bridgerton
    Categoría Drama
    Simon llegó al primer baile de la temporada sintiendo el peso de cada mirada que se desviaba hacia él. No era miedo, pero sí incomodidad, como si todo el salón esperara que hiciera algo que no tenía intención de hacer. Entre los vestidos brillantes, los abanicos que se abrían y los saludos amables pero interesados, vio a Daphne. Ella estaba rodeada, atrapada en conversaciones que claramente no deseaba. Simon no estaba mejor. Varias madres ya habían calculado la distancia exacta para interceptarlo apenas se quedara quieto un segundo. Tragó aire, no muy seguro de por qué se dirigía hacia ella, solo sabiendo que era lo único que tenía sentido en ese instante. Y tal vez, aunque jamás lo admitiría en voz alta, verla era como encontrar un rincón de calma entre tanto ruido.

    Se detuvo a su lado y ella lo miró con una mezcla de alivio y fastidio, como si también hubiera esperado un rescate, pero estuviera demasiado agotada para disimularlo. Simon se pasó una mano por la nuca, un gesto casi imperceptible, pero que delataba que tampoco sabía del todo cómo empezar. El ambiente estaba tan tenso como cargado de perfume dulce y luces cálidas, y aun así, era más soportable que enfrentarse a otra presentación forzada. Respiró profundo, casi resignado, casi divertido, y por fin habló.

    —No voy a fingir que esto no es incómodo para los dos. Pareces querer desaparecer tanto como yo… y lo entiendo. Si doy un paso más, alguien me arrastrará a conocer a otra señorita que apenas recuerda mi nombre. Y tú… bueno, no necesitas que te lo diga, llevas toda la noche huyendo con la mirada. No pienso competir con tres docenas de pretendientes. Así que te propongo algo. No elegante, no ingenioso, solo… práctico. Fingimos interés mutuo. Fingimos que ya estamos ocupados el uno con el otro. Solo por esta noche. Solo para poder respirar un poco sin que todos nos persigan. Si no te parece del todo terrible, claro.
    Simon llegó al primer baile de la temporada sintiendo el peso de cada mirada que se desviaba hacia él. No era miedo, pero sí incomodidad, como si todo el salón esperara que hiciera algo que no tenía intención de hacer. Entre los vestidos brillantes, los abanicos que se abrían y los saludos amables pero interesados, vio a Daphne. Ella estaba rodeada, atrapada en conversaciones que claramente no deseaba. Simon no estaba mejor. Varias madres ya habían calculado la distancia exacta para interceptarlo apenas se quedara quieto un segundo. Tragó aire, no muy seguro de por qué se dirigía hacia ella, solo sabiendo que era lo único que tenía sentido en ese instante. Y tal vez, aunque jamás lo admitiría en voz alta, verla era como encontrar un rincón de calma entre tanto ruido. Se detuvo a su lado y ella lo miró con una mezcla de alivio y fastidio, como si también hubiera esperado un rescate, pero estuviera demasiado agotada para disimularlo. Simon se pasó una mano por la nuca, un gesto casi imperceptible, pero que delataba que tampoco sabía del todo cómo empezar. El ambiente estaba tan tenso como cargado de perfume dulce y luces cálidas, y aun así, era más soportable que enfrentarse a otra presentación forzada. Respiró profundo, casi resignado, casi divertido, y por fin habló. —No voy a fingir que esto no es incómodo para los dos. Pareces querer desaparecer tanto como yo… y lo entiendo. Si doy un paso más, alguien me arrastrará a conocer a otra señorita que apenas recuerda mi nombre. Y tú… bueno, no necesitas que te lo diga, llevas toda la noche huyendo con la mirada. No pienso competir con tres docenas de pretendientes. Así que te propongo algo. No elegante, no ingenioso, solo… práctico. Fingimos interés mutuo. Fingimos que ya estamos ocupados el uno con el otro. Solo por esta noche. Solo para poder respirar un poco sin que todos nos persigan. Si no te parece del todo terrible, claro.
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  • PRESENTACIÓN.
    Kiyomi Rose, a.k.a la versión estudiante de magia mamona y orgullosa.
    Saludenla, aunque su actitud puede ser algo... Soberbia.
    PRESENTACIÓN. Kiyomi Rose, a.k.a la versión estudiante de magia mamona y orgullosa. Saludenla, aunque su actitud puede ser algo... Soberbia.
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  • Ay no! justo cuando en unos dias tengo una presentación subo de peso? :( basta! a dieta!
    Ay no! justo cuando en unos dias tengo una presentación subo de peso? :( basta! a dieta!
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  • Y justo despues de una presentación, siempre termino sumamente cansada, los oidos a veces me sumban y lo unico que quiero es dormir ♥
    Y justo despues de una presentación, siempre termino sumamente cansada, los oidos a veces me sumban y lo unico que quiero es dormir ♥
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin

    La Cachorrita y la Loba

    Ryu y el Primer Encuentro**

    A la mañana siguiente, después del desayuno,
    salgo disparada hacia el castillo Ishtar.

    Tengo una misión:
    demostrarle a Akane lo fuerte que soy.

    En mi mente sigo escuchando la voz de ese hombre misterioso
    diciendo “eres una florecilla indestructible”.
    Lo creo.
    Lo siento.
    Y pienso probarlo.

    He oído que Akane ha luchado contra su hermana Azuka,
    así que yo voy a hacer lo mismo: retar a Akane y vencerla.
    Así de sencilla soy.

    Pero al llegar al jardín Ishtar,
    en lugar de encontrarme con Akane…

    me estrello contra alguien
    y caigo al suelo de culo.

    Una voz ronca, peligrosa y cómoda como un abrazo oscuro dice:

    Ryu:
    —¿A dónde vas tan rápido, cachorrita?

    La reconozco al instante.

    En la presentación familiar, cuando todos me miraban
    como sangre fresca, relamiéndose,
    ella fue la única que dio un paso al frente.
    Dijo exactamente:

    “Nadie va a tocar a la cachorrita.”

    Aquello me calmó más que cualquier hechizo.

    Ella me da una paz indescriptible,
    como si su presencia fuera un refugio.
    Así que, sin pensar, le cuento mi plan:

    Lili:
    —¡Voy a buscar a Akane!
    ¡La retaré a un combate y la venceré!

    Ryu abre los ojos con diversión y chispas ferales.

    Ryu:
    —Uuuhh pero qué chica más peligrosa…

    Saca los colmillos y se relame.

    Yo doy un pequeño paso atrás,
    pero intento ponerme firme:

    Lili:
    —¡Así es!
    Voy a ser la Queen y la Ishtar más poderosa de todas,
    ¡lo llevo en la sangre!

    Ryu ladea la cabeza,
    y de pronto su expresión cambia a una sonrisa cruel,
    lenta, predadora.

    Ryu:
    —Entonces… ¿vas a ser más poderosa que yo?
    En ese caso debería eliminarte cuanto antes.

    Mi corazón se me cae a los pies.
    Su cara es macabra,
    sus labios negros y afilados parecen hechos para devorar,
    y sus garras podrían abrirme en canal.
    Me mira como si pudiera ver mis huesos moverse bajo la piel.

    Lili:
    —P-pero… ¡e-eso es trampa! ¡No-no—!

    Retrocedo, casi llorando,
    mientras ella avanza con pasos lentos.

    Y de pronto,
    cuando creo que va a arrancarme la vida…

    se agacha, me toma de la cara,
    y me besa la frente.

    Caigo sentada de nuevo,
    y Ryu se ríe con ganas.

    Mi cara se vuelve roja como un tomate.
    Cruzo los brazos con un puchero monumental,
    indignada como la cría malcriada que soy.

    Lili:
    —¡No te rías!

    Eso solo hace que se ría más.
    Mucho más.

    Me levanto de golpe
    y me voy andando con un paso exagerado,
    como si desfilara indignada ante el universo.

    A mis espaldas escucho su voz:

    Ryu:
    —Oye… cachorrita.
    Ten cuidado.

    Lo dice con una seriedad
    que no encaja con la burla anterior.
    Es un aviso real.
    Un cuidado sincero.
    Pero también…
    una promesa.

    Mientras sigo andando pienso:

    Se ríe de mí…
    se preocupa por mí…
    ¿Será esta la loca de la familia?

    Y sin saberlo,
    ese fue el primer hilo que unió mi destino al de ella.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 [Ryu] La Cachorrita y la Loba Ryu y el Primer Encuentro** A la mañana siguiente, después del desayuno, salgo disparada hacia el castillo Ishtar. Tengo una misión: demostrarle a Akane lo fuerte que soy. En mi mente sigo escuchando la voz de ese hombre misterioso diciendo “eres una florecilla indestructible”. Lo creo. Lo siento. Y pienso probarlo. He oído que Akane ha luchado contra su hermana Azuka, así que yo voy a hacer lo mismo: retar a Akane y vencerla. Así de sencilla soy. Pero al llegar al jardín Ishtar, en lugar de encontrarme con Akane… me estrello contra alguien y caigo al suelo de culo. Una voz ronca, peligrosa y cómoda como un abrazo oscuro dice: Ryu: —¿A dónde vas tan rápido, cachorrita? La reconozco al instante. En la presentación familiar, cuando todos me miraban como sangre fresca, relamiéndose, ella fue la única que dio un paso al frente. Dijo exactamente: “Nadie va a tocar a la cachorrita.” Aquello me calmó más que cualquier hechizo. Ella me da una paz indescriptible, como si su presencia fuera un refugio. Así que, sin pensar, le cuento mi plan: Lili: —¡Voy a buscar a Akane! ¡La retaré a un combate y la venceré! Ryu abre los ojos con diversión y chispas ferales. Ryu: —Uuuhh pero qué chica más peligrosa… Saca los colmillos y se relame. Yo doy un pequeño paso atrás, pero intento ponerme firme: Lili: —¡Así es! Voy a ser la Queen y la Ishtar más poderosa de todas, ¡lo llevo en la sangre! Ryu ladea la cabeza, y de pronto su expresión cambia a una sonrisa cruel, lenta, predadora. Ryu: —Entonces… ¿vas a ser más poderosa que yo? En ese caso debería eliminarte cuanto antes. Mi corazón se me cae a los pies. Su cara es macabra, sus labios negros y afilados parecen hechos para devorar, y sus garras podrían abrirme en canal. Me mira como si pudiera ver mis huesos moverse bajo la piel. Lili: —P-pero… ¡e-eso es trampa! ¡No-no—! Retrocedo, casi llorando, mientras ella avanza con pasos lentos. Y de pronto, cuando creo que va a arrancarme la vida… se agacha, me toma de la cara, y me besa la frente. Caigo sentada de nuevo, y Ryu se ríe con ganas. Mi cara se vuelve roja como un tomate. Cruzo los brazos con un puchero monumental, indignada como la cría malcriada que soy. Lili: —¡No te rías! Eso solo hace que se ría más. Mucho más. Me levanto de golpe y me voy andando con un paso exagerado, como si desfilara indignada ante el universo. A mis espaldas escucho su voz: Ryu: —Oye… cachorrita. Ten cuidado. Lo dice con una seriedad que no encaja con la burla anterior. Es un aviso real. Un cuidado sincero. Pero también… una promesa. Mientras sigo andando pienso: Se ríe de mí… se preocupa por mí… ¿Será esta la loca de la familia? Y sin saberlo, ese fue el primer hilo que unió mi destino al de ella.
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    La Cachorrita y la Loba

    Ryu y el Primer Encuentro**

    A la mañana siguiente, después del desayuno,
    salgo disparada hacia el castillo Ishtar.

    Tengo una misión:
    demostrarle a Akane lo fuerte que soy.

    En mi mente sigo escuchando la voz de ese hombre misterioso
    diciendo “eres una florecilla indestructible”.
    Lo creo.
    Lo siento.
    Y pienso probarlo.

    He oído que Akane ha luchado contra su hermana Azuka,
    así que yo voy a hacer lo mismo: retar a Akane y vencerla.
    Así de sencilla soy.

    Pero al llegar al jardín Ishtar,
    en lugar de encontrarme con Akane…

    me estrello contra alguien
    y caigo al suelo de culo.

    Una voz ronca, peligrosa y cómoda como un abrazo oscuro dice:

    Ryu:
    —¿A dónde vas tan rápido, cachorrita?

    La reconozco al instante.

    En la presentación familiar, cuando todos me miraban
    como sangre fresca, relamiéndose,
    ella fue la única que dio un paso al frente.
    Dijo exactamente:

    “Nadie va a tocar a la cachorrita.”

    Aquello me calmó más que cualquier hechizo.

    Ella me da una paz indescriptible,
    como si su presencia fuera un refugio.
    Así que, sin pensar, le cuento mi plan:

    Lili:
    —¡Voy a buscar a Akane!
    ¡La retaré a un combate y la venceré!

    Ryu abre los ojos con diversión y chispas ferales.

    Ryu:
    —Uuuhh pero qué chica más peligrosa…

    Saca los colmillos y se relame.

    Yo doy un pequeño paso atrás,
    pero intento ponerme firme:

    Lili:
    —¡Así es!
    Voy a ser la Queen y la Ishtar más poderosa de todas,
    ¡lo llevo en la sangre!

    Ryu ladea la cabeza,
    y de pronto su expresión cambia a una sonrisa cruel,
    lenta, predadora.

    Ryu:
    —Entonces… ¿vas a ser más poderosa que yo?
    En ese caso debería eliminarte cuanto antes.

    Mi corazón se me cae a los pies.
    Su cara es macabra,
    sus labios negros y afilados parecen hechos para devorar,
    y sus garras podrían abrirme en canal.
    Me mira como si pudiera ver mis huesos moverse bajo la piel.

    Lili:
    —P-pero… ¡e-eso es trampa! ¡No-no—!

    Retrocedo, casi llorando,
    mientras ella avanza con pasos lentos.

    Y de pronto,
    cuando creo que va a arrancarme la vida…

    se agacha, me toma de la cara,
    y me besa la frente.

    Caigo sentada de nuevo,
    y Ryu se ríe con ganas.

    Mi cara se vuelve roja como un tomate.
    Cruzo los brazos con un puchero monumental,
    indignada como la cría malcriada que soy.

    Lili:
    —¡No te rías!

    Eso solo hace que se ría más.
    Mucho más.

    Me levanto de golpe
    y me voy andando con un paso exagerado,
    como si desfilara indignada ante el universo.

    A mis espaldas escucho su voz:

    Ryu:
    —Oye… cachorrita.
    Ten cuidado.

    Lo dice con una seriedad
    que no encaja con la burla anterior.
    Es un aviso real.
    Un cuidado sincero.
    Pero también…
    una promesa.

    Mientras sigo andando pienso:

    Se ríe de mí…
    se preocupa por mí…
    ¿Será esta la loca de la familia?

    Y sin saberlo,
    ese fue el primer hilo que unió mi destino al de ella.
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    La Cachorrita y la Loba

    Ryu y el Primer Encuentro**

    A la mañana siguiente, después del desayuno,
    salgo disparada hacia el castillo Ishtar.

    Tengo una misión:
    demostrarle a Akane lo fuerte que soy.

    En mi mente sigo escuchando la voz de ese hombre misterioso
    diciendo “eres una florecilla indestructible”.
    Lo creo.
    Lo siento.
    Y pienso probarlo.

    He oído que Akane ha luchado contra su hermana Azuka,
    así que yo voy a hacer lo mismo: retar a Akane y vencerla.
    Así de sencilla soy.

    Pero al llegar al jardín Ishtar,
    en lugar de encontrarme con Akane…

    me estrello contra alguien
    y caigo al suelo de culo.

    Una voz ronca, peligrosa y cómoda como un abrazo oscuro dice:

    Ryu:
    —¿A dónde vas tan rápido, cachorrita?

    La reconozco al instante.

    En la presentación familiar, cuando todos me miraban
    como sangre fresca, relamiéndose,
    ella fue la única que dio un paso al frente.
    Dijo exactamente:

    “Nadie va a tocar a la cachorrita.”

    Aquello me calmó más que cualquier hechizo.

    Ella me da una paz indescriptible,
    como si su presencia fuera un refugio.
    Así que, sin pensar, le cuento mi plan:

    Lili:
    —¡Voy a buscar a Akane!
    ¡La retaré a un combate y la venceré!

    Ryu abre los ojos con diversión y chispas ferales.

    Ryu:
    —Uuuhh pero qué chica más peligrosa…

    Saca los colmillos y se relame.

    Yo doy un pequeño paso atrás,
    pero intento ponerme firme:

    Lili:
    —¡Así es!
    Voy a ser la Queen y la Ishtar más poderosa de todas,
    ¡lo llevo en la sangre!

    Ryu ladea la cabeza,
    y de pronto su expresión cambia a una sonrisa cruel,
    lenta, predadora.

    Ryu:
    —Entonces… ¿vas a ser más poderosa que yo?
    En ese caso debería eliminarte cuanto antes.

    Mi corazón se me cae a los pies.
    Su cara es macabra,
    sus labios negros y afilados parecen hechos para devorar,
    y sus garras podrían abrirme en canal.
    Me mira como si pudiera ver mis huesos moverse bajo la piel.

    Lili:
    —P-pero… ¡e-eso es trampa! ¡No-no—!

    Retrocedo, casi llorando,
    mientras ella avanza con pasos lentos.

    Y de pronto,
    cuando creo que va a arrancarme la vida…

    se agacha, me toma de la cara,
    y me besa la frente.

    Caigo sentada de nuevo,
    y Ryu se ríe con ganas.

    Mi cara se vuelve roja como un tomate.
    Cruzo los brazos con un puchero monumental,
    indignada como la cría malcriada que soy.

    Lili:
    —¡No te rías!

    Eso solo hace que se ría más.
    Mucho más.

    Me levanto de golpe
    y me voy andando con un paso exagerado,
    como si desfilara indignada ante el universo.

    A mis espaldas escucho su voz:

    Ryu:
    —Oye… cachorrita.
    Ten cuidado.

    Lo dice con una seriedad
    que no encaja con la burla anterior.
    Es un aviso real.
    Un cuidado sincero.
    Pero también…
    una promesa.

    Mientras sigo andando pienso:

    Se ríe de mí…
    se preocupa por mí…
    ¿Será esta la loca de la familia?

    Y sin saberlo,
    ese fue el primer hilo que unió mi destino al de ella.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 La Cachorrita y la Loba Ryu y el Primer Encuentro** A la mañana siguiente, después del desayuno, salgo disparada hacia el castillo Ishtar. Tengo una misión: demostrarle a Akane lo fuerte que soy. En mi mente sigo escuchando la voz de ese hombre misterioso diciendo “eres una florecilla indestructible”. Lo creo. Lo siento. Y pienso probarlo. He oído que Akane ha luchado contra su hermana Azuka, así que yo voy a hacer lo mismo: retar a Akane y vencerla. Así de sencilla soy. Pero al llegar al jardín Ishtar, en lugar de encontrarme con Akane… me estrello contra alguien y caigo al suelo de culo. Una voz ronca, peligrosa y cómoda como un abrazo oscuro dice: Ryu: —¿A dónde vas tan rápido, cachorrita? La reconozco al instante. En la presentación familiar, cuando todos me miraban como sangre fresca, relamiéndose, ella fue la única que dio un paso al frente. Dijo exactamente: “Nadie va a tocar a la cachorrita.” Aquello me calmó más que cualquier hechizo. Ella me da una paz indescriptible, como si su presencia fuera un refugio. Así que, sin pensar, le cuento mi plan: Lili: —¡Voy a buscar a Akane! ¡La retaré a un combate y la venceré! Ryu abre los ojos con diversión y chispas ferales. Ryu: —Uuuhh pero qué chica más peligrosa… Saca los colmillos y se relame. Yo doy un pequeño paso atrás, pero intento ponerme firme: Lili: —¡Así es! Voy a ser la Queen y la Ishtar más poderosa de todas, ¡lo llevo en la sangre! Ryu ladea la cabeza, y de pronto su expresión cambia a una sonrisa cruel, lenta, predadora. Ryu: —Entonces… ¿vas a ser más poderosa que yo? En ese caso debería eliminarte cuanto antes. Mi corazón se me cae a los pies. Su cara es macabra, sus labios negros y afilados parecen hechos para devorar, y sus garras podrían abrirme en canal. Me mira como si pudiera ver mis huesos moverse bajo la piel. Lili: —P-pero… ¡e-eso es trampa! ¡No-no—! Retrocedo, casi llorando, mientras ella avanza con pasos lentos. Y de pronto, cuando creo que va a arrancarme la vida… se agacha, me toma de la cara, y me besa la frente. Caigo sentada de nuevo, y Ryu se ríe con ganas. Mi cara se vuelve roja como un tomate. Cruzo los brazos con un puchero monumental, indignada como la cría malcriada que soy. Lili: —¡No te rías! Eso solo hace que se ría más. Mucho más. Me levanto de golpe y me voy andando con un paso exagerado, como si desfilara indignada ante el universo. A mis espaldas escucho su voz: Ryu: —Oye… cachorrita. Ten cuidado. Lo dice con una seriedad que no encaja con la burla anterior. Es un aviso real. Un cuidado sincero. Pero también… una promesa. Mientras sigo andando pienso: Se ríe de mí… se preocupa por mí… ¿Será esta la loca de la familia? Y sin saberlo, ese fue el primer hilo que unió mi destino al de ella.
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  • Una foto mía de presentación aunque salí con el rostro lleno de precausión. ¿Que me pasa?.
    Una foto mía de presentación aunque salí con el rostro lleno de precausión. ¿Que me pasa?.
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  • POST MORTEM: Mentiras Piadosas.
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    : Nyssara Starfen
    : https://youtube.com/playlist?list=PLJQRDPns7wPw-MWk9WHJp0-9ym_k2hZbs&si=7tf0XjWkD251eHaT

    El cielo de la mañana estaba limpio, de un azul frío que hacía contraste con el negro impecable del coche que avanzaba por la carretera. Ezra hojeaba, por última vez, las notas de su presentación. No las necesitaba realmente: su discurso estaba memorizado, pulido y revisado al milímetro. Pero el gesto transmitía control, disciplina… Y calma. Además, lo ayudaba para evitar la conversación superficial con Samantha.

    A su lado, la susodicha —una joven de cabello castaño recogido en un moño eficiente—, enviada por la universidad, revisaba el GPS.

    —Llegaremos diez minutos antes, señor Hamilton —informó con una cortesía exacta, modulada para no interrumpir su concentración.

    —Perfecto —respondió él, sin apartar la vista de las hojas—. Me gustaría hacer un breve recorrido por el auditorio antes de comenzar.

    El vehículo tomó la salida hacia el campus, un complejo elegante de edificios modernos rodeados por franjas de pinos. El logo de la Universidad de Oregón se veía en pancartas verdes y doradas que ondeaban en la brisa suave. Había estudiantes por todas partes, algunos cargando portátiles, otros corriendo en dirección contraria con café en mano, todos con el ritmo característico de un campus en plena actividad.

    El chófer aparcó en la zona reservada. En cuanto Ezra descendió, varios miembros del comité académico lo recibieron de inmediato.

    —Señor Hamilton, es un honor —saludó un profesor de criminología, estrechándole la mano con entusiasmo contenido—. Su charla ha generado mucha expectativa. No todos los días tenemos la oportunidad de escuchar cómo la tecnología está rediseñando nuestra disciplina.

    El empresario sonrió con esa mezcla justa de profesionalismo y cercanía.

    —El honor es mío. Las bases de la criminología siguen siendo humanas. La tecnología… Solo nos permite ver más claro lo que ya está ahí.

    Mientras caminaban hacia el edificio principal, los acompañantes comentaban detalles del evento. El castaño escuchaba atentamente, asentía, hacía pequeñas observaciones que denotaban que ya conocía de antemano la estructura del encuentro. Su presencia tenía ese efecto: imponía sin esfuerzo, no por rigidez, sino por la precisión de cada gesto.

    Cuando cruzaron las puertas de vidrio del auditorio, el murmullo del público empezó a filtrarse desde el interior. Luces, banners, pantallas listas para la presentación. Todo estaba preparado.

    Ezra respiró hondo.

    —Bien —dijo, acomodándose ligeramente el saco—. Hagamos que valga la pena.

    Y avanzó hacia el escenario con la seguridad de alguien acostumbrado a moverse en mundos donde cada detalle importa… Y donde él siempre se encarga de controlarlos.
    👤: [frost_black_deer_503] 💽: https://youtube.com/playlist?list=PLJQRDPns7wPw-MWk9WHJp0-9ym_k2hZbs&si=7tf0XjWkD251eHaT El cielo de la mañana estaba limpio, de un azul frío que hacía contraste con el negro impecable del coche que avanzaba por la carretera. Ezra hojeaba, por última vez, las notas de su presentación. No las necesitaba realmente: su discurso estaba memorizado, pulido y revisado al milímetro. Pero el gesto transmitía control, disciplina… Y calma. Además, lo ayudaba para evitar la conversación superficial con Samantha. A su lado, la susodicha —una joven de cabello castaño recogido en un moño eficiente—, enviada por la universidad, revisaba el GPS. —Llegaremos diez minutos antes, señor Hamilton —informó con una cortesía exacta, modulada para no interrumpir su concentración. —Perfecto —respondió él, sin apartar la vista de las hojas—. Me gustaría hacer un breve recorrido por el auditorio antes de comenzar. El vehículo tomó la salida hacia el campus, un complejo elegante de edificios modernos rodeados por franjas de pinos. El logo de la Universidad de Oregón se veía en pancartas verdes y doradas que ondeaban en la brisa suave. Había estudiantes por todas partes, algunos cargando portátiles, otros corriendo en dirección contraria con café en mano, todos con el ritmo característico de un campus en plena actividad. El chófer aparcó en la zona reservada. En cuanto Ezra descendió, varios miembros del comité académico lo recibieron de inmediato. —Señor Hamilton, es un honor —saludó un profesor de criminología, estrechándole la mano con entusiasmo contenido—. Su charla ha generado mucha expectativa. No todos los días tenemos la oportunidad de escuchar cómo la tecnología está rediseñando nuestra disciplina. El empresario sonrió con esa mezcla justa de profesionalismo y cercanía. —El honor es mío. Las bases de la criminología siguen siendo humanas. La tecnología… Solo nos permite ver más claro lo que ya está ahí. Mientras caminaban hacia el edificio principal, los acompañantes comentaban detalles del evento. El castaño escuchaba atentamente, asentía, hacía pequeñas observaciones que denotaban que ya conocía de antemano la estructura del encuentro. Su presencia tenía ese efecto: imponía sin esfuerzo, no por rigidez, sino por la precisión de cada gesto. Cuando cruzaron las puertas de vidrio del auditorio, el murmullo del público empezó a filtrarse desde el interior. Luces, banners, pantallas listas para la presentación. Todo estaba preparado. Ezra respiró hondo. —Bien —dijo, acomodándose ligeramente el saco—. Hagamos que valga la pena. Y avanzó hacia el escenario con la seguridad de alguien acostumbrado a moverse en mundos donde cada detalle importa… Y donde él siempre se encarga de controlarlos.
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  • MÓNACO: Un Verano Sin Ti.
    Fandom OC
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    ⤷ ゛𝙲𝚑𝚒𝚌𝚊𝚐𝚘 – 𝙻𝚘𝚞𝚒𝚜 𝚃𝚘𝚖𝚕𝚒𝚗𝚜𝚘𝚗 ˎˊ˗

    ᴜꜱꜱᴇʀ ʀᴏʟ:
    ╰─ ─╮
    ˚₊ ˚ ‧₊ .:・˚₊ ˚ ‧╰┈➤ [nova_navy_mouse_914]

    𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ

    ℰ𝓃𝓉𝓇𝒶𝒹𝒶 𝒹ℯ𝓁 𝒹𝒾𝒶𝓇𝒾ℴ | ᪐ƽ 𝒹ℯ 𝒜ℊℴ𝓈𝓉ℴ

    Si hay algo que extraño de mi niñez, sin duda alguna serían los veranos en Mónaco.

    Había algo casi irreal en esos días —el sol siempre parecía brillar distinto sobre el mar, el aire olía a sal, y el mundo entero se reducía a una sucesión de risas, chapuzones y promesas de que todo sería eterno. Recuerdo las playas, doradas y ruidosas, las caminatas descalza sobre la arena caliente, el sonido de las gaviotas mezclándose con la música que salía desde la terraza de la mansión.

    La casa… Era más que un hogar temporal. Era un escenario de lujo y caos donde cuatro familias se fundían en una sola. Adultos con copas en la mano riendo entre conversaciones interminables, y nosotros, los niños, corriendo entre pasillos que parecían no tener fin. Nos escabullíamos a los cuartos para hacer pijamadas improvisadas, nos escondíamos debajo de las mesas del comedor, inventábamos historias de fantasmas y hacíamos pactos que jurábamos cumplir incluso de adultos.

    No dudaba ni por un segundo que aquellos veranos habían sido los mejores de mi vida.

    O al menos así fueron… Hasta que Deran dejó de ir.

    (…)

    𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ



    ╭┈ • ┈┈┈ 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 ┈┈• ┈╮

    El vuelo privado descendía suavemente entre las nubes, y el murmullo constante de los motores era casi un arrullo más que un ruido. Katherine observaba por la ventanilla, viendo cómo el azul del cielo se deshacía en el horizonte y el mar de Niza se extendía debajo como una seda brillante. Frente a ella, Olivia dormía con la cabeza recostada sobre su hombro, un mechón rebelde pegado a su mejilla. Ezra, en cambio, permanecía al otro lado del pasillo, con un libro abierto.

    Para la joven rubia, aquello no tenía nada de extraordinario. Era lo de siempre: el vuelo privado, los asientos de cuero marfil, las cortinas de lino beige, la bandeja de plata con jugo recién exprimido y los croissants aún tibios. El piloto ya había anunciado que aterrizarían en cuestión de minutos, y ella ni siquiera levantó la vista. Estaba acostumbrada. Ese era el ritmo natural de los Hamilton —una familia para la que el lujo no era un privilegio, sino una costumbre.

    Cuando el avión tocó tierra, el movimiento fue tan suave que apenas se notó. Nini, la niñera, se apresuró a despertar a su hermana menor con una sonrisa, mientras Clara, su madre, revisaba distraídamente su teléfono y Nicolas, su padre, hablaba con uno de los asistentes de vuelo, organizando el siguiente tramo del viaje.

    Apenas descendieron por la escalerilla, el aire cálido del mediodía los envolvió. En la pista privada los esperaba un helicóptero negro con los emblemas dorados de la familia grabados en los costados. Las hélices giraban lentamente, haciendo que los cabellos, castaño claro, de Olivia se levantaran como una corona desordenada.

    El intercambio fue rápido, casi coreográfico. Un asistente tomó las maletas, otro ofreció a Clara su sombrero, y Katherine, con la naturalidad de quien lo ha hecho mil veces, subió al helicóptero sin esperar indicaciones. Ezra la siguió, ajustando su reloj inteligente, el último en el mercado, y detrás de ellos subieron Nini y la pequeña, que aún sostenía un pequeño peluche entre los brazos.

    En cuestión de minutos, las hélices rugieron con más fuerza, y el helicóptero se elevó, dejando atrás el aeropuerto de Niza. Bajo ellos, la costa se desplegaba como un sueño familiar. Katherine apoyó la frente contra el vidrio y vio, a lo lejos, el punto blanco de la mansión, rodeado de jardines y con el mar respirando a pocos metros.

    Otro verano en Mónaco.

    ╰┈ • ┈ 𝙁𝙞𝙣 𝙙𝙚𝙡 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 ┈• ┈╯


    ·༻𝗣𝗥𝗘𝗦𝗘𝗡𝗧𝗘༺·


    Katherine estaba en su despacho, con las mangas de la blusa arremangadas hasta los codos y un mechón suelto cayéndole sobre el rostro. Había pasado la última hora ordenando expedientes y archivando casos viejos en cajas de cartón que ya casi no cabían en la repisa. El sonido del papel y el roce de las carpetas la mantenían concentrada, o al menos lo intentaban.

    La puerta, que permanecía entreabierta, se golpeó suavemente desde el otro lado. La joven abogada alzó la vista justo cuando la figura de Rachel apareció en el marco, recostada con naturalidad, como si el umbral de esa habitación fuese su hábitat natural.

    —¿Vas a invitar a tu hermano? —preguntó con una sonrisa apenas perceptible.

    Katherine suspiró, apoyando el último expediente sobre la mesa. Sabía exactamente a qué se refería.

    —No lo creo. La cena de presentación con papá está bien. —Su voz fue firme, aunque un dejo de duda se coló entre las palabras—. Hace tiempo que no veo a Ezra, sobre todo desde que se fue a Londres. Tal vez deberíamos dejarlo para otra ocasión.

    Rachel asintió despacio, comprendiendo. La pelinegra se acercó un par de pasos, con esa calma suya que contrastaba con la tensión que siempre flotaba en el aire cuando el apellido Hamilton estaba de por medio.

    —¿Tienes algún menú planeado? —preguntó, arqueando una ceja con un tono casi juguetón.

    Katherine la miró, incrédula, como si acabara de escuchar la pregunta más absurda del día.

    —Definitivamente tengo un menú planeado —respondió, dejando el archivo con un golpe seco dentro de la caja—. También tengo los outfits planeados, la decoración de la mesa planeada, y no quiero que ni un puto cubierto esté fuera de su lugar.

    El tono de su voz se endureció al final, cargado de ese perfeccionismo que a veces era su refugio, y otras, su condena.

    Rachel no dijo nada. Solo se acercó hasta quedar frente a ella, tomó su rostro con ambas manos y le dio un beso lento, el tipo de beso que desarma cualquier estructura cuidadosamente construida.

    —Entonces —susurró contra sus labios, con una media sonrisa—, vamos a dar una cena perfecta este sábado.
    ⤷ ゛𝙲𝚑𝚒𝚌𝚊𝚐𝚘 – 𝙻𝚘𝚞𝚒𝚜 𝚃𝚘𝚖𝚕𝚒𝚗𝚜𝚘𝚗 ˎˊ˗ ᴜꜱꜱᴇʀ ʀᴏʟ: ╰─ 👤 ─╮ ˚₊ ˚ ‧₊ .:・˚₊ ˚ ‧╰┈➤ [nova_navy_mouse_914] 𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆🌷͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆🌷͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ ℰ𝓃𝓉𝓇𝒶𝒹𝒶 𝒹ℯ𝓁 𝒹𝒾𝒶𝓇𝒾ℴ | ᪐ƽ 𝒹ℯ 𝒜ℊℴ𝓈𝓉ℴ Si hay algo que extraño de mi niñez, sin duda alguna serían los veranos en Mónaco. Había algo casi irreal en esos días —el sol siempre parecía brillar distinto sobre el mar, el aire olía a sal, y el mundo entero se reducía a una sucesión de risas, chapuzones y promesas de que todo sería eterno. Recuerdo las playas, doradas y ruidosas, las caminatas descalza sobre la arena caliente, el sonido de las gaviotas mezclándose con la música que salía desde la terraza de la mansión. La casa… Era más que un hogar temporal. Era un escenario de lujo y caos donde cuatro familias se fundían en una sola. Adultos con copas en la mano riendo entre conversaciones interminables, y nosotros, los niños, corriendo entre pasillos que parecían no tener fin. Nos escabullíamos a los cuartos para hacer pijamadas improvisadas, nos escondíamos debajo de las mesas del comedor, inventábamos historias de fantasmas y hacíamos pactos que jurábamos cumplir incluso de adultos. No dudaba ni por un segundo que aquellos veranos habían sido los mejores de mi vida. O al menos así fueron… Hasta que Deran dejó de ir. (…) 𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆🌷͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆🌷͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ ╭┈ • ┈┈┈ 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 ┈┈• ┈╮ El vuelo privado descendía suavemente entre las nubes, y el murmullo constante de los motores era casi un arrullo más que un ruido. Katherine observaba por la ventanilla, viendo cómo el azul del cielo se deshacía en el horizonte y el mar de Niza se extendía debajo como una seda brillante. Frente a ella, Olivia dormía con la cabeza recostada sobre su hombro, un mechón rebelde pegado a su mejilla. Ezra, en cambio, permanecía al otro lado del pasillo, con un libro abierto. Para la joven rubia, aquello no tenía nada de extraordinario. Era lo de siempre: el vuelo privado, los asientos de cuero marfil, las cortinas de lino beige, la bandeja de plata con jugo recién exprimido y los croissants aún tibios. El piloto ya había anunciado que aterrizarían en cuestión de minutos, y ella ni siquiera levantó la vista. Estaba acostumbrada. Ese era el ritmo natural de los Hamilton —una familia para la que el lujo no era un privilegio, sino una costumbre. Cuando el avión tocó tierra, el movimiento fue tan suave que apenas se notó. Nini, la niñera, se apresuró a despertar a su hermana menor con una sonrisa, mientras Clara, su madre, revisaba distraídamente su teléfono y Nicolas, su padre, hablaba con uno de los asistentes de vuelo, organizando el siguiente tramo del viaje. Apenas descendieron por la escalerilla, el aire cálido del mediodía los envolvió. En la pista privada los esperaba un helicóptero negro con los emblemas dorados de la familia grabados en los costados. Las hélices giraban lentamente, haciendo que los cabellos, castaño claro, de Olivia se levantaran como una corona desordenada. El intercambio fue rápido, casi coreográfico. Un asistente tomó las maletas, otro ofreció a Clara su sombrero, y Katherine, con la naturalidad de quien lo ha hecho mil veces, subió al helicóptero sin esperar indicaciones. Ezra la siguió, ajustando su reloj inteligente, el último en el mercado, y detrás de ellos subieron Nini y la pequeña, que aún sostenía un pequeño peluche entre los brazos. En cuestión de minutos, las hélices rugieron con más fuerza, y el helicóptero se elevó, dejando atrás el aeropuerto de Niza. Bajo ellos, la costa se desplegaba como un sueño familiar. Katherine apoyó la frente contra el vidrio y vio, a lo lejos, el punto blanco de la mansión, rodeado de jardines y con el mar respirando a pocos metros. Otro verano en Mónaco. ╰┈ • ┈ 𝙁𝙞𝙣 𝙙𝙚𝙡 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 ┈• ┈╯ ·༻𝗣𝗥𝗘𝗦𝗘𝗡𝗧𝗘༺· Katherine estaba en su despacho, con las mangas de la blusa arremangadas hasta los codos y un mechón suelto cayéndole sobre el rostro. Había pasado la última hora ordenando expedientes y archivando casos viejos en cajas de cartón que ya casi no cabían en la repisa. El sonido del papel y el roce de las carpetas la mantenían concentrada, o al menos lo intentaban. La puerta, que permanecía entreabierta, se golpeó suavemente desde el otro lado. La joven abogada alzó la vista justo cuando la figura de Rachel apareció en el marco, recostada con naturalidad, como si el umbral de esa habitación fuese su hábitat natural. —¿Vas a invitar a tu hermano? —preguntó con una sonrisa apenas perceptible. Katherine suspiró, apoyando el último expediente sobre la mesa. Sabía exactamente a qué se refería. —No lo creo. La cena de presentación con papá está bien. —Su voz fue firme, aunque un dejo de duda se coló entre las palabras—. Hace tiempo que no veo a Ezra, sobre todo desde que se fue a Londres. Tal vez deberíamos dejarlo para otra ocasión. Rachel asintió despacio, comprendiendo. La pelinegra se acercó un par de pasos, con esa calma suya que contrastaba con la tensión que siempre flotaba en el aire cuando el apellido Hamilton estaba de por medio. —¿Tienes algún menú planeado? —preguntó, arqueando una ceja con un tono casi juguetón. Katherine la miró, incrédula, como si acabara de escuchar la pregunta más absurda del día. —Definitivamente tengo un menú planeado —respondió, dejando el archivo con un golpe seco dentro de la caja—. También tengo los outfits planeados, la decoración de la mesa planeada, y no quiero que ni un puto cubierto esté fuera de su lugar. El tono de su voz se endureció al final, cargado de ese perfeccionismo que a veces era su refugio, y otras, su condena. Rachel no dijo nada. Solo se acercó hasta quedar frente a ella, tomó su rostro con ambas manos y le dio un beso lento, el tipo de beso que desarma cualquier estructura cuidadosamente construida. —Entonces —susurró contra sus labios, con una media sonrisa—, vamos a dar una cena perfecta este sábado.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me encocora
    Me shockea
    3
    2 turnos 0 maullidos
  • Bestiae et Moda
    Fandom Prakliaty
    Categoría Suspenso
    Hay misiones que atiende con gusto y otras tantas que aborrece con toda su existencias, atender los eventos sociales del grupo empresarial entra entre estas últimas. Es por ello que casi siempre pasa de ellas. Desafortunadamente para él, esta vez no tiene cómo escaparse.

    Así que con cara de pocos amigos revisa los últimos detalles para la publicación de la campaña. La presentación de la línea detalles ropa especial de la temporada de invierno está a la vuelta de la esquina y aún queda el espacio vacío de las modelos.

    Con total aburrimiento revisa los documentos que su hermana le ha dejado en el departamento y decide que está tan aburrido que no le importa seguir revisando. Toma el teléfono y hace una sola llamada a Baal. Tendría que molestar al inútil de Karl pero sabe que Lyanna dijo expresamente que no se involucraría en ello pues se encuentra en otro tipo de misiones, maldito tuerto con suerte, da su visto bueno y cuelga sin escuchar nada más allá del “de acuerdo" que ha dicho la pequeña peli negra.

    De inmediato le llega la confirmación, la campaña fue lanzada y ha comenzado el reclutamiento de las modelos para el evento. Al menos eso será divertido, el ir y venir de chicas bellas y ambiciosas queriendo participar en aquella pasarela tan exclusiva.

    — Demasiado trabajo aburrido por esta noche, maldita Lyanna (?)

    Se bebe de golpe un trago y decide que hoy no saldrá a acosar incautos, mejor se tira en la cama y se apaga hasta el día siguiente.
    Hay misiones que atiende con gusto y otras tantas que aborrece con toda su existencias, atender los eventos sociales del grupo empresarial entra entre estas últimas. Es por ello que casi siempre pasa de ellas. Desafortunadamente para él, esta vez no tiene cómo escaparse. Así que con cara de pocos amigos revisa los últimos detalles para la publicación de la campaña. La presentación de la línea detalles ropa especial de la temporada de invierno está a la vuelta de la esquina y aún queda el espacio vacío de las modelos. Con total aburrimiento revisa los documentos que su hermana le ha dejado en el departamento y decide que está tan aburrido que no le importa seguir revisando. Toma el teléfono y hace una sola llamada a Baal. Tendría que molestar al inútil de Karl pero sabe que Lyanna dijo expresamente que no se involucraría en ello pues se encuentra en otro tipo de misiones, maldito tuerto con suerte, da su visto bueno y cuelga sin escuchar nada más allá del “de acuerdo" que ha dicho la pequeña peli negra. De inmediato le llega la confirmación, la campaña fue lanzada y ha comenzado el reclutamiento de las modelos para el evento. Al menos eso será divertido, el ir y venir de chicas bellas y ambiciosas queriendo participar en aquella pasarela tan exclusiva. — Demasiado trabajo aburrido por esta noche, maldita Lyanna (?) Se bebe de golpe un trago y decide que hoy no saldrá a acosar incautos, mejor se tira en la cama y se apaga hasta el día siguiente.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    5
    Estado
    Disponible
    Me encocora
    1
    5 turnos 0 maullidos
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