• —De repente, abrió los ojos. No reconocía la estancia pero, al menos sabía que allí estaba Husk. O lo estuvo, pues la ultima vez que le vio, Ángel ya estaba medio inconsciente.

    Por fortuna, parecía que estaba fuera de peligro, aún así necesitaba una explicación —
    —De repente, abrió los ojos. No reconocía la estancia pero, al menos sabía que allí estaba Husk. O lo estuvo, pues la ultima vez que le vio, Ángel ya estaba medio inconsciente. Por fortuna, parecía que estaba fuera de peligro, aún así necesitaba una explicación —
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  • Lazos de sangre
    Fandom Lucifer // OC
    Categoría Original
    Para ser una noche de sábado, Lucifer se encontraba, sorpresivamente, en casa, hacía unos días había comenzado a sentirse mal, algo que no pasaba ya que él no se enfermaba, había empezado con síntomas como una especie de ataque de ansiedad, sudor frío, hambre (algo que tampoco sentía), temblaba y sentía que en cualquier momento iba a desfallecer, por lo que se encontraba recostado en el sofá de su casa mientras uno de sus empleados, le obligaba a beber algo insípido que según él, se llamaba "solución salina", sabía a nada y eso irritaba a Lucifer que estaba a nada de aventar a alguien por el balcón. Durante las últimas 48 horas había consumido cantidades peligrosas para cualquier humano de alcohol y drogas esperando deshacerse de esa estúpida sensación, más nada le había aliviado, empezaba a preguntarse si quizá aquello tenía relación con que su padre lo estaba cazando...¿y si alguno de sus hermanos lo envenenó y él no se dio cuenta?, ¿y si habían encontrado la forma de debilitarlo mientras estaba en su forma humana?, empezó a entrar en pánico cuando un terrible dolor lo recorrió desde la cabeza, hasta la punta de sus pies.
    Necesitaba respuestas...sentía que estaba muriendo.
    Para ser una noche de sábado, Lucifer se encontraba, sorpresivamente, en casa, hacía unos días había comenzado a sentirse mal, algo que no pasaba ya que él no se enfermaba, había empezado con síntomas como una especie de ataque de ansiedad, sudor frío, hambre (algo que tampoco sentía), temblaba y sentía que en cualquier momento iba a desfallecer, por lo que se encontraba recostado en el sofá de su casa mientras uno de sus empleados, le obligaba a beber algo insípido que según él, se llamaba "solución salina", sabía a nada y eso irritaba a Lucifer que estaba a nada de aventar a alguien por el balcón. Durante las últimas 48 horas había consumido cantidades peligrosas para cualquier humano de alcohol y drogas esperando deshacerse de esa estúpida sensación, más nada le había aliviado, empezaba a preguntarse si quizá aquello tenía relación con que su padre lo estaba cazando...¿y si alguno de sus hermanos lo envenenó y él no se dio cuenta?, ¿y si habían encontrado la forma de debilitarlo mientras estaba en su forma humana?, empezó a entrar en pánico cuando un terrible dolor lo recorrió desde la cabeza, hasta la punta de sus pies. Necesitaba respuestas...sentía que estaba muriendo.
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  • Buscando un motivo de interés
    Fandom Ninguno
    Categoría Slice of Life
    Aquel demonio de cabellos rojos llevaba dos semanas en Japón, viviendo en el aeropuerto terminando en un hotel; al estar ya establecido decidió salir a caminar en las noches a recorrer la calles sin saber a dónde ir.

    Después de unas cuantas horas, se encontraba visitando en una discoteca , dónde había escuchado que habían personas importantes como personas peligrosas y al demonio aquello le llamaba bastante la intención. —

    Veamos si el rumor es cierto..

    — camina en el interior esquivando a quienes estaban en la pista bailando o simplemente conversando, pretende llegar a la barra a pedir una extraña bebida..
    Aquel demonio de cabellos rojos llevaba dos semanas en Japón, viviendo en el aeropuerto terminando en un hotel; al estar ya establecido decidió salir a caminar en las noches a recorrer la calles sin saber a dónde ir. Después de unas cuantas horas, se encontraba visitando en una discoteca , dónde había escuchado que habían personas importantes como personas peligrosas y al demonio aquello le llamaba bastante la intención. — Veamos si el rumor es cierto.. — camina en el interior esquivando a quienes estaban en la pista bailando o simplemente conversando, pretende llegar a la barra a pedir una extraña bebida..
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  • En el corazón de la espesura, un roble se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas.

    Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el epicentro: una luz dorada brilló momentáneamente debajo de la espada, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron.

    En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura encerrada había despertado lo suficiente para proteger su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante.

    Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: Permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas.

    Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada misteriosa. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado.

    Mientras los guerreros montaban guardia a gran distancia, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.

    En el corazón de la espesura, un roble se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas. Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el epicentro: una luz dorada brilló momentáneamente debajo de la espada, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron. En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura encerrada había despertado lo suficiente para proteger su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante. Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: Permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas. Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada misteriosa. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado. Mientras los guerreros montaban guardia a gran distancia, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.
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  • Se quedó mirando a Bambi retozar tan feliz con sus juguetes, preguntándose si le reconocería con aquella forma, acercándose lentamente para no terminar en peligro, ayudado por el sigilo natural de un gato.

    Apenas un pequeño maullido bastó para alertar de su presencia, observando a su mascota en una pequeña lucha de miradas, manteniéndose a la defensiva aunque, cuando Bambi volvió a bajar la guardia, supo que no había peligro, acercándose y acurrucándose para ser dos motitas de pelo reposando a sus anchas.
    Se quedó mirando a Bambi retozar tan feliz con sus juguetes, preguntándose si le reconocería con aquella forma, acercándose lentamente para no terminar en peligro, ayudado por el sigilo natural de un gato. Apenas un pequeño maullido bastó para alertar de su presencia, observando a su mascota en una pequeña lucha de miradas, manteniéndose a la defensiva aunque, cuando Bambi volvió a bajar la guardia, supo que no había peligro, acercándose y acurrucándose para ser dos motitas de pelo reposando a sus anchas.
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  • >> ᒐᥱ ᙃᥱɾᥒɩᥱɾ ᘎoყᥲɠᥱ. <<
    Fandom Original Characters
    Categoría Drama
    Rol con 𝐎deliah 𝐃uskveil

    No tenía tiempo de estar convaleciente en cama y relamiendose las heridas, sabía que un gran peligro se acercaba al confirmar el regreso de uno de sus enemigos más mortales: el Doctor Dee, quien justamente había mandado a su asesino a terminar la vida del Conde, algo que simplemente terminó en una aparente victoria para ellos, pues se las había ingeniado para fingir su muerte y escapar gracias al cause del río Sena.

    Tras saber de su maestro, Nicolás Flamel, que tardaría un poco en regenerar su brazo con la fórmula de la piedra filosofal, decidió tomar ese tiempo para movilizarse y buscar maneras distintas de ejercer su magia, pues... hasta ahora, dependía de sus dos brazos para poder ejecutarla. Fue así que emprendió el viaje.

    ¿Su destino? Hacia los Cárpatos, ya conocía la zona tras algún tiempo en los 1600 haber escapado a la zona por los conflictos con Inglaterra, además, había escuchado de cierto reino que aún mantenía ciertas conexiones con la magia antigua, una muy similar a la que él y su maestro manejaban. Quería aprender un poco de ello.
    Rol con [Odel1ah] No tenía tiempo de estar convaleciente en cama y relamiendose las heridas, sabía que un gran peligro se acercaba al confirmar el regreso de uno de sus enemigos más mortales: el Doctor Dee, quien justamente había mandado a su asesino a terminar la vida del Conde, algo que simplemente terminó en una aparente victoria para ellos, pues se las había ingeniado para fingir su muerte y escapar gracias al cause del río Sena. Tras saber de su maestro, Nicolás Flamel, que tardaría un poco en regenerar su brazo con la fórmula de la piedra filosofal, decidió tomar ese tiempo para movilizarse y buscar maneras distintas de ejercer su magia, pues... hasta ahora, dependía de sus dos brazos para poder ejecutarla. Fue así que emprendió el viaje. ¿Su destino? Hacia los Cárpatos, ya conocía la zona tras algún tiempo en los 1600 haber escapado a la zona por los conflictos con Inglaterra, además, había escuchado de cierto reino que aún mantenía ciertas conexiones con la magia antigua, una muy similar a la que él y su maestro manejaban. Quería aprender un poco de ello.
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  • Lan Wangji

    aprovechando que la luna brillaba bastante, decidió vestirse acorde a lo colores de la noche, llevando también al jade a un cerro que se podría apreciar la luna en gran tamaño.

    cuando estaban alejados de oídos ajenos, el elfo comienza a cantar lo suficiente fuerte y claro que se pueda escuchar.-

    Me cansé de echarte de menos
    Durmiendo en la misma cama
    Separados por el hielo
    De hacer la compra en la farmacia
    Sonreírle a la desgracia
    Boxeando con los celos
    Y es que no puedo estar así
    Las manecillas del reloj
    Son el demonio que me tiene hablando solo
    Soy el capitán de este barco roto
    Soy el gilipollas que te sabe a poco
    Soy el corazón bastardo de cupido
    Que alejas del tuyo con cada latido
    Soy como un satélite orbitando un cuerpo
    Que siempre se enfría en el mismo momento
    Soy tan solo el viento
    Que ya no despeina el eco de tu voz
    Me cansé de vender por piezas
    Nuestro amor que fue tan caro
    Como si fuera robado
    Ya me cansé de tanto ruido
    De esconderme en el armario
    Cuando yo soy el marido
    Y es que no puedo estar así
    Las manecillas del reloj
    Son el demonio que me tiene hablando solo
    Soy el capitán de este barco roto
    Soy el gilipollas que te sabe a poco
    Soy el corazón bastardo de cupido
    Que alejas del tuyo con cada latido
    Soy como un satélite orbitando un cuerpo
    Que siempre se enfría en el mismo momento
    Soy tan solo el viento
    Que ya no despeina el eco de tu voz
    Sé que soy
    El tercero en discordia
    El tonto sin memoria
    El que no sabe nada de tu vida
    Sé que soy
    Un barco malherido
    Tocado y hundido
    Soy el capitán de este barco roto
    Soy el gilipollas que te sabe a poco
    Soy el corazón bastardo de cupido
    Que alejas del tuyo con cada latido
    Soy como un satélite orbitando un cuerpo
    Que siempre se enfría en el mismo momento
    Soy tan solo el viento
    Que ya no despeina el eco de tu voz
    Sé que soy
    El tercero en discordia
    El tonto sin memoria
    El que no sabe nada de tu vida
    Sé que soy
    Un barco malherido
    (Tocado, tocado, tocado, tocado)
    Y hundido en el mar profundo
    Y frío de tus recuerdos
    Perdido en las curvas peligrosas de tus labios
    Dolido porque nuestro amor se muere de sueño
    Y no sé qué hacer ni decir para despertarlo
    Tocado y hundido...

    https://www.youtube.com/watch?v=1JwAr4ZxdMk
    [LanWangji] aprovechando que la luna brillaba bastante, decidió vestirse acorde a lo colores de la noche, llevando también al jade a un cerro que se podría apreciar la luna en gran tamaño. cuando estaban alejados de oídos ajenos, el elfo comienza a cantar lo suficiente fuerte y claro que se pueda escuchar.- Me cansé de echarte de menos Durmiendo en la misma cama Separados por el hielo De hacer la compra en la farmacia Sonreírle a la desgracia Boxeando con los celos Y es que no puedo estar así Las manecillas del reloj Son el demonio que me tiene hablando solo Soy el capitán de este barco roto Soy el gilipollas que te sabe a poco Soy el corazón bastardo de cupido Que alejas del tuyo con cada latido Soy como un satélite orbitando un cuerpo Que siempre se enfría en el mismo momento Soy tan solo el viento Que ya no despeina el eco de tu voz Me cansé de vender por piezas Nuestro amor que fue tan caro Como si fuera robado Ya me cansé de tanto ruido De esconderme en el armario Cuando yo soy el marido Y es que no puedo estar así Las manecillas del reloj Son el demonio que me tiene hablando solo Soy el capitán de este barco roto Soy el gilipollas que te sabe a poco Soy el corazón bastardo de cupido Que alejas del tuyo con cada latido Soy como un satélite orbitando un cuerpo Que siempre se enfría en el mismo momento Soy tan solo el viento Que ya no despeina el eco de tu voz Sé que soy El tercero en discordia El tonto sin memoria El que no sabe nada de tu vida Sé que soy Un barco malherido Tocado y hundido Soy el capitán de este barco roto Soy el gilipollas que te sabe a poco Soy el corazón bastardo de cupido Que alejas del tuyo con cada latido Soy como un satélite orbitando un cuerpo Que siempre se enfría en el mismo momento Soy tan solo el viento Que ya no despeina el eco de tu voz Sé que soy El tercero en discordia El tonto sin memoria El que no sabe nada de tu vida Sé que soy Un barco malherido (Tocado, tocado, tocado, tocado) Y hundido en el mar profundo Y frío de tus recuerdos Perdido en las curvas peligrosas de tus labios Dolido porque nuestro amor se muere de sueño Y no sé qué hacer ni decir para despertarlo Tocado y hundido... https://www.youtube.com/watch?v=1JwAr4ZxdMk
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  • [ Dedicado a 伏黒恵 ᴹᵉᵍᵘᵐᶤ ᶠᵘˢʰᶤᵍᵘʳᵒ ]

    En la enfermería de la escuela se encontraba Shoko, en su refugio habitual, donde el olor a desinfectante y el sonido del reloj de pared eran sus constantes compañeras. Sostenía una taza de café, enfriándose en sus manos, mientras su mirada se perdía en la ventana que daba al patio de entrenamiento. Había estado pensando en Megumi Fushiguro, el chico de ojos serios y semblante siempre alerta. Desde hace un tiempo, se encontraba pensando más en él de lo que solía permitirse con los estudiantes.

    No era propio de ella preocuparse. Siempre había mantenido una distancia segura, lo suficiente como para remendar sus heridas y asegurarse de que regresaran a las peleas con la menor cantidad de cicatrices posible. Pero Megumi... Megumi tenía esa forma de llevar el peso del mundo en sus hombros, de esa manera que la hacía recordar a alguien de su pasado. Alguien que también había llevado una carga demasiado pesada para su edad.

    Shoko apretó un poco la taza. Sabía reconocer ese tipo de mirada, la del que ha visto demasiado, la del que siente que debe cargar con más de lo que le corresponde. En Megumi, veía destellos de una lucha interna, una batalla que no siempre era visible a simple vista. Él no hablaba mucho sobre ello, pero Shoko podía sentirlo. Era esa soledad autoimpuesta, ese miedo a dejar que otros lo vieran vulnerable.

    La verdad era que le preocupaba. Le preocupaba que Megumi terminara aislándose, que sus silencios se convirtieran en muros infranqueables. Había una dureza en él que le recordaba a los que se habían perdido en su propio poder, en la oscuridad de sus propios pensamientos. No podía evitar pensar en Suguru, aunque Megumi no era igual, ni seguiría el mismo camino. Pero había un peligro en llevar tanto peso solo, en sentirse responsable de todo y de todos.

    Dejó la taza a un lado y suspiró, pasando una mano por su cabello. No era alguien que ofreciera consuelo con facilidad; sus palabras siempre habían sido prácticas, directas al grano. Pero con Megumi sentía esa necesidad de estar ahí, de alguna forma. No para darle discursos ni consejos que no pediría, sino simplemente para que supiera que no estaba solo. Que, aunque no se diera cuenta, tenía gente a su alrededor que lo vigilaría, que lo recogería si llegaba a caer.

    No podía cambiar lo que Megumi había vivido ni lo que enfrentaría en el futuro, pero podía estar ahí, en segundo plano. Era su forma de preocuparse, de demostrar que le importaba, aunque las palabras nunca llegaran a salir. Megumi merecía eso, un recordatorio silencioso de que no siempre tendría que ser fuerte, que no siempre tendría que enfrentar todo por sí mismo. Y si alguna vez llegaba el momento en que él necesitara alguien que lo entendiera, Shoko estaría allí, en su propio y discreto modo, para recoger los pedazos y ayudarlo a seguir adelante.
    [ Dedicado a [Ten_Shadows] 🖤 ] En la enfermería de la escuela se encontraba Shoko, en su refugio habitual, donde el olor a desinfectante y el sonido del reloj de pared eran sus constantes compañeras. Sostenía una taza de café, enfriándose en sus manos, mientras su mirada se perdía en la ventana que daba al patio de entrenamiento. Había estado pensando en Megumi Fushiguro, el chico de ojos serios y semblante siempre alerta. Desde hace un tiempo, se encontraba pensando más en él de lo que solía permitirse con los estudiantes. No era propio de ella preocuparse. Siempre había mantenido una distancia segura, lo suficiente como para remendar sus heridas y asegurarse de que regresaran a las peleas con la menor cantidad de cicatrices posible. Pero Megumi... Megumi tenía esa forma de llevar el peso del mundo en sus hombros, de esa manera que la hacía recordar a alguien de su pasado. Alguien que también había llevado una carga demasiado pesada para su edad. Shoko apretó un poco la taza. Sabía reconocer ese tipo de mirada, la del que ha visto demasiado, la del que siente que debe cargar con más de lo que le corresponde. En Megumi, veía destellos de una lucha interna, una batalla que no siempre era visible a simple vista. Él no hablaba mucho sobre ello, pero Shoko podía sentirlo. Era esa soledad autoimpuesta, ese miedo a dejar que otros lo vieran vulnerable. La verdad era que le preocupaba. Le preocupaba que Megumi terminara aislándose, que sus silencios se convirtieran en muros infranqueables. Había una dureza en él que le recordaba a los que se habían perdido en su propio poder, en la oscuridad de sus propios pensamientos. No podía evitar pensar en Suguru, aunque Megumi no era igual, ni seguiría el mismo camino. Pero había un peligro en llevar tanto peso solo, en sentirse responsable de todo y de todos. Dejó la taza a un lado y suspiró, pasando una mano por su cabello. No era alguien que ofreciera consuelo con facilidad; sus palabras siempre habían sido prácticas, directas al grano. Pero con Megumi sentía esa necesidad de estar ahí, de alguna forma. No para darle discursos ni consejos que no pediría, sino simplemente para que supiera que no estaba solo. Que, aunque no se diera cuenta, tenía gente a su alrededor que lo vigilaría, que lo recogería si llegaba a caer. No podía cambiar lo que Megumi había vivido ni lo que enfrentaría en el futuro, pero podía estar ahí, en segundo plano. Era su forma de preocuparse, de demostrar que le importaba, aunque las palabras nunca llegaran a salir. Megumi merecía eso, un recordatorio silencioso de que no siempre tendría que ser fuerte, que no siempre tendría que enfrentar todo por sí mismo. Y si alguna vez llegaba el momento en que él necesitara alguien que lo entendiera, Shoko estaría allí, en su propio y discreto modo, para recoger los pedazos y ayudarlo a seguir adelante.
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  • —Ella era un peligro para la comunidad infernal. ¿Por qué? La respuesta era sencilla, tenía todas las fotos que pudieran existir en las redes... O en móviles —

    Oh, había olvidado que tenía esta de Vox

    —Y encogiéndose de hombros procedió a postearla—
    —Ella era un peligro para la comunidad infernal. ¿Por qué? La respuesta era sencilla, tenía todas las fotos que pudieran existir en las redes... O en móviles — Oh, había olvidado que tenía esta de [FuckA1astor] —Y encogiéndose de hombros procedió a postearla—
    Me enjaja
    Me emputece
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  • _vaya no esperaba encontrarme a nadie en medio de una mision que hace aqui señor/a,niño/a espectador/a, ¿Acaso no sabe sobre los demonios, podria estar en peligro?..._
    _vaya no esperaba encontrarme a nadie en medio de una mision que hace aqui señor/a,niño/a espectador/a, ¿Acaso no sabe sobre los demonios, podria estar en peligro?..._
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